TEODORO LEÓN GROSS-ABC

  • El trabajo sucio no es una consecuencia del cargo, sino el cargo una consecuencia del trabajo sucio

Hay apodos que ahorran mucha literatura, caso de Don Alvarone. La corrupción en la Fiscalía, con prácticas a menudo descaradamente mafiosas como las destapadas por el fiscal Ignacio Stampa en ‘El complot’, se sintetizan en ese sufijo italianizante que traslada al imaginario siciliano. La Costra Nostra de la Fiscalía. Álvaro García Ortiz es a esta lo que Tezanos al CIS: un valor seguro puesto en el cargo para impedir que los criterios técnicos pueden anteponerse a los ideológicos. Tezanos no falla ni por error en los sondeos y Don Alvarone hace lo propio en lo suyo, como Cascajosa en RTVE… Todos están ahí para usar la pólvora del Rey al servicio de la causa sanchista. Como el Barón de Duguesclin en el duelo de Pedro I el Cruel y Enrique de Trastámara, ellos se limitan a servir a su señor. El sanchismo sabe elegir. A todos ellos les avala su trayectoria, con un expediente de acreditado desprestigio.

Don Alvarone acaba de regalar un triunfo simbólico a Moncloa, imponiendo su tesis por la mínima, 19 votos incluyendo el suyo a 17. A nadie le extrañará que estos últimos años se hayan encargado de colocar en la Junta de Fiscales de Sala hasta 18 colegas de su asociación ‘progresista’, ocupando casi la mitad del cónclave, por más que la asociación sea muy minoritaria. El trabajo sucio no es una consecuencia del cargo, sino el cargo una consecuencia del trabajo sucio. Con el Prestige demostró que no le temía a pringarse en ningún chapapote ni al ‘desprestige’. En esa etapa gallega, cruzando las líneas rojas en la carrera, García Ortiz ya participó en un acto de campaña del PSOE. El sectarismo ha marcado sus ascensos, ejecuciones sumarísimas, vetos, censuras… Y cuando se vio acorralada Dolores Delgado, que pasó de ministra a delegada del Gobierno en la Fiscalía General, supo que le convenía dejar ahí a Don Alvarone, su ‘alter ego’. Ella votó en la Junta de ayer, sin pudor, al no haberse ejecutado la segunda sentencia anulando su ascenso a fiscal de Sala por abuso de poder.

No es raro que Don Alvarone, como Il Capo de Tutti i Cappi en La Famiglia, asumiera su cargo como fiscal general del… sanchismo. En definitiva, se trata de ocupar todos los estamentos del Estado, y el PSOE ya hasta firma con Bildu, Geroa Bai y el podemismo contra la Corona en Navarra. A nadie le podrá extrañar que Don Alvarone haya anunciado que no dimitirá incluso si es imputado, que va a ser imputado por revelación de secretos, al filtrar datos del novio de Ayuso. Siempre al servicio de la causa. Este aval de ayer de la Junta de Fiscales no es vinculante para el Supremo, pero enreda lo suyo desde la maquinaria mediática de propaganda de Moncloa. Si Marisú Montero se encarga de la ‘financiación singular’ para comprar voluntades políticas en Cataluña, Don Alvarone garantiza a Sánchez que pueda ofrecer ‘legislación singular’. Hasta donde llegue su larga mano.