La ANC esconde su sección de Defensa, que ya diseña los Ejércitos catalanes

EL CONFIDENCIAL 05/12/14

La Asamblea Nacional Catalana (ANC) ha escondido su sección de Defensa para evitar críticas y que su credibilidad caiga por los suelos. En el organigrama de esta entidad cívica ya no figura el apartado de Defensa que se incluía hace tan sólo unos meses. Tras la polémica generada por un informe que abogaba por crear una Fuerza Naval, la ANC decidió eliminar de su estructura oficial esta sectorial, lo que no quiere decir que el trabajo no continúe. Al contrario. Sin embargo, sólo la cúpula puede acceder al mismo.

Según reconocieron fuentes internas de la ANC a El Confidencial, el estudio sobre la Fuerza Naval “estaba técnicamente muy bien hecho, pero era parcial porque no trataba la constitución de otras áreas de Defensa, como unas Fuerzas Terrestres o Aéreas en caso de independencia. En realidad, los informes sobre la totalidad del Ejército ya están realizados y en manos de la cúpula de la ANC”.

Otras fuentes señalan también que “el informe fue realizado por un grupo de chicos jóvenes, que son los que integran esta sectorial, a los que le falta mucho rodaje político. Pecaron de ingenuos, aunque en teoría son muy buenos. Además, no se tuvo en cuenta el momento político para hacerlo público, por lo que generó un intenso debate no sólo externo, sino en el interior de la ANC, que decidió llevar este asunto de manera más discreta”.

La desaparición de esta estructura, sin embargo, es más aparente que real. La Asamblea continúa con el mismo organigrama, pero ahora sólo tiene acceso a los informes y al trabajo que realice la sección de Defensa un grupo de privilegiados de la cúpula de la organización: exclusivamente los miembros de su secretariado. “Sólo se puede acceder al sitio con una contraseña y entrando en la intranet de la ANC”, explica a este diario una fuente interna.

Pero la ANC ha creado otra estructura paralela fuera de la propia organización. Se llama Sociedad de Estudios Militares, que utilizará en el futuro para “publicar análisis y propuestas sobre la política de Defensa de una futura Cataluña independiente, sin comprometer con nuestras opiniones el conjunto de la ANC y no entorpecer su tarea dirigida al objetivo inmediato de alcanzar la independencia de nuestro país”.

El informe que provocó la maniobra de ocultación de este grupo partía de la base de la “enorme dependencia del mar que tiene Cataluña”, por lo que proponía empezar unas Fuerzas Armadas improvisando el control de las aguas territoriales y la Exclusive Economic Zone (EEZ) con “los recursos y personal disponible”. Así, señala el texto, “muy probablemente, Mossos d’Esquadra, así como policías locales y portuarias habrán de sumar esfuerzos en algún organismo temporal de seguridad marítima”.

Preveía, no obstante, la creación de la Academia Naval de Cataluña para formar un núcleo de oficiales y suboficiales. Para esta formación, reconocía que “se tendrá que llegar algún tipo de acuerdo con algún otro Estado y se ufanaba que “tanto por su proximidad como, sobre todo, por su experiencia, el Reino Unido sería el mejor candidato”.

El polémico informe
El informe apuntaba a que en una primera fase se crearía el Mando de Patrulla Litoral, que tendría un centro de mando y control, tres o cuatro patrulleras de altura, dos o tres patrulleras litorales, cuatro o seis aeronaves no tripuladas, cuatro o seis embarcaciones no tripuladas y un remolcador de altura.

Para conformar esta primera fase, se necesitarían al menos 10 años y que al final de ese periodo contaría con unos 600 efectivos “entre oficiales y marinería”. La Fuerza Naval tendría tres zonas: Sur (Tarragona y Delta del Ebro), Centro (de la comarca del Garraf al Maresme) y Norte (desde la comarca de La Selva hasta el Alt Empordà).

La segunda fase de la formación de esta fuerza sería participar en el Standing NATO Maritime Group 2 (SNMG2) y en el Standing NATO Mine Countermeasures Group 2 (SNMCMG2), para lo cual tendría que crear un Mando de Escolta, con funciones antisubmarinas. Este nuevo organismo tendría una división de Operaciones Navales con 200 personas, tres o cuatro corbetas polivalentes con 360 efectivos y una flotilla auxiliar con otros 300. “La adquisición de corbetas en lugar de unidades de superficie mayores como fragatas o destructores responde a la voluntad de dimensionar nuestras fuerzas a un espectro de conflicto realista”, decía el texto.

La entrada en organismos de la OTAN también implicaría crear equipos EOD (explosive ordnance disposal), preparados para desactivar cargas explosivas situadas en barcos.

El cálculo de los expertos de la ANC apuntaba a que esta segunda fase quedaría lista en otros 5 años, por lo que la Fuerza Naval Catalana debería aumentar en unos 1.100 efectivos y situarse en los 1.700, entre oficiales y marinería a los 15 años de la independencia.

A partir de ahí, lo que prevén los independentistas es que, “una vez consolidada la defensa de las aguas territoriales y la presencia en nuestra zona de interés estratégico más inmediato, el Mediterráneo, en un plazo de 10 a 15 años, sería preciso plantearse la necesidad de proyectar una fuerza, en un contexto multinacional, como contribución a la paz y la seguridad mundiales y como ejercicio de responsabilidad y solidaridad hacia nuestros aliados”.

Así, se necesitaría entonces crear el Mando Expedicionario, con un Cuartel General Conjunto Expedicionario, un multi role vessel (MRV), o sea, un tipo de buque diseñado para diversas funciones, una corbeta y apoyo logístico. Con esta nueva ampliación, el personal de la Fuerza Naval catalana se situaría en unos 2.000 efectivos.

La ANC tiene en la actualidad 46 departamentos, algunos con nombres tan curiosos como E3 por la Independencia (ecología, energía y entorno), Masones por la Independencia, Inteligencia por la Independencia, Marketing por la Independencia, Mercados por la Independencia, Sardanas por la Independencia o Trabajadores por la Independencia.

Según la propia organización, los objetivos de las sectoriales son “hacer llegar el mensaje de la necesidad imperiosa de un Estado propio allá donde las territoriales no pueden hacerlo” y se han de utilizar “como lobbies de presión en sus ámbitos naturales denunciando las carencias a que estamos sometidos por el hecho de no tener un Estado con plenas facultades de decisión y gestión”. La de Defensa, sin embargo, se rige ahora por distintos parámetros: actúa desde la discreción más absoluta.