La Generalidad tira la casa por la ventana para montar su ‘Agència Tributària’

LIBERTAD DIGITAL 09/12/14

· Aumenta la partida hasta los 36 millones de euros para un organismo casi sin competencias; el cerebro fiscal de Mas gana más de cien mil euros al año.

La Generalidad está en bancarrota y su consejero de Economía, Andreu Mas-Colell es incapaz de cuadrar los números del presupuesto autonómico para 2015. Le faltan 2.500 millones que planea obtener tras una negociación con Cristóbal Montoro y en base a una supuesta nueva deuda histórica de España con Cataluña.

En ese contexto, con recortes en los servicios sociales y en la Sanidad, un aumento del 25% llama la atención. Y tal es el incremento del presupuesto de la Agencia Tributaria de Cataluña, un organismo fantasma cuyo objetivo es constituirse en «estructura de Estado». Para ello dispondrá el próximo año de 35,9 millones de euros.

Para Artur Mas y el frente separatista, la Hacienda catalana es irrenunciable, hasta el punto de que se plantea tanto si se consigue la independencia como en caso contrario. Que la Generalidad dispondrá de un concierto económico como el vasco se da por descontado, de modo que la «inversión» en unos servicios de recaudación y gestión tributaria está plenamente justificada para los nacionalistas.

También se considera normal fichar a golpe de talonario a inspectores de Hacienda para diseñar la futura «Agència Tributària» catalana. El caso más notable fue la contratación hace un año de Joan Iglesias Capella, con un sueldo que supera los cien mil euros en calidad de «asesor del presidente de la Generalidad». Iglesias vendría a ser el «cerebro» de la nueva agencia y en calidad de tal concede entrevistas a los medios e imparte conferencias.

Sin embargo, su nombre no consta en ninguno de los dos organismos de los que dispone la Generalidad para recaudar los tributos que le son propios. Por un lado está la «Agència Tributària de Catalunya» y por el otro «Tributs de Catalunya«, que es la suma de la primera con las oficinas recaudatorias de las cuatro diputaciones provinciales catalanas. La partida del primero es la que consta en el proyecto de presupuestos del consejero Mas-Colell. La segunda corre a cuenta de las diputaciones, dependientes de la Administración del Estado y con las cuentas en números negros a diferencia de la Generalidad.

De lo que no hay duda es de que el proyecto de Hacienda estatal catalana está en manos de Iglesias, partidario, entre otras cosas, de «premiar a los contribuyentes en lugar de castigar a los defraudadores». También se ha quejado en alguna ocasión de que España es el país con menos funcionarios en Hacienda.

Además de fichar a algunos de los inspectores tributarios del Estado más activos de Cataluña, la Generalidad pretende dotarse con una estructura inicial de más de mil funcionarios para poner en marcha el embrión de su agencia, que junto con las «embajadas» y los medios de comunicación son las «estructuras de Estado» a las que la Generalidad dedica más recursos, aunque sea en detrimento de la Sanidad y las prestaciones sociales.