Lo que dice ETA

FLORENCIO DOMÍNGUEZ, EL CORREO – 22/07/14

Florencio Domínguez
Florencio Domínguez

· Reclama contrapartidas por su desarme, pero no encuentra quién las pague a cambio de unas armas que ha prometido no utilizar.

· ¿Cómo se dejan fuera de uso unas armas que están en manos de ETA, sólo vigila ETA y no las controla más que la propia banda?.

Un problema que se plantea a menudo con los comunicados de ETA es que hay quien lee lo que le gustaría que pusiera el escrito y no lo que realmente pone. Eso ha ocurrido, por ejemplo, con el comunicado difundido el pasado domingo en el que algunos han leído que ETA había selllado sus arsenales o, como ha hecho Aralar, que había «consumado su desarme». El texto no dice ni una cosa ni otra.

ETA anunció el domingo que había disuelto lo que siempre se han llamado aparatos militar y logístico, aunque el 90% del trabajo de disolución de esas estructuras se lo ha hecho la Policía. Tanto es así que en las notas de prensa del Ministerio del Interior de los últimos años a los detenidos en Francia ya no se les encuadraba en el ‘aparato militar’ sino en el logístico, por que el primero era algo marginal. A los dirigentes de ETA no les quedaba mucho que disolver. Lo que han hecho es reubicar al personal en un nuevo aparato logístico y en un aparato político y negociador, porque si algo queda claro en el comunicado es que ETA no sólo no se plantea su disolución, sino que declara explícitamente que continuará con las siglas.

Al igual que hizo en el comunicado difundido el 1 de marzo, ETA se muestra dispuesta al sellado de sus arsenales explicando que ese concepto significa dejar «fuera de uso operativo» a las armas. ETA renunció a seguir con el terrorismo el 20 de octubre de 2011, pero parece que hace falta otro trámite burocrático para que las armas queden fuera de uso. ¿Qué significaba entonces poner fin al terrorismo? El comunicado del 1 de marzo se expresaba en los mismos términos que el del domingo pasado. El diario Sud Ouest, en su edición del 3 de marzo, le preguntó entonces al político finlandés Aaro Suonio, que había intervenido en el desarme del IRA, que significaba eso de dejar «fuera de uso operativo» las armas y respondió: «En el caso de ETA, no lo sé». Porque, ¿cómo se dejan fuera de uso unas armas que están en manos de ETA, sólo vigila ETA y no las controla más que la propia banda?

ETA, lo dice ahora y lo dijo en marzo, está dispuesta al sellado de sus armas, pero es que la banda diferencia claramente entre dos procesos, el del sellado y el del desarme. No son lo mismo. El sellado es lo que hicieron el 21 de febrero: hacen una lista con las armas y luego se las vuelven a llevar al zulo con la promesa de no utilizarlas. Pero como ya habían prometido no usarlas el 20 de octubre de 2011 esa maniobra no es más que vender dos veces la misma mercancía.

El desarme, que sería la única forma de que ETA se quedara sin armas, es otra cosa. Eso está condicionado a una negociación con los Gobiernos de España y Francia dentro de un paquete que incluye la libertad de los presos, la vuelta de los huidos y la «desmilitarización», o sea la retirada policial de la Comunidad Autónoma Vasca y de Navarra.

Desde que anunció el fin del terrorismo, en todos los documentos o declaraciones en los que ETA ha mencionado el desarme, incluido el comunicado, del domingo, la banda ha vinculado el abandono de las armas a la negociación. De ese propósito no se ha movido un milímetro, aunque lo ha disimulado con la cortina de humo creada con la idea del sellado. El desarme para ETA tiene que ser un proceso bilateral, o sea con contrapartidas. Su problema es que no encuentra quién quiera pagar esas contrapartidas por unas armas que ha prometido no utilizar.

FLORENCIO DOMÍNGUEZ, EL CORREO – 22/07/14