LA RAZÓN, 15/9/11
Bildu se sale con la suya y logra que los GAR no pongan controles en las carreteras
No existe orden por escrito, pero los agentes de las Fuerzas de Seguridad lo tienen claro. La lucha contra ETA y sus «comandos», la búsqueda de sus zulos con armas y explosivos, continúa; pero no ocurre lo mismo con las organizaciones de su entramado, donde las investigaciones se han visto frenadas.
La legalización de Bildu no supone que Batasuna, Askatasuna (familiares de presos), o Segi (juventudes) sean legales, pero, hoy por hoy, actuar contra estos grupos parece impensable y eso, según expertos antiterroristas, consultados por LA RAZÓN, es un grave error de futuro.
Otra de las consecuencias del «proceso» es que los ayuntamientos gobernados por Bildu se han salido con la suya: los controles del Grupo de Acción Rápida (GAR) de la Guardia Civil han desaparecido prácticamente de las carreteras y han trasladado su trabajo al monte.
Esto ocurre, subrayan las fuentes consultadas, cuando ETA no se ha disuelto. Todo lo contrario: realiza labores de abastecimiento; mantiene operativos sus zulos en Francia y , por más que se quiera transmitir lo contrario, «gobierna» el «proceso». La banda es un todo, no sólo sus «aparatos» «militar» o «logístico», sino también el «político», su «Frente Institucional», reactivado, con una fuerza no conocida hasta ahora, a través de Bildu.
Descaro total
Las organizaciones ilegales del entramado etarra celebran sus reuniones  con «total descaro»; no se preocupan de esconderse o tomar medidas de  seguridad. La labor de las Fuerzas de Seguridad se limita a dar cuenta  de que han tenido lugar, sin ningún tipo de consecuencia.
Este clima de permisividad está empezando a notarse también en la  Audiencia Nacional, en la que se aprecian algunas reticencias a la hora  de dar autorizaciones para las pesquisas en marcha en torno a dichos  grupos.
Investigaciones realizadas sobre estas organizaciones permitieron en el  pasado importantes operaciones que restaron a ETA gran parte de su  operatividad. Por ejemplo, se obtuvieron pistas relevantes a través de  Segi, que condujeron a la desarticulación de numerosos «comandos».
«Ni “arre”, ni “so”». Con esta expresiva frase resume un agente con  larga experiencia, lo que ocurre hoy en día con las investigaciones. La  situación es peor, incluso, que la que se produjo durante el otro  «proceso», el de 2006-2007. Nadie dice que se interrumpan las  actuaciones, pero tampoco que se realicen.
La legalización de Bildu por el Tribunal Constitucional ha tenido para la lucha antiterrorista unos efectos demoledores. El GAR de la Guardia Civil ha sido, desde su creación, esencial en la lucha contra ETA y su entramado. Sus controles han permitido la detención de numerosos pistoleros y evitado muchos atentados. Los miembros de la banda nunca se sentían seguros cuando se trasladaban por las carreteras del País Vasco y Navarra, aunque lo hicieran a pie o en bicicleta, conscientes de que, al doblar una curva o remontar un cambio de rasante, se podían topar con los primeros indicativos de que habían caído en una red de la que no podían escapar.
Francia
No ocurre lo mismo en Francia. La detención del presunto etarra Iñaki  Domínguez, cuando regresaba a territorio galo desde Italia, donde había  comprado material para fabricar bombas, entre ellas artefactos de tipo  «lapa», accionados a distancia; o el enfrentamiento, ocurrido el 9 de  abril, en el que el pistolero Oier Gómez estuvo a punto de matar a un  gendarme; son una prueba de ello. En el país vecino lo tienen claro. ETA  no se ha acabado y este «proceso», por mucho que argumenten en  contrario sus defensores, se parece mucho al de 2006-2007.
Verificaciones
Los terroristas aprendieron de sus errores y no han esperado, como  ocurrió entonces, con las famosas «verificaciones» que anunciaba el  Ministerio del Interior (que se demostraron falsas). Ahora son ellos los  que ofrecen la verificación, a través de instancias internacionales (el  abogado sudafricano Brian Currin y su grupo de «facilitación» a favor  de ETA, que no de «mediación»). Mientras, su «aparato logístico» sigue  con lo suyo, para tener preparadas armas y bombas por  si es necesario  utilizarlas con el fin de encauzar algún desvío del «proceso».
Asimismo, han conseguido que una buena parte de la sociedad vasca crea que es Batasuna la que manda ahora sobre la banda y que, en cualquier momento, por utilizar la frase que más se escucha, los terroristas «bajarán la persiana». Si lo tienen decidido, ¿por qué no lo anuncian?
LA RAZÓN, 15/9/11