Frío reencuentro entre Rajoy y Mas tras el 9-N

EL MUNDO 21/02/15

· Con Valls como testigo, no abordan el proceso soberanista y evitan saludarse en público

De hecho, ni siquiera se saludaron en público y se dedicaron, antes de la reunión, a lanzarse pullas verbales a cuenta de la apuesta independentista del presidente de la Generalitat.

Rajoy y Mas se reunieron por última vez el 30 de julio del año pasado en La Moncloa. En aquella ocasión, el presidente catalán presentó al español una lista de 23 reclamaciones y propuestas de la Generalitat. Pero la gestión de la consulta soberanista del 9-N (que Mas convirtió finalmente en un «proceso participativo» sin valor legal, pero con urnas y con la participación activa del Govern) volvió a enfriar las relaciones.

Mas se enfrenta ahora, junto a su vicepresidenta, Joana Ortega, y la consellera de Educación, Irene Rigau, a una querella de la Fiscalía por su actuación de aquellos días.

Ayer se demostró que las cosas han cambiado poco en este tiempo, durante el cual el president ha anunciado que el 27 de septiembre habrá elecciones autonómicas en Cataluña. El Gobierno había convocado a Mas a una comida junto a Rajoy y al primer ministro francés, Manuel Valls, después de que los dos últimos inauguraran un nuevo enlace eléctrico que duplica la capacidad de interconexión entre España y Francia.

Mas, que pretextó problemas de agenda para no confirmar hasta el miércoles su asistencia, llegó efectivamente tarde y evitó así la foto con Rajoy. El presidente español y Valls entraron en el castillo de Peralada (Gerona), donde se celebró la comida, en torno a las 13.30 horas; Mas lo hizo 20 minutos después.

El presidente catalán se incorporó entonces a la reunión que mantenían Rajoy y Valls, junto a representantes de ambos países. Fuentes de La Moncloa explicaron que en el encuentro se abordó el resto de interconexiones pendientes, en especial la que se hará por Vizcaya y que ya está –como la de los Pirineos catalanes– incluida en el plan Juncker. En concreto, hablaron de otros dos proyectos similares que podrían entrar en ese programa de fomento.

Despúes llegó el almuerzo, que Rajoy, Valls y Mas compartieron con otros 300 comensales. Antes de empezar posaron para los informadores sin darse la mano, aunque sí compartieron comentarios de forma distendida. Desde el Gobierno señalaron que la reunión entre el presidente español y el catalán transcurrió «con educación y buenas formas», mientras que la Generalitat –interesada en transmitir su disgusto en esta etapa preelectoral– calificó la reunión de «correcta y protocolaria». No abordaron el proceso soberanista.

Unos y otros no se ponen de acuerdo ni siquiera en algo tan básico como a qué actos estaba convocado el president. Según el Govern, Mas no asistió a la inauguración de la línea de interconexión eléctrica porque estaba en el centenario de la red de bibliotecas populares de Cataluña; según La Moncloa, simplemente no estaba invitado.

Aunque Mas no estuvo presente, el presidente español había aprovechado ese acto para lanzar un dardo a Mas. «Pocas infraestructuras como las interconexiones simbolizan el proyecto de integración europea y el ideal de derribar fronteras artificiales o naturales en lugar de erigirlas, de agregar en lugar de segregar, de unir en lugar de desunir, de cooperar en lugar de enfrentar, de conectar en lugar de desconectar», dijo.

En la misma línea, el primer ministro francés, nacido en Barcelona, también trasladó un mensaje político relacionado con la infraestructura que acababa de inaugurar. «Hay que combatir, en Francia y en España, los populismos que avanzan en Europa. Hay que hacerlo con hechos. Hoy podemos decir a los ciudadanos que las cosas avanzan», afirmó en Montesquieu-des-Albères, donde se halla la boca francesa del túnel que permite la interconexión.

Pero, a la misma hora, Mas también calentaba ya su encuentro posterior con Rajoy. El president dijo que Cataluña «es lo que es como país» pese a que «agresores de muchas épocas han procurado romper las piernas de la identidad catalana».

Rajoy y Valls, en cambio, exhibieron sintonía. El presidente español se ha referido al primer ministro francés como su «amigo»; Valls respondió: «Hoy es una alegría estar con Mariano Rajoy, a unos pocos kilómetros del país donde nací. Estoy orgulloso de que España y Francia puedan compartir este proyecto».