Ibarretxe se despide con una férrea defensa de la consulta tras silenciarla en la campaña

Tras despedirse de los miembros de su Ejecutivo en el último consejo de Gobierno de la legislatura, el lehendakari en funciones recuperó su discurso más ortodoxo sobre la «ley de consulta» y «el derecho a decidir del pueblo vasco». Calificó su plan soberanista de «hito democrático sobre el que edificar la solución de este país» y eludió hablar de su futuro.

Juan José Ibarretxe quiso ayer ser fiel a su estilo y a sus convicciones. Tras despedirse de los miembros de su Ejecutivo en el último consejo de Gobierno de la legislatura, el lehendakari en funciones recuperó su discurso más ortodoxo sobre la «ley de consulta» y «el derecho a decidir del pueblo vasco». Ambos conceptos constituyeron el eje central de la intervención pública que el jefe del Ejecutivo saliente ofreció en el Palacio de Ajuria Enea.

Ibarretxe se presentó ante la Prensa acompañado de los otros dos integrantes de su Consejo Político, Joseba Azkarraga en representación de Eusko Alkartasuna y Javier Madrazo, por Ezker Batua, como imagen del tripartito que ha sostenido su Gabinete. En una comparecencia que duró poco más de quince minutos, el lehendakari dijo sentirse «orgulloso» -término que repitió en media docena de ocasiones- de haber liderado iniciativas como las del «nuevo estatuto político -más conocido como ‘plan Ibarretxe’- y la ley de consulta». Unos polémicos proyectos que, en su opinión, constituyen «hitos democráticos», «auténticos mojones sobre los que en algún momento habrá que edificar las soluciones que requiere este país».

El dirigente del PNV, que no quiso aclarar a preguntas de los periodistas si permanecerá como jefe de la oposición o abandonará el cargo -«cada momento tiene su afán», respondió críptico-, retornaba de esta manera a la que ha sido su principal apuesta en los últimos años. Las alusiones al plebiscito anulado por el Tribunal Constitucional quedaron desterradas en las intervenciones de los dirigentes jeltzales durante las semanas previas a las elecciones autonómicas. El EBB buscaba así ‘aligerar’ su perfil soberanista y evitar la pérdida de votos entre su electorado más moderado. La estrategia le supuso uno de los mejores resultados de su historia, al sumar 30 escaños en el Parlamento vasco, cinco más que los socialistas.

El pacto de estabilidad suscrito por PSE y PP para convertir a Patxi López en el primer lehendakari no nacionalista y el paso del PNV a la oposición ha llevado a los jeltzales a dar un nuevo giro a su discurso. Si en los días previos al pasado Aberri Eguna del 12 de abril, el líder del partido en Vizcaya, Andoni Ortuzar, aseguró que el «único límite» de los «siete territorios» vascos es la «libre determinación de los ciudadanos», Ibarretxe ahondó ayer en esta línea independentista. Subrayó, en una sala del palacio que ha sido su domicilio en los últimos diez años, que una de las «preocupaciones» del Ejecutivo ha sido «sin duda la defensa de la identidad vasca» y argumentó que, aunque no sea un Estado, «Euskal Herria» es «un pueblo maduro» con derecho «a decidir su futuro.

Esta idea, insistió, es la «diferencia» respecto del Gobierno que dirigirá López. Porque, en su opinión, el tripartito «respeta al pueblo y el derecho a decidir su futuro», algo de lo que carece el acuerdo suscrito entre socialistas y populares.

Abierta esta senda, el lehendakari en funciones se empeñó en deslegitimar a quien le sucederá en el cargo y ocupará Ajuria Enea a partir de la próxima semana. A su juicio, ni PSE ni PP han demostrado que acepten «las mayorías», en referencia a que la lista peneuvista logró 80.000 votos más que los socialistas el 1 de marzo. «Este país -reprochó- es abertzale. Traslademos la verdad a este pueblo».

Amenazas de ETA

El todavía jefe del Ejecutivo también arremetió contra la forma en la que Patxi López ha conseguido llegar a la Lehendakaritza. Lo hizo recordando una frase del presidente de Navarra, Miguel Sanz, quien, en una conferencia en Madrid, lo explicó «muy bien», según Ibarretxe: «Sanz dijo que el cambio no ha sido voluntad de la sociedad vasca sino por una decisión judicial». El dirigente del PNV aludía de esta manera a la ilegalización de EHAK y la anulación de las listas de D3M y Askatasuna por el Tribunal Supremo y el Constitucional.

Menos rotundo se manifestó cuando fue interrogado sobre las amenazas lanzadas por ETA en su último comunicado, en el que precisaba que el Ejecutivo socialista será «objetivo prioritario de la banda. El lehendakari en funciones se limitó a repetir un argumento ya utilizado hace dos semanas por su portavoz, Miren Azkarate, y advirtió de que «las amenazas han sido con todos los partidos», antes de asegurar que su Gabinete ha mantenido diferentes «células de trabajo» con los colectivos amenazados, entre los que incluyó a PSE, PP y «los jueces».

Ibarretxe también hizo un balance de sus diez años de gestión. Como en la campaña para las autonómicas, destacó que Euskadi «ha entrado el último» en la crisis y debe ser «el primero en salir si se hacen las cosas bien». Volvió a utilizar, en esta línea, las estadísticas oficiales y recalcó cómo el paro en el País Vasco ronda el 10% mientras que en España es del 17%. «Tenemos -presumió- un nivel de vida como nunca en la Historia. No todo será por las actuaciones del Gobierno, pero no lo hubiéramos alcanzado si las instituciones vascas no hubiéramos hecho nuestro trabajo».

En el análisis en positivo -aunque admitió «algunos errores»- de su paso por Ajuria Enea y de lo hecho «muy específicamente en la última legislatura» destacó el casi medio centenar de leyes aprobadas desde 2005. Ibarretxe quiso enfatizar cómo muchas de ellas han sido fruto del acuerdo con el resto de formaciones del Parlamento autonómico. En este punto, cometió el único lapsus de su intervención. Al enumerar los partidos con los que han alcanzado acuerdos, citó a «PSOE» -en referencia al PSE-, a PP, a Aralar y a «Batasuna», en alusión a los representantes de EHAK.


Abrazo con Azkarraga y Madrazo, ejes de un «Gobierno entre diferentes»

El lehendakari saliente dio ayer un carácter especial a la rueda de prensa tras su último consejo de Gobierno. La colocó al máximo nivel, a la par de las grandes decisiones que su Gabinete ha tomado desde 2005. Compareció él mismo -y no su portavoz- en Ajuria Enea -cuando lo normal suele ser en Lehendakaritza-, y lo hizo acompañado de quienes completan su Consejo Político, Joseba Azkarraga y Javier Madrazo. Recurrió a la misma escenografía que empleó en anteriores ocasiones para denunciar el asesinato del ex concejal socialista Isaías Carrasco o el anuncio de ETA de poner fin al último alto el fuego.

Ibarretxe tuvo palabras de elogio para los dos representantes de EA y EB, a quienes agradeció su «colaboración» con un apretón de manos, primero, mientras hablaba en euskera, y luego con un fuerte abrazo, al repetir el discurso en castellano. No faltaron tampoco los elogios al tripartito, al que definió como «un Gobierno de diferentes», en alusión irónica a la expresión que Patxi López ha empleado para definir su futuro gabinete.

Y aunque en campaña no aludiera a ello, volvió a subrayar las virtudes de un tripartito que, dijo, lo ha dado «todo por un pueblo que llevamos en cabeza y corazón». Manifestó que la convivencia entre las tres formaciones ha sido buena, sin aludir a los encontronazos que han mantenido sobre todo en la recta final de la legislatura en proyectos como la reforma de los modelos lingüísticos, la construcción de la ‘Y’ ferroviaria o el porcentaje a aplicar en el Impuesto de Sociedades. «No se puede gobernar si se tienen malas relaciones humanas», señaló el lehendakari en funciones antes de insistir en que el trato con Madrazo y Azkarraga ha sido «magnífico». «En la mochila humana nos vamos sin piedras. Hemos forjado una amistad para toda la vida, aunque políticamente nuestras ideas sean diferentes», subrayó. «Hemos acabado muy bien», finalizó.

EL CORREO, 30/4/2009