Maneiro, el látigo de Urkullu

EL CORREO 14/07/14

· El líder de UPyD ha conseguido poner en aprietos al Gobierno del PNV en casos como los de Epsilon y el pago de informaciones

Gorka Maneiro se ha convertido en el látigo que azota al Gobierno de Iñigo Urkullu. O, al menos, en uno de los que más golpea al Ejecutivo dentro y fuera del Parlamento vasco. El único parlamentario de UPyD presentará hoy en los juzgados de Vitoria una denuncia contra el Gabinete del PNV por la inserción de «publicidad irregular» en periódicos afines al nacionalismo gobernante. La imagen jalona un último mes en el que el portavoz del partido magenta ha presionado para que el lehendakari compareciera en la diputación permanente de la Cámara para explicar el pago por la publicación de noticias y reportajes favorables a su Gobierno. Además, ha respaldado la elaboración de un dictamen crítico con los jeltzales por la fallida gestión de los proyectos Hiriko y Epsilon.

Maneiro, agitador permanente, ya exhibió su voracidad en la anterior legislatura, cuando en alguna sesión de los plenos de control subió al estrado hasta en cuatro ocasiones para preguntar al anterior inquilino de Ajuria Enea, Patxi López. Esa inquietud la ha trasladado con facilidad al actual mandato de Iñigo Urkullu, en el que ya ha presentado toda una batería de cuestiones: 49 proposiciones no de ley, 44 interpelaciones, 72 preguntas orales para respuesta en pleno, 86 para contestación escrita y 207 solicitudes en información. A estas últimas hay que sumar otras 23 que todavía no han pasado por la Mesa y están pendientes de calificación. Su actividad hizo que el pasado diciembre los periodistas que cubren habitualmente la información del Parlamento autonómico le concedieran el premio al «azote» del Gobierno.

Sus números resultan difíciles de igualar por otros parlamentarios y, por supuesto, por ninguno de los líderes de las demás formaciones políticas con representación en la Cámara de Vitoria. Las estadísticas oficiales revelan que Arantza Quiroga, del PP, ha intervenido en un pleno en 32 ocasiones; Laura Mintegi, de EH Bildu, en 29; Joseba Egibar, del PNV, en 25; y Patxi López, del PSE, en 8. Maneiro, que juega con la ‘ventaja’ de ser el único representante del Grupo Mixto, lleva 352 participaciones en los debates desde que se abrió la actual legislatura en 2011. A años luz de otros parlamentarios como Leire Corrales (PNV), con 6 intervenciones; Hasier Arraiz (EH Bildu), con 4; Iñaki Arriola (PSE), con 3; o Maribi Ugarteburu (EH Bildu), con solo una.

Cursos para consejeros
Las demandas del líder de UPyD en Euskadi versaron sobre multitud de temas, pero reservaron un espacio importante para aquellas cuestiones que pueden resultar comprometedoras para el inquilino de Ajuria Enea. Asuntos como las clases de idiomas recibidas por consejeros y altos cargos y que se pagaron con fondos públicos; los cursos de oratoria para los titulares de Salud y Seguridad; las denuncias que provocaron la eliminación de los incentivos salariales a los directivos de Osakidetza; la crítica contra las aportaciones públicas a clubes privados de fútbol para las remodelaciones de San Mamés y Anoeta; y la revelación de que las enmiendas del PNV a la Ley de Vivienda estaban basadas en un informe encargado y pagado por el Gobierno vasco a una consultora privada.

Sin olvidar las aportaciones financieras de Fagor y Eroski, los gastos que pasa el exlehendakari Ibarretxe, la defensa del edificio de Bellas Artes de San Sebastián, la crítica al desarrollo de Donosti capital cultural o la denuncia por lo que estaban cobrando sin ir a trabajar en la empresa pública Ibarzaharra dos antiguos cargos públicos del PNV.

La euskaldunización y los modelos lingüísticos, la reprobación del secretario de Paz y Convivencia Jonan Fernández, la disolución de ETA y la «falta de legitimidad» de EH Bildu por no condenar el terrorismo han formado parte también del ideario de UPyD en la Cámara de Vitoria, junto a su oposición a la ponencia de paz, el apoyo a las víctimas del terrorismo, las críticas a la LTH, al Concierto y al modelo institucional vasco, la politización de órganos como el Tribunal Vasco de Cuentas, las cajas de ahorros, los órganos judiciales…

Han sido, sin embargo, las últimas actuaciones durante el debate sobre el uso de fondos públicos para pagos a medios de comunicación privados o su liderazgo a la hora de promover la comisión de investigación de Epsilon e Hiriko los que han colocado en las últimas semanas el foco sobre el trabajo parlamentario de Maneiro.

Sus intervenciones han trasladado a la opinión pública la imagen de que el líder de la formación magenta parece haber entablado una cruzada contra el PNV. El propio Koldo Mediavilla, dirigente del EBB, ha tildado a Maneiro de «francotirador feliz», mientras fuentes del grupo parlamentario jeltzale califican su actuación de «normal por su tendencia política». «Representa a unas siglas», sostienen.

También estiman que «como no tiene nada que ganar ni perder es lógico que actúe así» y creen que su trabajo «se resalta más porque está solo en el grupo». Desmienten además «una obsesión» con la formación nacionalista y circunscriben sus numerosas preguntas a Urkullu al hecho de que «representa un tipo de ideología absolutamente contraria a la nuestra». Las estadísticas de Maneiro tampoco llaman la atención al PNV. «Para un grupo conformado por una sola persona el número tampoco es excesivo», mantienen desde el grupo jeltzale.

El político donostiarra ocupa desde 2009 un escaño que inicialmente parecía estar en peligro en 2012 con la irrupción de EH Bildu. El rostro visible de Rosa Díez en el País Vasco mantuvo los resultados, lo que le ha permitido afrontar una segunda legislatura. Desde allí está empeñado en seguir siendo el referente de «los vascos que se sienten españoles, sin complejos y progresistas», como dijo durante la campaña.

«Estoy en todas las comisiones. Además en los últimos tiempos se han creado varias ponencias como la de autogobierno o de duplicidades, la comisión que investiga Epsilon e Hiriko… El ritmo está siendo agotador, pero se supera trabajando muchas horas, prácticamente todo el día», asegura Maneiro.

Cinco años «muy intensos»
Ante la incapacidad de estar presente en todo, el parlamentario de UPyD reconoce que se ve obligado a centrarse «en aquellos temas que consideramos más importantes». Una conjugación en plural que hace referencia a su equipo, compuesto por tres asistentes. «Me ayudan muchísimo, pero al final es uno mismo el que tiene que salir allí, a exponer los temas», relata.

Sólo da muestras de cansancio «en los plenos ordinarios, cuando se debaten siete cosas distintas y tengo que intervenir en todos los temas. Empezamos a las nueve de la mañana y acabamos a las cinco, las seis, las siete… Pero disfruto porque me gusta lo que hago».

Maneiro está convencido de que en los próximos comicios no será el único parlamentario vasco de UPyD. Mientras tanto, no puede evitar pensar «en el trabajo que podrían hacer los de los grupos grandes, con el reparto de los temas… Pero mi situación es distinta». Sus carencias numéricas las suple «leyendo mucho» y echando mano de la experiencia acumulada en «cinco años muy intensos». «Recuerdo muy bien mis intervenciones pasadas, de la legislatura anterior, lo tengo muy fresco y eso ayuda», declara.

Su otro secreto es no caer en la tentación de mantener «una actitud pasiva o cómoda». «Estoy muy mentalizado para hacer labor de control y para hacerlo bien hay que esforzarse mucho». Porque sostiene que quiere ser «ser el ajo de todas las salsas». «Siempre tengo en mente debates que suscitar, que trasladar», dice. Por todo ello, Maneiro está convencido que sin UPyD «el Parlamento vasco sería más gris y aburrido».