Mas camufla una plataforma soberanista de izquierdas con altos cargos de la Generalitat

EL CONFIDENCIAL 27/10/14

¿Artur Mas está desesperado o los desesperados son los que le dan apoyo? ¿Acaso se huelen que el president está en la recta final de su carrera política? Algo se mueve en el nacionalismo y, especialmente, en el nacionalismo de Convergència. Lo último es un supuesto grupo de “intelectuales de izquierdas” que el pasado viernes presentó a bombo y platillo en Barcelona un manifiesto fundacional de una pretendida plataforma de apoyo al proceso catalán.

¿Intelectuales de izquierdas? ¿Nueva ‘movida’ en la izquierda catalana para apoyar la independencia? ¿Posicionamiento de última hora de neoconversos al nacionalismo? Nada de eso. Simplemente, maniobra de distracción del Gobierno catalán, que a pocos días para el pseudorreferéndum del 9 de noviembre quiere blindar a Artur Mas para evitar su caída en picado.

El verdadero motivo de este movimiento se deja traslucir en uno de los párrafos de ese manifiesto fundacional: “Es preciso dar apoyo leal (que nos ha de ser devuelto) a quien hoy lidera institucionalmente este complejo proceso de autodeterminación. Como se constata cada día, los líderes de este proceso, y en especial el presidente Artur Mas, son el primer objetivo a abatir por parte de quien se opone al proceso soberanista catalán”.

¿Quién quiere tanto al líder catalán? Los de su propio Gobierno, por supuesto. Sólo hay que echar un vistazo a los componentes del grupo de apoyo: Ferran Mascarell, consejero de Cultura; Pilar Pifarré, secretaria general de Cultura; Jordi Sellas, director general de Creación y Empresas Culturales de la Generalitat; Xavier Albertí, director del Teatro Nacional de Cataluña (TNC); Joan Pluma, director general de Archivos, Bibliotecas, Museos y Patrimonio de la Generalitat; Àlex Susanna, director del Institut Ramon Llull; Laura Borràs, directora de la Institució de les Lletres Catalanes, otro de los recovecos de la Administración para cobrar sueldo del erario. Vamos, cargos públicos puros y duros. O sea, cargos del Gobierno del propio Mas.

Pero de izquierdas, muy poco. Cierto que entre los firmantes que dan apoyo hay otros nombres de postín: el director teatral Sergi Belbel; el crítico Daniel Giralt-Miracle; el diseñador Juste de Nin; el poeta y ensayista Vicenç Altaió (que fue director del Centro de Arte Santa Mónica hasta el año pasado); Oriol Pi de Cabanyes (escritor y director general en varios Gobiernos de Jordi Pujol); Àngels Solé (directora del organismo oficial Centro de Restauración de Bienes Muebles de Cataluña); Josep Maria Portavella (artista y director de The Chanclettes); Agustí Colomines, exdirector de la fundación Trias Fargas, es decir, la fundación oficial de Convergència; o Clara Ponsatí, economista que el año pasado acusó al Gobierno español de hacer una “purga política” por no haberle renovado la cátedra Príncipe de Asturias en la Universidad de Georgetown.

Lo curioso es que en el manifiesto admiten que son un “grupo de ciudadanos de trayectorias profesionales y políticas muy diferentes, pero de espíritu progresista” y se agrupan en la plataforma Volem. Sobiranistes d’Esquerres per la Democràcia i la Independència (Queremos. Soberanistas de Izquierdas por la Democracia y la Independencia). Lo más parecido a la izquierda, sin embargo, es un pequeño párrafo entre diez, en el que abogan por “una futura Cataluña independiente” con un “Parlamento plural políticamente y socialmente, pero mayoritariamente favorable a desplegar políticas de progreso y de igualdad para avanzar en la construcción de una Cataluña libre, culta, próspera, socialmente justa y democrática, sin extremismos ni dogmatismos de ninguna clase”. Todo lo demás es identidad, identidad e identidad.