Gernika Gernikara!

Cosas de la vida, veinticinco años después se repite lo mismo por los que entonces lo negaron. Pero me parece muy bien que se rectifique. Como bien decía otro referente obligado de citas, e inolvidable amigo, Mario Onaindia: «más vale tarde que a la tarde».

Es evidente que la más repetida frase de Marx -ya no quedan marxistas pero todos lo utilizamos como referencia de autoridad, ¿por qué será?-, aquello de que la historia se repite, primero como tragedia y después como farsa, se podría aplicar a nuestro pequeño país de una forma cansina hasta dejar la frase hecha polvo y a Marx sin ser referente de nada. Ustedes no se acordarán, porque son muy jóvenes -y aunque no lo sean, ¿a que les ha gustado que se los diga?- cuando recién inauguradas las primeras instituciones autonómicas, con aquel apasionamiento que nos embargaba, ya se organizó una comisión popular con el lema de Gernika Gernikara que lo reivindicó en un momento oportuno porque el cuadro estaba a punto de salir para España, y que resultó un fracaso. Traigo a colación el tema porque veinticinco años después se repite la cuestión.
Yo me acuerdo porque pasaba por allí y me encargaron que lo defendiera en el Parlamento vasco, que estaba entonces ubicado en la diputación de Alava, y pude descubrir, aunque hubiera mucha gente del PNV, sobre todo de Genika, que estaban apoyando la ubicación del cuadro en su villa foral, que a los de su partido en la Cámara vasca no les hacía demasiada gracia. Que lo descubriera yo, les parecerá algo ajeno al arte vasco, un portento de concepción trágica meridional de la guerra donde los hubiera. Esto no les gustaba a los diputados del grupo nacionalista, estéticamente no se amoldaba a sus gustos, y, quizás, políticamente tampoco, y la iniciativa no tuvo el apasionado favor que aquellas mociones tenían cuando se aprobaban por unanimidad. La perdí, como de costumbre, y el cuadro acabó yendo al Casón del Buen Retiro sin que el Gobierno de Madrid padeciera mucha presión por nuestra parte, más bien poca. Allí tuvimos que acudir los vasquitos de a pié en peregrinación familiar para exclamar esa frase que hicimos después famosa en Benidorm al ver a un amigo: «¡coño!, ¿tu también aquí?».

La iniciativa de traer el Guernica a nuestro suelo patrio se perdió, como aquella otra, coincidente en el tiempo, que nos dijera estaba en marcha el consejero de Justicia, el fallecido Carmelo Renovales, de prever la construcción de una cárcel nueva cerca de la de Basauri en unos terrenos que supongo son hoy un parque de bomberos. Ahora también se pide la competencia de prisiones que entonces se abandonó, porque se dijo que estaba envenenada. Cosas de la vida, veinticinco años después se repite lo mismo por los que entonces lo negaron. Pero me parece muy bien que se rectifique. Como bien decía otro referente obligado de citas, e inolvidable amigo, Mario Onaindia: «más vale tarde que a la tarde».

Y el momento es muy parecido cuando observo que de nuevo, también desde la alcaldía de Gernika, se solicita el traslado, aunque fuere temporal, de la obra a su villa. Serían evidentes los beneficios que aportarían a la zona esta ubicación, que si se suma a que la tregua de los terroristas continúe, todo sería para gran beneficio de todos y hasta veríamos a japoneses con cámaras entrar a comer en el Boliña, demostrando con su presencia que ya habríamos entrado en los grandes circuitos del turismo. Y el momento es oportuno porque Zapatero tiene buen talante para estas cosas, así como la ministra de cultura Carmen Calvo, que han autorizado que La Dama de Elche esté temporalmente en Elche. No sé si los toros de Guisando, los auténticos, están en Guisando, pero qué manía la de este país para que La Dama de Elche no esté en Elche ni el Guernica en Gernika. Es momento pues que el buen talante socialista estrenado en esta legislatura resuelva este tipo de problemas.

Así dejaremos de despistar al turista foráneo, al amable japonesito que nos ruega en cualquier sitio de Madrid que le hagamos el favor de sacarle con su cámara la foto de grupo con el que quiere aparecer, y después te baja en agradecimiento varias veces su sonriente rostro, y tu como Piqué ante Bush, en un acto reflejo haces lo mismo, para un minuto después darte vergüenza de haberlo hecho recordando sobre todo a Piqué. Y el japonesito sabrá que La Dama de Elche está, aunque sea coincidiendo con un aniversario temporalmente en Elche, y el Guernica, también temporalmente, en Gernika. Porque, acabando como la pasada semana, rememorando a los autores clásicos, en España, como en las comedias, nada es lo que parece.

EDUARDO URIARTE ROMERO. El País/País Vasco, 12/4/2006