¿Por qué si es imposible?

EL MUNDO 29/08/16
ANÁLISIS

· Los intereses cruzados entre dos partidos explican que aceptasen negociar un acuerdo a sabiendas de que no será suficiente

El acuerdo de investidura que han alcanzado PP y Ciudadanos es insuficiente para que Mariano Rajoy pueda ser investido presidente. Los 169 escaños que suman ambos partidos están lejos de los 176 que conceden la mayoría absoluta en el Congreso. Lo sabían desde el momento de sentarse en la mesa a negociar. ¿Por qué han pactado entonces?

· RAJOY NECESITA 32 ESCAÑOS PARA PRESIONAR AL PSOE.
El PP ganó las elecciones del 26 de junio, pero aunque mejoró sus resultados de diciembre y fue el único partido que creció, se quedó lejos de la mayoría. El PSOE, desde un primer momento se mostró en contra de apoyar a Rajoy y al PP. La única vía para apretar a Pedro Sánchez y a los barones socialistas era lograr 170 votos (PP, C’s y CC), para blandir el discurso de que los socialistas provocarían unas terceras elecciones.

· EL PP QUIERE PRESENTARSE COMO UN PARTIDO DIALOGANTE.
Los populares gobernaron con mayoría absoluta de Rajoy. Esto se ha convertido en un estigma para el PP, puesto que todos los partidos lo han acusado de no saber negociar y estar asentado en la dinámica del rodillo. Sumar a Ciudadanos y Coalición Canaria permite a Rajoy apartar ese perfil y mostrarse como un líder capaz de lograr acuerdos.

· RIVERA BUSCA PROTAGONISMO POLÍTICO TRAS PERDER OCHO ESCAÑOS.
Los resultados del 26-J dejaron a Ciudadanos con ocho escaños menos que en diciembre. Los naranjas fueron cuarta fuerza política. Ante este panorama, necesitaban protagonismo para no desaparecer de la foto de la gobernabilidad, consciente de que un posible acuerdo PP-PSOE lo dejaba fuera de fuego. Propuso una mesa a tres, que fue rechazada. Finalmente aceptó dialogar con el PP.

· EN C’S NO ACEPTABAN EL VETO A RAJOY.
Una de las banderas de la estrategia de Ciudadanos ha sido el veto a Rajoy. Sin embargo, en el partido había un sector importante que no comulgaba con ese rechazo tan rotundo. Así se lo hacían saber a los líderes territoriales, y así lo comunicaron algunos a la Ejecutiva. Esa presión tuvo importancia en la rectificación, que calmó a la militancia.

· EL PP NO PODÍA RECHAZAR AL ÚNICO QUE ACEPTÓ NEGOCIAR.
A Mariano Rajoy no le quedaba más remedio que sentarse con Albert Rivera, aunque su relación no sea la mejor. Seguramente hubiera preferido no hacerlo y tampoco firmar el pacto contra la corrupción como condición previa que le exigió el presidente de Ciudadanos. Pero éste fue el único partido, además de CC –que tiene un solo diputado– que aceptó conversar. PSOE, Podemos y los nacionalistas rechazaron de forma tajante esa opción.

· RIVERA TENÍA QUE FIRMAR TRAS ASUMIRSE SU PACTO ANTICORRUPCIÓN.
Hubiera sido poco entendible que Ciudadanos no llevara a buen puerto las negociaciones después de que Rajoy aceptase firmar el pacto contra la corrupción que incluía la separación de imputados, limitación de aforamientos o el apoyo a una comisión parlamentaria que investigue la presunta financiación ilegal del PP. En realidad, éstas eran las medidas más difíciles para aceptar por el PP y uno de los mayores logros del partido naranja.

· RAJOY YA TIENE UN SOCIO PREFERENTE PARA LA GOBERNABILIDAD.
Ante la fragmentación del Congreso que han dibujado las urnas, el PP asumía que gobernar con 137 escaños era un camino a ninguna parte. Ante este hecho, y con una oposición dispuesta a plantar dura batalla, el PP necesitaba encontrar un socio preferente que le hiciera más asumible la gobernabilidad. Ciudadanos era ese partido.

· C’S INTENTA AFIANZAR SU CONDICIÓN DE BISAGRA.
Los de Rivera siempre han presumido de ser los únicos capaces de pactar con la derecha y con la izquierda. Tras el acuerdo de Gobierno fallido sellado con el PSOE, necesitaban hacer ver que también podían lograr acuerdos con el PP a nivel nacional, para no quedar señalado como muleta específica de uno de ellos.

· NADIE QUIERE QUEDAR COMO CULPABLE DE NUEVAS ELECCCIONES.
Durante las últimas semanas ha habido dos líneas generales en la actualidad política: negociaciones para que haya Gobierno, pero al mismo tiempo ha habido una batalla dialéctica por culpar a quien puede provocar una nueva cita con las urnas. La negociación ha sido el pretexto perfecto de Rajoy y Rivera para presentarse ante la opinión pública como líderes dispuestos al consenso y hacer frente común para señalar con el dedo acusador a Pedro Sánchez.

· LA CERCANÍA DE LAS ELECCIONES VASCAS Y GALLEGAS.
Ninguno de los dos líderes quería dilatar la fecha de investidura más allá del 25 de septiembre, fecha de las elecciones vascas y gallegas. Estas citas suponen una paralización de la política nacional y el resultado de las urnas puede determinar una percepción de fuerza o rol distinto al actual para el PP y Ciudadanos.

· PARA RIVERA, UNA INVESTIDURA FALLIDA NO ES UNA MALA NOTICIA.
Ciudadanos siempre ha dicho que Rajoy no era su candidato. Incluso durante la negociación algunos líderes del partido continuaban diciendo que no se fiaban del candidato del PP. Por eso, una investidura fallida de Rajoy permitiría a Ciudadanos visualizar que es un candidato que no es capaz de gobernar porque no es capaz de sumar los apoyos necesarios. Rivera siempre ha dicho que con un nuevo líder y un nuevo equipo hasta estaría dispuesto a gobernar junto al PP. Esa investidura fallida puede abrir nuevos escenarios políticos.