Ministros malajes

ANTONIO BURGOS, ABC – 10/09/14

· Si alguien no debe hablar de Cataluña, que es un asunto bastante interior, es el ministro de Asuntos Exteriores.

Estamos mal acostumbrados a soportar malajes en el Gobierno, y mira que este gobierno está bien despachado de ellos. En la Transición nos devolvieron las libertades dos grandes simpáticos: Su Majestad el Rey Don Juan Carlos y Suárez. Suárez era simpático profesional, de los que te roban la cartera con tanto estilito y agrado que tienes encima que darles las gracias. Tras el paréntesis malajoso de Calvo-Sotelo, un esaborío grande, le sucedió en el Gobierno otro gran simpático: González. Que resultaba mucho más simpático porque tuvo la vista de ponerse al lado a un malaje con carné, a un tío atravesado: a Guerra.

Yo creo que González nombró vicepresidente a Guerra para destacar más como simpático. Simpatía que no le valió para perder el puesto por causa de los albores de la corrupción. Los españoles eligieron como presidente entonces a otro simpático. Tela de simpático. A Aznar. Aznar tenía todavía más mérito como simpático que González. González, para destacar, se puso al lado a Guerra. Pero es que Aznar se puso al lado a un señor que caía muy bien, a Arenas, que es como sus paisanos Los del Río pero en político: un simpático profesional con carné de agradador.

Poco dura la alegría en casa del pobre y la simpatía en La Moncloa, porque tras Aznar nos tocó como presidente otro malaje: Zapatero. De la estirpe de Guerra. Zapatero era guerrista por lo malaje, no por lo político. Nos hizo la malajá gorda de meternos en la crisis ignorándola y silbando «Paquito el Chocolatero» para disimular. Por eso perdió el poder. Pero nos llegó otro malaje. Y gordo: Rajoy. Malaje y triste. ¡Anda que Rajoy es como para llevarlo en una carreta del Rocío para animar la romería! Es un señor triste e incluso una mijita de cenizo. Igual que los otros te robaban la cartera y les dabas las gracias, éste es de los que te dicen que te van a regalar cuarenta mil duros y les tienes que pegar dos bofetás, por el modo tan desabrido y mal encarado como te lo anuncian.

Así está superando la crisis, pá darle dos guantás, sin brillantez ninguna. Y si por lo menos tuviera al lado a un Arenas para vender sus logros… Pero no: todo lo contrario. Yo no sé quién será más malaje: si Rajoy o los ministros que lo rodean. ¿Han visto la cara de estar dando un pésame que tiene siempre Montoro? ¿Y Gallardón, que es como el empollón odioso del curso que nos daba tanto por saco? Algunos ministros de Rajoy tienen deformación profesional de malajería a causa de su cartera. El de Interior, Fernández, es mal encarado como un policía armada de los de antes, de los grises. Junto con la cartera de Interior deben de darles también esa cara de guardia para correr delante de ellos.

La misma cara de atravesado tenía Corcuera, que lo vestías de gris y salías corriendo gritando «libertad, amnistía, estatuto de autonomía». ¿Y el de Defensa, Morenés, dónde me lo dejan? Yo tenía en la mili un cabo primero con una cara de malas pulgas igual que la suya, que está siempre en posición de firmes por mor de su militar cartera.

Y del mismo modo que según la doctrina de Forrest Gump los tontos hacen tonterías, los malajes cometen malajás. Como la última de otro gran malaje del Gobierno, el ministro de Asuntos Exteriores, Margallo, acerca de Cataluña. Mire usted, don Gargallo de lo que rima en gallego y empieza por «ca»: si alguien no debe hablar de Cataluña, que es un asunto bastante interior, es precisamente el ministro de Exteriores. Es como darles a los separatistas un anticipo a cuenta de la independencia. Y menos decir, preguntado sobre las medidas del Gobierno para impedir que Mas saque las urnas a la calle: «Si se lo cuento a usted lo sabe todo el mundo». Malajá delicada, que hace pensar que Gargallo no quiere que sepamos si Rajoy, para impedir el urnazo separatista, no sabe si mandar a Cataluña al Tercio Duque de Alba o al Alejandro Farnesio. Porque esa malajá nos hace sospechar que por lo menos va a mandar a la Legión. Y antier va a estar Rajoy por esa labor, aunque uno de sus malajes en plantilla haya dado pie a que lo pensemos…

ANTONIO BURGOS, ABC – 10/09/14