La Mesa de Epi y Blas

Lo primero que hace Batasuna es reclamarle al presidente la autodeterminación. A cambio, está dispuesta a ofrecer contrapartidas o, por lo menos, a estudiar si las da. Es un detalle por su parte ser agradecido cuando se recibe una merced como la autodeterminación, pero a eso no se le llama ofrecer, sino pedir.

No está claro que sea necesaria la mesa de partidos que propusieron inicialmente Batasuna y ETA y que ahora quiere poner en marcha el lehendakari. Los diversos promotores de la idea ni siquiera tienen claras las condiciones que deben darse para que se constituya, pero después de lo ocurrido este fin de semana tras la manifestación celebrada por Batasuna en Bilbao, si algún día se crea esa mesa, quienes no deberán faltar en ella bajo ningún concepto son Epi y Blas, los personajes de ‘Barrio Sésamo’.

Epi y Blas realizaron en su tiempo una destacada labor pedagógica enseñando a los seguidores de la serie el significado y las diferencias de conceptos como dentro o fuera, arriba y abajo, delante o detrás. Vista la interpretación que de forma generalizada se ha hecho de las palabras que el dirigente de Batasuna Pernando Barrena pronunció en el cierre de la manifestación, es necesario que los de ‘Barrio Sésamo’ vuelvan para darnos a todos, y a la clase política en especial, un cursillo intensivo sobre las diferencias entre pedir y ofrecer, entre tender la mano para cooperar y estirar el brazo para pasar la gorra y cobrar por la actuación.

Ha habido una interpretación extendida del discurso de Barrena como si de una oferta al Gobierno se tratara. Conviene, por tanto, reproducir textualmente las palabras del dirigente de Batasuna que tanto eco han alcanzado estos días:

«Hoy, con generosidad política, le decimos al señor Rodríguez Zapatero que si de verdad quiere intentarlo que lo intente en serio, que se sacuda de encima la presión del PP y de la ultraderecha española, que aparque las viejas recetas que tanto sufrimiento trajeron y siguen trayendo, pero jamás funcionaron, que juegue con valentía y que, igual que hizo el laborismo en Gran Bretaña, deje constancia de que está dispuesto a aceptar y respetar la libre voluntad de la ciudadanía vasca. Sabemos que eso no es tarea fácil y que necesitará seguramente contrapartidas. Pídalas».

Parece claro que Batasuna lo primero que hace es reclamarle al presidente del Gobierno la autodeterminación, concepto que el nacionalismo camufla en estos tiempos bajo el eufemismo tan extendido del respeto a la libre decisión de los vascos. A cambio de que le acepten una de sus dos reclamaciones principales, la izquierda abertzale está dispuesta a ofrecer contrapartidas o, por lo menos, a estudiar si las da, que Barrena sólo le dijo a Zapatero que las pidiera, no que se las fuera a dar. Con todo es un detalle por parte de Batasuna, no cabe duda, ser agradecido cuando se recibe una merced como la autodeterminación, pero a eso no se le llama ofrecer, sino pedir.

Florencio Domínguez, EL CORREO, 29/8/2005