La manipulación de 1714 indigna a historiadores y partidos catalanes

ABC 23/04/14

· El grabado con la rojigualda, un ejemplo de historia «coloreada» para PP y Ciudadanos

«Nos toman por tontos». La inclusión en una muestra organizada por la Generalitat de un grabado del siglo XVII, supuestamente falseado para añadir una bandera de un navío de guerra con los colores de la bandera española en el puerto de Barcelona, ha generado una profunda indignación entre historiadores y partidos no nacionalistas. Es el caso de Javier Barraycoa, vicerrector de la Universidad Abat Oliba CEU, para quien se trata de «un nuevo episodio del proceso de manipulación histórica al que nos tiene acostumbrados la Generalitat».

Para el historiador Barraycoa, se trata de otro «episodio de manipulación de la Generalitat»

El episodio en cuestión, revelado ayer por ABC, puede contemplarse en el centro Blanquerna de la Generalitat en Madrid, que acoge la muestra «1714. Memoria gráfica de una guerra». Esta incluye un grabado con una vista de Barcelona desde el mar, en blanco y negro en el original, y cuyas posteriores versiones en color, una de las cuales es la que se expone, han desatado la polémica. Esta en concreto incluye navíos de guerra con la enseña rojigualda, una bandera que no fue utilizada por la Armada hasta 1785, por tanto totalmente fuera de contexto durante la Guerra de Sucesión (1714) o en los años inmediatamente posteriores.

El añadido posterior de la fortaleza de la Ciudadela, que no se terminó de construir hasta 1718, añaden confusión sobre las distintas presentaciones de un cuadro, obra del francés Pierre-Alexandre Aveline (1702-1760), cuya fecha de la primera versión se sitúa en 1696, con posterior retoque en 1750. La inclusión en una de las versiones de banderas holandesas llevan a pensar que el autor quiso reflejar en realidad un ataque naval anglo-holandés a Barcelona en el marco de la Guerra de Sucesión, pero en este caso en 1705. La versión presentada por la Generalitat aparece con navíos con la bandera española, versión que también se reproduce en publicaciones recientes como «Barcelona 1714. Els gravats de la guerra de Successió» (Efadós/Ayt. de Barcelona) o en otras de tipo académico.

En cualquier caso, la inclusión del grabado en la muestra es a criterio del historiador Barraycoa, autor de «Cataluña Hispana» (LibrosLibres), un caso más de «manipulación burda e infantil», en la estela de otros episodios, como el denostado simposio organizado por la Generalitat «Cataluña contra España». «El nacionalismo tiene que recurrir a estas triquiñuelas para encajar la historia en su esquema preconcebido», explica Barraycoa.

«Rozar el ridículo»
En parecidos términos se expresó la portavoz parlamentaria de Ciudadanos, Carina Mejías, que alertó, tras lo publicado por ABC en relación con la bandera rojigualda añadida, de que «la manipulación de los hechos de 1714 está empezando a rozar el ridículo». En rueda de prensa en el Parlamento catalán, Mejías criticó la tergiversacón que practica la Generalitat para acomodar los hechos históricos a su propio molde mental, así como para encender los ánimos de cara a la celebración del tricentenario.

Por su parte, para el diputado del PP en la cámara catalana Fernando Sánchez Costa, el episodio de la exposición en el centro Blanquerna «demuestra que la Generalitat sitúa el soberanismo en la esfera del mito». «El Gobierno catalán colorea todo para que le cuadre su propaganda, su mitología, su idea manipulada de la historia… es ruborizante», señaló en declaraciones a este diario.