Fiscalidad regresiva

EL MUNDO – 22/04/15 – SANTIAGO GONZÁLEZ

· Los economistas vuelven a ser los profesionales de moda en la política, como antes los urbanistas, los sociólogos y otros especialistas de eso que hemos convenido en llamar ciencias sociales, algo banales como ciencia y difíciles de soportar como entretenimiento. Pero en época de crisis hay que contar con un economista de postín. Un par de contraejemplos: es difícil que Podemos llegue con desahogo a la carrera final de las legislativas, cuando uno de los dos economistas que habían fichado, Vicenç Navarro, había sido calificado de «caradura» por el secretario general. Claro que mucho peor es el caso de Maduro y así les va (a él y a quienes padecen su política económica): pudiendo contratar a un catedrático de Economía de Harvard, prefiere encargárselo a un politólogo de la Complutense, Juan Carlos Monedero, y por más dinero.

El líder emergente entre los nuevos, Albert Rivera, comparece casi siempre junto a Luis Garicano, uno de los dos economistas que diseñaron su programa económico. A mí me gustaba más el otro, Manuel Conthe, un economista sólido y riguroso, pero hace tiempo que no sale junto al líder, no sé si por haber perdido su favor o en una búsqueda de cierto anonimato por la vía de los hechos. El caso es que ayer, Rivera y Garicano presentaron su programa fiscal, que pretende «reconstruir la clase media trabajadora» y «reconducir a la economía española hacia un modelo de crecimiento basado en la productividad y la innovación».

Nadie rechazaría tan hermosos objetivos, aunque ha puesto de acuerdo a todos los demás: PP, PSOE, IU, UPyD y Podemos han protestado por la eliminación del IVA superreducido. Sin embargo, la cuestión está en el IRPF. Basta examinar el documento de C’s para comprobar que pretenden unos impuestos directos fuertemente regresivos. Frente a los planes de Garicano, Montoro es un genuino socialdemócrata. No es de estos tiempos un tipo marginal constante entre los 22.500 y los 75.000 euros anuales de renta. El PP amenaza con perder votos, no sólo por la izquierda. También por la derecha, hacia Ciudadanos.