La Complutense

La Universidad Complutense tiene pancartas que dan la bienvenida a Evo Morales, pero ayer mostró otras de rechazo a Rosa Díez con un texto rigurosamente incomprensible: «Víctima profesional, asesina legal».

La Universidad Complutense tiene pancartas que dan la bienvenida a Evo Morales, pero ayer mostró otras de rechazo a Rosa Díez con un texto rigurosamente incomprensible: «Víctima profesional, asesina legal». Bueno, éste es el nivel en los eslóganes. Con el desarrollo literario de la consigna, no gana mucho la sintaxis. He aquí el manifiesto que los radicales se empeñaron en leer contra la intervención de la diputada de UPyD. Así está el nivel y nos dicen que estos chicos son la generación mejor preparada de la historia*. El decano accedió al chantaje, después de haber sugerido que el acto se aplazara un mes con el fin de que él pudiera negociar con los muchachos de las tarjetas rojas.

La única autoridad académica que ha manifestado su preocupación por esta muestra de intolerancia ha sido la consejera de Educación de la Comunidad de Madrid, Lucía Figar. No se ha oído al ministro Gabilondo proponer un protocolo, al estilo del que la ministra de Defensa sugirió para evitar abucheos en los desfiles. Claro que un desfile puede ser un lugar académicamente más respetable que una Universidad, depende de lo que interese. Tampoco al rector magnífico de la Universidad Complutense.

El 12 de octubre de 1936 tuvo lugar un acto en el paraninfo de la Universidad de Salamanca. Ante la burricie del general Millán Astray, el rector, Miguel de Unamuno y Jugo, se levantó y entre otras consideraciones, dijo: «Estáis en el templo de la inteligencia y yo soy su sumo sacerdote. Estáis profanando su sagrado recinto». No se entienda esto como una analogía estricta. Cómo comparar aquella España en guerra con ésta, ni siquiera la barbarie acabada de aquellos protagonistas con estos revoltosos de asamblea que protestan con las herramientas copiadas a los publicistas de Bibiana Aído: sus tarjetas rojas. En consecuencia, sería otro exceso llamar a la Complutense ‘templo de la inteligencia’.

* Cabe la posibilidad de que no fueran universitarios. En la convocatoria-manifiesto pueden observar una indicación extraña para alumnos de la Universidad: las indicaciones de cómo llegar a la Complutense en metro o en autobús.

Santiago González en su blog, 22/10/2010