La CUP exige un «gesto de ruptura» para aguantar a JpS

ABC 07/04/16

La tensión y el mal rollo ya ni se esconden entre los partidos soberanitas. A la reunión secreta entre Oriol Junqueras y Pedro Sánchez a espaldas del presidente Puigdemont se suma hoy la votación en el Parlamento catalán de la moción de apoyo a la declaración del 9-N impulsada por la CUP. Aunque finalmente Junts pel Sí ha logrado que los antisistema acepten eliminar del texto las alusiones a la desobediencia, ello no implica que la CUP no siga siendo un factor de desestabilización por su dinámica rupturista.

Así, ayer se conoció que el partido exigirá a sus socios de Junts pel Sí que antes del 10 de enero de 2017 –cuando se cumple un año del nombramiento de Puigdemont– den «un paso claro» de «ruptura» con el Estado si no quieren dar por finiquitado su acuerdo parlamentario con CDC y ERC, por considerarlo un «fraude». La demanda de la CUP viene reflejada en un documento preparatorio de la asamblea que celebrarán el próximo 22 de mayo, un encuentro que definirá la estrategia del partido, tensionado entre quienes defienden el pacto con JpS y quienes critican la sumisión que ello supone.

«Insulto a la democracia»
En paralelo a las tensiones en el seno del polo independentista, los grupos de la oposición arremetieron ayer con dureza con la tramitación de la moción de la CUP, que aunque suavizada será finalmente votada hoy. El presidente Puigdemont defendió que la moción –calificada por Inés Arrimadas (C’s) de «insulto a la democracia»– llegue al pleno. A C’s se sumaron PSC, SQEP y PP, que recordaron que los letrados del Parlament han advertido contra su tramitación por posible desacato al TC.