La victoria de Iglesias devuelve a Podemos el tono provocador en el Congreso

ABC 16/02/17

· El líder populista tacha de caradura a Montoro y se enfrenta con un diputado del PP

Desde la página 1 El apoyo mayoritario obtenido por el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, en su asamblea de Vistalegre 2 no solo le ha servido para engordar su poder interno, sino para dejar atrás las contenciones y recuperar su tradicional a la vez que provocadora estrategia política. El primer ejemplo se vio este miércoles en el Congreso: tras un mes de perfil bajo en el Parlamento, Iglesias protagonizó por la mañana un enfrentamiento verbal y gestual con el diputado popular Ángel González en mitad del Pleno.

El rifirrafe tuvo lugar mientras el ministro de Hacienda contestaba desde su escaño a las críticas del diputado de Podemos Antonio Gómez Reino por el nombramiento del ex director general de la Guardia Civil Arsenio Fernández de Mesa como nuevo consejero de Red Eléctrica. Una designación que el diputado gallego calificó como «un nuevo caso obsceno de puertas giratorias; corrupción legal, pero al fin y al cabo corrupción», mientras mostraba una fotografía de Fernández de Mesa. Haciendo uso de un habitual recurso parlamentario, Montoro amplificó en el Pleno las acusaciones de Gómez Reino para intentar desactivarlas. «Ha estado usted muy brillante, desde luego, muy brillante para su público. ¿O sea que ser director de la Guardia Civil es equivalente a corrupción?».

Descalificaciones
Estas palabras sulfuraron a Iglesias, que interrumpió el Pleno reprochando al ministro con un «no, no» desde su escaño, mientras se daba toques en la mejilla con la mano lanzándole la acusación de caradura. Una provocación que desató las protestas en la bancada popular e hizo que González respondiera en alto con alusiones a Venezuela. La jefa de gabinete de Iglesias, Irene Montero –posiblemente próxima portavoz del grupo– siguió a su líder y comenzó a gesticular ampliamente dedicando a la bancada popular frases como «caraduras vosotros». El todavía portavoz y número dos, Íñigo Errejón, sentado entre ellos, observaba la escena calmado, sin moverse de su escaño. Solo realizó algún gesto menor de protesta. A partir de entonces el tumulto creció en la Cámara, haciendo ininteligibles las palabras que se cruzaron el líder de Podemos y González. Al respecto, cada bancada ofrece una versión diferente. Mientras que, según los populares, Iglesias contestó con un hostil «baja aquí y me lo dices en el escaño», acompañado de gestos desafiantes, según Irene Montero González le había amenazado con un «a ver si voy a bajar» al que Iglesias solo replicó tranquilamente: «Relájate, baja aquí y lo hablamos».

El guirigay era tal que ni siquiera las actas literales de la sesión logran descifrar lo que dijo cada uno. La presidenta del Congreso, Ana Pastor, se vio obligada a intervenir para poner orden, sin lograrlo en un primer intento. «Lo primero que hay que hacer es respetar si quieren que nos respeten los ciudadanos», censuró.

Al término de la sesión de control al Gobierno, la bronca prosiguió en los pasillos. Irene Montero calificó de «ma-