Miguel Hernández

Para la libertad

Para la libertad sangro, lucho, pervivo.

Para la libertad, mis ojos y mis manos, como un árbol carnal, generoso y cautivo,
doy a los cirujanos.

Para la libertad siento más corazones que arenas en mi pecho:

dan espumas mis venas, y entro en los hospitales, y entro en los algodones
como en las azucenas.

Porque donde unas cuencas vacías amanezcan, ella pondrá dos piedras de futura mirada

y hará que nuevos brazos y nuevas piernas crezcan en la carne talada.

Retoñarán aladas de savia sin otoño, reliquias de mi cuerpo que pierdo en cada herida.

Porque soy como el árbol talado, que retoño:
aún tengo la vida.

Este poema de Miguel Hernández, dedicado a los que quedaron malheridos combatiendo por la libertad, ha inspirado el nombre y logotipo de nuestra Fundación. 6/12/2002