Las estratagemas de Zapatero

Flirteando con los nacionalistas, provocando a la oposición.


De la edición impresa de The Economist

Extracto


Franjas ingobernables

Aún más polémica era la tentativa del Sr. Zapatero de buscar la paz con ETA. El grupo ha matado a más de 800 personas desde 1968, pero ha sido reducido notablemente, en número y en capacidad, por la eficacia del trabajo policial. La cooperación con Francia ha privado a sus líderes de su refugio tradicional al otro lado de la frontera. Los atentados de marzo de 2004 provocaron un amplia reacción pública en contra del terrorismo. Dos años más tarde ETA declaró un “alto el fuego permanente”. Las negociaciones tuvieron lugar entre Patxi López, líder socialista en el País Vasco, y Arnaldo Otegi, líder de Batasuna, ala política ilegalizada de ETA, pero éstas no llegaron a ninguna parte.

El Gobierno insiste en que no puede hacer concesiones políticas a cambio del fin de la violencia. Puede negociar sobre los 600 presos de ETA (hay 200 más en cárceles francesas), pero sólo con gran precaución. La opinión pública, incitada por bien organizadas asociaciones de víctimas, objeta sobre las prontas excarcelaciones para los asesinos. Por otro lado las autoridades dicen que el Sr. Otegi demostró no tener ninguna influencia sobre los líderes de ETA.

El gobierno sí permitió que un partido de la “izquierda patriótica” (el término orwelliano que los simpatizantes políticos de ETA utilizan para describirse) participara en elecciones municipales en 2007, y consiguiera el 7,4% del voto en las tres provincias vascas. Pero para entonces ETA había roto la tregua: sin ninguna advertencia, un coche bomba en el aeropuerto de Barajas de Madrid mató a dos inmigrantes ecuatorianos en diciembre de 2006.

Tanto el Sr. González como el Sr. Aznar intentaron negociar con ETA, para llegar a la misma frustración. Pero lo hicieron con el consentimiento de la oposición. Esta vez el PP acusó airadamente al Sr. Zapatero de romper un pacto antiterrorista entre ambos partidos. En cuanto a ETA, los funcionarios dicen que su violencia ahora es rechazada por muchos de sus partidarios tradicionales. “Eso nos sugiere que un día terminará, y estamos más cerca del final que hace cinco años,” dice Alfonso Pérez Rubalcaba, el Ministro del Interior.

Más que con ETA son los enredos del Sr. Zapatero con el nacionalismo legal de Cataluña, lo que tendrá un efecto duradero. Hace algunos años algunos socialistas temieron que el PP del Sr. Aznar se hubiera asegurado un largo tiempo en el poder gracias al éxito económico y a la alianza con CiU. Los socialistas respondieron acercándose a los nacionalistas. El líder socialista en Cataluña, Pasqual Maragall, se alió con Esquerra Republicana (ERC), un partido pro independentista que se había evitado previamente por ser contrario a la Constitución Española. Esto permitió a los socialistas alcanzar el poder en la región en 2003.

Una vez en el poder, el Partido Socialista catalán ha mostrado ser tan nacionalista como los propios nacionalistas. El Sr. Maragall exigió -y el Sr. Zapatero aceptó- la renegociación del Estatuto de autonomía de Cataluña de 1979. El nuevo Estatuto, en un intrincado preámbulo, se inclina en la dirección de reconocer a Cataluña como nación, le concede un estatus privilegiado dentro de España y le da más dinero y poder. Eso ha satisfecho a muchos políticos en Cataluña. Visto desde el resto de España, parece en el mejor de los casos innecesario-Jordi Pujol, el líder de CiU que dirigiera el gobierno regional de Cataluña durante 23 años, nunca lo había reclamado-y en el peor es que pueda ser otro gran paso hacia una resbaladiza abajo cuesta que termine en la desintegración del país. Como protesta, algunos madrileños incluso anunciaron un breve boicot al cava. Un alto mando del ejército se pronunció en contra del estatuto y fue separado de su cargo, en el primer caso de desacuerdo militar en un cuarto de siglo.

Maria Dolores de Cospedal, la secretaria general del PP, argumenta que algunos puntos del nuevo estatuto violan la constitución. Todavía tiene que ser aprobado por el Tribunal Constitucional. Esta institución goza de poco prestigio e incluye a pocos abogados constitucionalistas. Por otra parte, ha estado paralizado por dos años por una disputa entre los dos principales partidos sobre el nombramiento de los nuevos miembros del Tribunal. Quizás la preocupación más grande sobre el estatuto catalán sea que una medida de tanta significación constitucional no tuviera el apoyo de los dos principales partidos políticos y que parezca haber sido introducida para la ventaja política de un partido. Víctor Pérez Díaz, sociólogo de la Universidad Complutense de Madrid, dice que los socialistas del Sr. Zapatero “han cruzado una línea. Han roto el espíritu de las reglas, aunque no las reglas.”

El Estatuto catalán demostró ser una buena política. El Sr. Zapatero repitió victoria en las elecciones de marzo de este año gracias a un voto abrumador en Cataluña. En el resto, como precisa la Sra de Cospedal, el PP ganó a los socialistas. El Sr. Zapatero también tuvo buenos resultados entre los votantes más jóvenes, a los que gustó su “ampliación de libertades” – y a los que el Sr. Rajoy dejó fríos. Pero a pesar de cuatro años de fuerte desarrollo económico, el Sr. Zapatero no consiguió la mayoría absoluta en la Cámara Baja. Fueron los partidos nacionalistas, notablemente ERC, los principales perdedores de las elecciones. Una alta autoridad cita este aspecto como justificación de la estrategia del gobierno de, en efecto, matar al nacionalismo con amabilidad.

El Sr. Rajoy hizo suficiente con mantenerse como líder del PP, a pesar de haber perdido dos elecciones. En un congreso del partido en junio sustituyó a los amigos de la derecha del Sr. Aznar por nuevos líderes, más jóvenes y más centristas, incluyendo a la Sra de Cospedal. También hizo alusión a que era hora de dejar caer la “crispación” en favor del consenso sobre las grandes cuestiones a las que España se enfrenta. En el futuro el Sr Zapatero se puede encontrar a un PP más difícil de provocar. Los socialistas están hablando sobre una nueva ley del aborto que José Antonio Alonso, portavoz socialista en el Congreso llama el “desafío más grande” de esta legislatura. El PP piensa que más que ser modificarla, la ley existente, que permite el aborto en circunstancias absolutamente tasadas, ha de ser correctamente aplicada.

Pero según la Sra. de Cospedal, en el futuro su partido concentrará sus ataques en la economía. El Sr. Zapatero sabe que estará en el poder durante los cuatro próximos años que serán más complicados que sus cuatro primeros. “La primera legislatura fue económicamente fácil pero políticamente difícil. Esta legislatura será políticamente más fácil pero económicamente más difícil,” reconoce. Es probable que se enfrente con problemas en ambos frentes.

THE ECONOMIST, 6/11/2008