Junqueras, otro político más

ALBERTO AYALA, EL CORREO – 21/10/14

Alberto Ayala
Alberto Ayala

· La excursión andaluza del presidente de ERC para ‘Salvados’ acaba con su presunta singularidad. Cataluña precisa con urgencia nuevos liderazgos.

· Resulta decepcionante querer ignorar el control de los medios públicos de comunicación o cómo se ataca al discrepante.

Cataluña es hoy una suma de problemas. De presente, de futuro, de gobernabilidad, de relaciones, de coherencia, de credibilidad y de líderes. Puede que, sobre todo, de líderes.

El exhonorable Jordi Pujol, padre indiscutido del catalanismo moderno hasta prácticamente antes de ayer, ídolo de barro cuyas esculturas derriban hoy con nocturnidad y alevosía, tardó años en señalar a un ‘delfín’. Y no por falta de aspirantes cualificados. Al final el honor recayó en Artur Mas.

No faltaron voces que interpretaron la designación de aquél tecnócrata catalanista en clave de provisionalidad. Un hombre de transición hasta que el tapado, el verdadero elegido, Oriol Pujol, el quinto de los siete hijos del expresident, estuviera en condiciones de colocarse al frente del despacho noble del Palau de la Generalitat.

Los acontecimientos que se han sucedido desde que Pujol padre posó su dedo en Mas no habrían hecho sino ayudar a empujar a Pujol hijo al liderazgo convergente. Primero, los siete años de travesía por el desierto de la oposición por decisión del electorado y, sobre todo, de la ERC de Carod Rovira, que eligió al PSC para empezar a desmontar el imperio pujolista. Luego, la macrocrisis que Mas optó por combatir en clave liberal a golpe de tijeretazo tan pronto sentó sus reales en el Palau. Por fin, su precipitada subida a la ola independentista, como antídoto a su error anterior –en el que, por ejemplo, aquí no ha incurrido el PNV–, que nunca llegó a controlar, ni antes ni menos aún ahora.

Hoy Artur Mas, convertido en adalid del secesionismo por pura necesidad derivada de su torpeza, tiene cada vez más boletos para ser más pronto que tarde pasado político. Sería el momento de Oriol… de no mediar un ‘pequeño’ problema: ser el protagonista estelar del ’escándalo de las ITVs’, otro caso de corrupción, que ha acabado con su carrera, que le tiene más cerca del banquillo y puede que de la cárcel que del futuro que sus padres, Jordi Pujol y Marta Ferrusola,d ibujaron con mimo para él.

Todo apunta a que, semidestruida CiU, la alternativa a corto plazo para la Generalitat también se llama Oriol, pero se apellida Junqueras. El actual líder de Esquerra Republicana es un hombre que siempre ha querido huir de la imagen del político al uso. Tanto en su aspecto personal, un tanto desaliñado, como en su discurso, extremadamente pedagógico y pegado a la calle. O en sus aficiones: la familia y cultivar el huerto en casa.

Ensayo fallido

Jordi Évole, posiblemente el mejor exponente del periodismo espectáculo de la televisión española en los últimos años, decidió llevar a Junqueras a Sevilla a almorzar con una familia andaluza ideológicamente plural para hablar de la independencia de Cataluña. Una audiencia de 4,1 millones de espectadores la noche del domingo refrendó el acierto de la idea del ex ‘follonero’. Pero el programa, bien planteado, no terminó de funcionar. Évole y los Parejo cumplieron su papel de agitadores. Oriol, en cambio, no tuvo su día.

Junqueras se presentó en la sevillana estación del AVE de Santa Justa descorbatado y con mochila a la espalda. Se mostró cercano a sus anfitriones, a quienes obsequió con una botella de vino del Penedés –que luego tuvo tremendas dificultades para abrir con un sacacorchos convencional–, con los que charló sobre el huerto y el discutible color de la ropa de una de las camas. Pero luego se mostró como un dirigente más.

El líder de ERC confesó que la política tiene un punto de decepcionante para él porque, dijo, «no aprendes nada y el guión está muy marcado». Pero a continuación puso cara de póker cuando se le cuestionó por la manipulación de los medios públicos de comunicación que denuncian los propios trabajadores. Se mostró «extrañadísimo» al oír que al escritor Javier Cercas se le está atacando por posicionarse contra la independencia. Y mantuvo el rostro impertérrito ante un vídeo electoral de su partido en el que se presenta a España como la causa de todos los males y se vaticinaba una Cataluña independiente casi de jauja.

Cataluña tiene un problema de líderes. Los que hoy la gobiernan y parece que los que vienen.

ALBERTO AYALA, EL CORREO – 21/10/14