Nicolás Redondo: «Ante ETA no sirve el diálogo, sólo vale la cárcel»

El presidente de la Fundación para la Libertad afirma en esta entrevista que «si Zapatero y Rajoy quieren estar a las altura de las circunstancias, es imprescindible que se vean. Dejarse de insultos y tomar la iniciativa política, que pasa por pactar una acción común frente al PCTV y ETA y por facilitar que Patxi López tenga 33 diputados».

Defiende a capa y espada un acuerdo entre el PP y el PSOE previo a cualquier movimiento que se haga en el País Vasco o en las reformas estatutarias y constitucional, que ya ha puesto en marcha el Gobierno de Rodríguez Zapatero. Sigue pensando que sólo la unión de las dos principales formaciones políticas nacionales podrá frenar la influencia cada día mayor de los nacionalismos e impedir que en España se hable a diario de lo que ocurre en la escena política catalana y vasca.

¿Qué lectura hace del resultado de las urnas de este domingo?

-El PNV no cumple sus expectativas. El resultado del PCTV es sorprendente. El PSE tiene uno bueno, que le permite liderar una posición influyente. San Gil evita una derrota, con un resultado digno y bueno.

-¿Cómo explica el tirón del PCTV?

-Es una prolongación de Batasuna. Su resultado, aunque no llega a los 14 escaños de legislaturas pasadas, nos ha sorprendido y debe preocupar. Esta legislatura se caracterizará por la inestabilidad y la radicalidad. Me molesta coincidir con Otegui, pero es cierto que será similar a la de 1998.

-¿Comparte la visión de Aznar de que se comienza culpando a un Gobierno de un atentado y se acaba con los terroristas en las instituciones?

-Tenemos una tendencia malsana a comportarnos mal con los presidentes del Gobierno. El 11-M ha servido para dividirnos. El país necesita más músculo nacional.

-¿Zapatero ha dejado entrar a ETA en el Parlamento vasco por la puerta grande?

-Para realizar esa aseveración, hay que tener pruebas contundentes. La lucha contra el terrorismo no puede adelgazar el estado de derecho. Es excesivo decir algo tan duro. Desde luego, no lo comparto. Ahora bien, el fiscal general aseguró que habría pruebas si Batasuna suplantaba al PCTV. En las elecciones todos los interventores eran de Batasuna. Más claro que eso… aunque desconozco si es suficiente jurídicamente.

-¿Y lo es?

-Hay que tener las pruebas.

-Al parecer, la Guardia Civil las tiene.

-¿Por qué hay ese debate sobre si el Gobierno tiene que evaluar las pruebas? Es la Justicia quien debe hacerlo. Lo peor que puede suceder es que exista un debate tan profundo como el actual, que nos separe tan abismalmente al PSOE y al PP.

-¿Este debate alimenta más a ETA?

-Está claro.

-¿El Ejecutivo ha permitido que el PCTV se presente para arrebatar al PNV la mayoría absoluta?

-Son argumentos duros. Hablaríamos de un Gobierno que ha prevaricado. Puede que haya cometido un error. Pero no podemos ir más allá.

-¿Batasuna y los socialistas pactaron en sus contactos que el PCTV se presentara a las elecciones?

-Pasamos de algo que ha dicho Otegui, que puede ser cierto, a algo que no está comprobado. Las relaciones con Batasuna nos sitúan en manos de ETA, si son unilaterales y no se comparten y hay información leal entre el Gobierno y el PP. El PNV quiso rentabilizar la tregua trampa pactando sólo con ETA. Luego la banda tomó la iniciativa. Por tanto, lo que se haga lo deben hacer las dos formaciones nacionales.

-¿Y?

-Lo que más echo de menos es que Zapatero o Rajoy no hayan descolgado el teléfono para verse antes del día 5 de mayo, fecha en la que el presidente recibe a Ibarreche. Si quieren estar a las alturas de las circunstancias, es imprescindible que se vean. Hay que dejarse de insultos y tomar la iniciativa política, que pasa por pactar una acción común frente al PCTV y ETA y por facilitar que Patxi López tenga 33 diputados.

-¿Zapatero debería llamar a Rajoy antes del 5 de mayo?

-Yo lo haría. Y analizaría las elecciones vascas, la situación del «plan Ibarreche», de la lucha contra ETA y la necesidad de seguir como estamos o modular la situación, pero juntos. Si no lo ha hecho el presidente, si fuera Rajoy descolgaría el teléfono.

-¿El «plan Ibarreche» está enterrado?

-Ibarreche ha sido derrotado, pero no su plan. Lo apoyaron PNV, EA e IU, que ahora tienen 32 escaños. Aralar será más exigente. Además, tienen los 9 votos del PCTV. La aritmética no lleva a pensar que esté derrotado.

-Zapatero está dispuesto a llegar hasta el final en este proceso de paz.

-El principal problema es la desconfianza entre las dos formaciones. Los nacionalistas, en este caso Otegui, pueden tener la iniciativa y fracturar la confianza de los dos partidos. Sería terrible que se rompiera el pacto por las libertades. El terrorismo no puede ser parte del mercadeo político. No podemos someter la lucha contra ETA al estrés electoral. Si lo hacemos, la responsabilidad será de todos y los terroristas habrán ganado.

-¿El pacto ya ha saltado por los aires?

-Está muy tocado. Cuando la desconfianza se extiende, el perjudicado es el pacto. La división entre PSOE y PP siempre fortalece a ETA.

-¿Estamos en la antesala de una tregua?

-Aunque a ETA políticamente le ha fortalecido que el PNV asumiera su discurso y el resultado electoral, está en el momento de su historia de mayor debilidad. Por eso, hay que proseguir con la actual estrategia.

-¿Se puede hablar de algo con ETA?

-No.

-El Gobierno está dispuesto a acercar a los presos a cambio de la paz.

-Es un error dar expectativas de cambio a los terroristas y a los nacionalistas. Cediendo no se moderan. Se fortalecen y radicalizan.

-¿Con ETA sólo se acaba con las Fuerzas de Seguridad del Estado?

-Está claro. No comparto eso de ante ETA, diálogo. Ante la banda, la cárcel. Cuando hemos seguido este camino las cosas no han ido mal. Tiene que quedar claro que por la paz no se paga un precio político y que las víctimas siguen teniendo un papel.

-¿Qué impacto tendrá en las alianzas para constituir Gobierno que el sector de Imaz quiera sustituir a Ibarreche?

-En el PNV sólo hay una persona que manda. Cuando Ibarreche ganó las elecciones, empezó a mandar.

-¿Habrá Gobierno de coalición del PNV con el PSE-EE?

-Los nacionalismos vasco y catalán influyen demasiado en la vida española. Es imprescindible una relación de lealtad y de confianza entre PSOE y PP para mermar su influencia. Esto impediría que estuviéramos hablando todo el día de lo que pasa en Cataluña y en el País Vasco.

Golpe bajo. -¿Ve a López aliándose con San Gil?

-Suman más que Ibarreche.

-¿Deberían hacerlo para acorralar al nacionalismo?

-No se trata de eso, sino de fortalecer el músculo nacional. El PSE tienen que llegar a un pacto con el PP.

-¿Pero el PNV se uniría al PCTV para arrebatar al PSE el Gobierno?

-Este escenario no lo querría nadie. Ni los propios nacionalistas. No es verdad que el pacto PP-PSE le lleve irremediablemente a pactar con el PCTV, le puede llevar a moderarse…

-¿Por qué descarta un acuerdo entre el PNV y el PCTV?

-Esa alianza viene mal al país, a los sectores productivos…

-Zapatero ha abierto al PCTV el diálogo sobre la reforma del Estatuto.

-No es el momento de hablar de reformas estatutarias. Tiene que haber un acuerdo entre Partido Popular y PSOE previo a cualquier otro diálogo. En España se defienden lo suficientemente bien los hechos diferenciales autonómicos. Ahora se trata de fortalecer más lo que nos une que la pluralidad.

-¿Cómo valora la disposición del Gobierno a reconocer que Cataluña y el País Vasco son naciones?

-Es anticonstitucional. Es pegarle un golpe bajo y por la espalda a la Constitución de 1978. No es admisible que se introduzca en la Carta Magna, pero tampoco en los Estatutos. Poco a poco, desmenuza el futuro que se avecina en Euskadi. Habla con tono sosegado. Ya no guarda rencor. Por eso no le duelen prendas en admitir el buen resultado de Patxi López. Sin embargo, evita pronunciar su nombre. No le ocurre lo mismo con el adversario político. Al contrario, personaliza en María San Gil lo que considera un resultado digno. «Sé lo que le ha costado al PSE-EE romper el techo y subirlo y a María San Gil mantener lo que tiene». Aprovecha la ocasión para advertir a los suyos de que los contactos con Batasuna en solitario les arrojan en brazos de ETA. Por eso, les pide que escarmienten en carne ajena. En 1998, los peneuvistas quisieron rentabilizar la tregua y, al final, la banda les ganó por la mano. Con el recuerdo del pasado, lanza su aviso a navegantes. No está ya en el afán electoral. Por eso, resta importancia a la factura electoral que pase la actual coyuntura a Zapatero. Sólo le ocupa y preocupa lo «transcendental»: que se adelgace la unidad de España.

En primera persona

Poco a poco, desmenuza el futuro que se avecina en Euskadi. Habla con tono sosegado. Ya no guarda rencor. Por eso no le duelen prendas en admitir el buen resultado de Patxi López. Sin embargo, evita pronunciar su nombre. No le ocurre lo mismo con el adversario político. Al contrario, personaliza en María San Gil lo que considera un resultado digno. «Sé lo que le ha costado al PSE-EE romper el techo y subirlo y a María San Gil mantener lo que tiene». Aprovecha la ocasión para advertir a los suyos de que los contactos con Batasuna en solitario les arrojan en brazos de ETA. Por eso, les pide que escarmienten en carne ajena. En 1998, los peneuvistas quisieron rentabilizar la tregua y, al final, la banda les ganó por la mano. Con el recuerdo del pasado, lanza su aviso a navegantes. No está ya en el afán electoral. Por eso, resta importancia a la factura electoral que pase la actual coyuntura a Zapatero. Sólo le ocupa y preocupa lo «transcendental»: que se adelgace la unidad de España.

LA RAZÓN, 24/4/2005