La Generalitat maniobra desde 1998 para catalanizar los apellidos

ABC – 14/11/12

Dirigentes nacionales y cargos del PP se vuelcan en la campaña electoral catalana

Sáenz de Santamaría La vicepresidenta avisa de que «la ruptura no es la solución» y De Cospedal ve a Mas «contra la democracia»

Después del revuelo causado por un vídeo electoral del PPC donde se ironizaba sobre una Cataluña independiente donde los apellidos castellanos estarían vetados, la candidata de los populares catalanes, Alicia SánchezCamacho, reveló ayer que, desde 1998, la Generalitat ha aprobado decretos y una instrucción precisamente sobre la traducción de apellidos.

Según la candidata popular, «Artur Mas se pone muy muy nervioso porque en un vídeo humorístico se hace una caricatura sobre sus intenciones si logra la separación de España. Se nos acusó de demagogos y de exagerar». Según estos decretos e instrucciones, el Instituto de Estudios Catalanes otorga el certificado para traducir apellidos e incluso pone ejemplos de cómo hacerlo: Rubio por Ros, Escribano por Escrivà, Piedra por Pedra o Haddad por Ferrer. La cabeza de lista del PPC constató que «Mas está muy crispado, pero una vez más queda en evidencia». Ayer mismo, y en esta línea de «catalanización» de la sociedad, la Generalitat aprobó un convenio de colaboración con el Ayuntamiento de Perpiñán (Francia) para impartir allí clases de catalán.

Por otra parte, y si alguien llegó a cuestionar en algún momento el absentismo o la falta de contundencia del PP con respecto a la escalada independentista en Cataluña, la campaña electoral en esta comunidad está demostrando todo lo contrario. Ayer mismo la presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, el ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, la presidenta de los populares madrileños, Esperanza Aguirre, el vicesecretario de Política Autonómica del PP, Javier Arenas, y, lógicamente, los populares catalanes en pleno insisteron sobre este asunto. Todos con un mensaje contundente, monotemático, advertir de las consecuencias de una hipotética independencia de Cataluña.

No en un acto electoral, pero sí con el mismo espíritu, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, reclamó a la clase política «grandeza para relegar los intereses particulares y partidistas por el bien común». «La salida de la crisis pasa por la unión y la fortaleza. La ruptura nunca es la solución», señaló en la clausura del Congreso Nacional del Instituto de Empresa Familiar, en Barcelona.

En pleno debate soberanista, y en el mismo foro en el que el día anterior el presidente de la Generalitat, Artur Mas, defendió el proyecto soberanista y pidió a los empresarios que no «dramaticen» una hipotética secesión, Sáenz de Santamaría, aludiendo implícitamente a Cataluña, consideró que «juntos podemos caminar más lejos que yendo cada uno por su cuenta, con el riesgo de perder el rumbo».

Mas, «contra la democracia»

A medida que avanza la campaña, los mensajes van ganando en contundencia. Así, por ejemplo, la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, presentó ayer a Artur Mas como un gobernante con una actitud «peligrosa» y que está «en contra de la democracia» por pretender un referéndum contrario a la ley. Cospedal avisó de que el Estado usará los medios legales necesarios para impedirlo. La presidenta de Castilla-La Mancha acompañó a la candidata del PPC en una visita a un centro de discapacitados de Lérida, donde presentó al presidente de la Generalitat como un «radical» que cree estar «por encima de la ley».

En la misma línea se manifestó el ministro de Exteriores en una entrevista en ABC-Punto Radio. García-Margallo, abundando en su tesis de que una consulta ilegal sería un «golpe de estado jurídico», apuntó que «todo es posible dentro de la norma. Nada es posible fuera de la norma». «Si hay que hacer una consulta tiene que hacerse segun el ordenamiento jurídico», añadió. Por su parte, Javier Arenas, apuntó desde Sabadell que CiU «no ha medido bien el riesgo» de su programa independentista en unas elecciones, las catalanas del 25N, que calificó de «cruciales».