Los regeneradores

JOSÉ MARÍA CARRASCAL – ABC – 03/05/15

· ¡Y estos son los que venían a regenerar España! A las primeras de cambio han demostrado que lo único que buscan es poder.

Pues sí que se han lucido los dos novatos en su presentación: el uno, con una pelea doméstica en la que volaron platos y sartenes, el otro, negociando la continuidad de la presidenta de la comunidad más corrupta y retrasada. ¡Y estos son los que venían a regenerar España! A las primeras de cambio han demostrado que lo único que buscan es poder. Bueno, uno lo lleva hasta en el nombre. Otro lo esconde tras los ciudadanos. No sé que es peor, la brutal sinceridad o la hipócrita modestia. Supongo que a muchos les sorprende.

A quienes llevamos una vida observando la escena política, no, porque hemos desarrollado un recelo instintivo hacia los que vienen a cambiarlo todo, hacia los que se presentan como inmaculados, hacia los salvapatrias, hacia los que ofrecen fórmulas sencillas para problemas complejos, hacia los que, en fin, dicen lo que quiere oír la gente, para luego hacer lo que les da la gana.

Lo de Podemos se veía venir. Desde que alcanzó la cumbre, poniéndose a la cabeza de las encuestas, y saltó de los platós a la arena política, se le veía como quien camina por primera vez en una pista de hielo. Los teóricos querían salvar la pureza de la doctrina, los prácticos iban a lo importante, los cargos, originando disputas, roces, chispas. Y encima, los cuatrocientos mil del ala venezolanos y el trabajillo de extranjis en la Universidad de Málaga, que lo embarraba todo.

Monedero tuvo un ataque de histeria, puso verdes a sus colegas, dijo por primera vez lo que pensaba, y al día siguiente «confesó» como buen comunista, y volvió a la casa solariega. Aunque lo más impresionante ha sido ese «¡Porque no!» de Pablo Iglesias a la pregunta de por qué decía que el incidente no iba a afectarles. No, porque él lo dice, porque su opinión basta y sobra para zanjar el asunto. Si necesitáramos otra prueba de que estamos ante un leninismo aguado por la televisión, ahí la tenemos.

Lo de Ciudadanos es algo más sofisticado, aunque tampoco tanto. Ellos no asaltan el poder –«el cielo» le llamaba Iglesias– a la brava, sino por etapas. Primero, apoyándose en uno de los grandes partidos decadentes, para dar desde allí el gran salto. Usando un programa que pueda servir tanto para el PP como para el PSOE, haciéndose los simpáticos, los moderados, disculpándose con el argumento de que «sólo ayudan a la gobernabilidad» de una autonomía o del país.

Exigiendo el cumplimiento de diez mandamientos confeccionados a la medida de los pecadores y la penitencia de los confesores de manga ancha: un padrenuestro y un ave maría. Que Griñán y Chaves se vayan. Se van, pero se quedan. Como los mandamientos, se enuncian, pero no se cumplen. Estos son nuestros regeneradores. «Su regeneración es la de generaciones», les dije. El resto, más de lo mismo. La gran pregunta es qué dirán y harán ahora los seguidores del PP dispuestos a irse con Ciudadanos. Porque los españoles estamos dispuestos a todo menos a reconocer que nos hemos equivocado.

JOSÉ MARÍA CARRASCAL – ABC – 03/05/15