ETA, un engorro en las relaciones entre España y Venezuela

Arturo Cubillas «es el responsable de seguridad del Instituto nacional d la Tierra (INTI) y coordina las expropiaciones de las tierras supuestamente improductivas…»

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Arturo Cubillas llegó a Venezuela en 1989. Como muchos de sus compañeros de ETA, fue acogido gracias a un acuerdo entre el gobierno venezolano de Carlos Andrés Pérez y el presidente socialista del gobierno español, Felipe González. La decisión de extraditarlos a Venezuela fue adoptada tras el fracaso de las negociaciones de paz entre ETA y Madrid que se desarrollaron en Argelia a finales de los 80. Arturo Cubillas pertenecía al comando Oker y es sospechoso de haber cometido tres asesinatos. Desde entonces está casado con una venezolana, adquirió la nacionalidad de su esposa y ocupa un importante puesto en el ministerio de agricultura.

Es el responsable de seguridad del Instituto nacional de la Tierra (INTI) y coordina las expropiaciones de las tierras supuestamente improductivas. Desde 1999 se han expropiado en el país más de 40.000 explotaciones.

Hace unas semanas, Arturo Cubillas hizo un retorno destacado e involuntario a la actualidad cuando dos miembros del comando Imanol de ETA, Xabier Atristain y Juan Carlos Besance, detenidos en septiembre en el País Vasco, declararon a las autoridades españolas que habían recibido un entrenamiento de manejo de armas y explosivos en Venezuela en julio y agosto de 2008.

Antes habían estado en Francia, pero su formación se limitó a un aprendizaje teórico, los entrenamientos prácticos ya no podían realizase en territorio francés desde que París y Madrid reforzaron su cooperación en la lucha contra el grupo terrorista vasco. Esto confirma que Francia sirvió durante mucho tiempo para refugio y entrenamiento de ETA y que la organización cambió sus costumbres.

Los dos etarras afirman que Arturo Cubillas les sirvió de guía durante su estancia en Venezuela. Les habría acompañado en sus desplazamientos por Venezuela e incluso les permitió pasar sin problemas los controles de la policía. Su entrenamiento se desarrolló en compañía de miembros de las FARC, el grupo guerrillero colombiano. La información ha molestado mucho no sólo a las autoridades venezolanas sino también al gobierno español. En efecto, la derecha española ha aprovechado para fustigar la política, en su opinión demasiado tolerante, del gobierno de Zapatero con especto a Venezuela.

El gobierno de Zapatero habría deseado que, como signo de buena voluntad, Arturo Cubillas fuera suspendido de sus funciones en la administración venezolana. Pero no ha sido así, Hugo Chávez no quiere echarse atrás. En cambio, Cubillas declaró ante un juez en Caracas la semana pasada. No se ha filtrado nada de esta entrevista que no duró más que quince minutos.

De los aproximadamente sesenta ex – etarras presentes en Venezuela, la mayoría ya no están en activo. Es más que probable que la organización vasca mantenga las relaciones con las Farc colombianas. En muchas ocasiones, Caracas ha sido acusada de albergar campos de la guerrilla. Los etarras detenidos en España contaron sus “vacaciones” en los campos de las Frac, donde intercambiaban sus conocimientos en el manejo de armas y explosivos. El asunto Cubillas permite a quienes acusan a Caracas de ayudar a las Frac y a ETA de mantener la sospecha al respecto del gobierno venezolano.

(Patrick Bèle es periodista de Le Figaro, del área de internacional durante 4 años y responsable del área de América latina desde 2009)

Patrick Bèle, Le Figaro, 21/10/2010