Menos da una piedra

El ministro Rubalcaba, hábil en el juego de palabras, niega que «en este momento» se esté produciendo una negociación con ETA. Al final del partido se comprobará si el Gobierno ha cedido o no a las presiones de la banda. Pero el presidente sabe que en cuanto se ponga en marcha la mesa extraparlamentaria de partidos, no se hablará de otra cosa.

En pleno ecuador de las fechas que maneja ETA como ‘clave’ para comprobar si los nuevos gestos del Gobierno les dan alguna pista de que van a poder obtener beneficios a cambio de su alto el fuego, llega la declaración de apoyo al proceso de seis ilustres internacionales. Ni son tantos como los que van a suscribir la declaración del 25 de octubre en el Parlamento europeo, ni tan doctos como ellos presumen. De los seis, dos que han salseado por Euskadi todo lo que les ha permitido la minuta de las invitaciones oficiales, no gozan, precisamente, de prestigio desde que fracasaron en sus particulares trayectorias.

Pero, tal y como están las cosas, «menos da una piedra» dicen los socialistas del ‘aparato’, que se muestran dispuestos a justificar cualquier indicio de cesión ante el chantaje de la banda terrorista que dejó de matar esperando que se le premie por ello. ¿Que el preso de ETA De Juana Chaos abandona su huelga de hambre al mismo tiempo que la Fiscalía se plantea rebajarle noventa años de petición de cárcel? No hay que ser mal pensados. Si bien es cierto que los portavoces de Batasuna han insistido, durante todo el verano, en que las leyes debían adaptarse a la voluntad del pueblo vasco y no al revés, no hay que relacionar que la Fiscalía haya colgado el cartel de ‘rebajas’ con la presión que se ha estado ejerciendo desde el entorno de la banda terrorista. ¿Que se están pasando con el terrorismo callejero de los fines de semana? Vale, pero no es para dramatizar, en opinión del portavoz de los socialistas en el Parlamento vasco.

Y así se va haciendo historia. El ministro López Aguilar, pasando verdaderos apuros cuando le acercan un micrófono; teniendo en cuenta que este titular de Justicia, hace tan sólo un verano, llegó a decir que De Juana Chaos (entonces se le denominaba «uno de los más sanguinarios») no debía salir de la cárcel «bajo ningún concepto», se hace la lengua un lío diciendo que no está para desmentir «la mentira de todas las mentiras». Pero de la «impunidad» a la que se refería hace un año, ya no dice ni palabra. El protagonista de la huelga de hambre dijo que había depuesto su actitud, entre otras cosas, por «innumerables peticiones» que había recibido. Y la pregunta de ayer, aun a riesgo de que ser considerados «contrarios» al proceso, no era otra que si la petición del Gobierno estaba entre la multitud.

Eguiguren se ha paseado por el paraíso de Noruega y el ministro Rubalcaba, hábil con el juego de palabras, negando que «en este momento» se estuviera produciendo una negociación entre ETA y representantes del Gobierno. Al final del partido se podrá comprobar si el Gobierno de Zapatero ha cedido o no a las presiones de la banda. Pero el presidente sabe que, en cuanto se ponga en marcha la mesa extraparlamentaria de partidos, no se hablará de otra cosa.

Tonia Etxarri, EL CORREO, 11/10/2006