¿Quién roba a los catalanes?

ABC 30/08/15
JOSÉ MARÍA CARRASCAL

· El nacionalismo nubla las mentes tanto como alegra los corazones

ESTE registro llega 30 años más tarde» decía, según El-País, Xavier Pérez, uno de los asistentes al acto de la candidatura soberanista celebrado en Barcelona, mientras la Guardia Civil registraba la sede de CDC, despachos y casas particulares por orden de la Fiscalía Anticorrupción. Si no 30 años demasiado tarde, diez por lo menos: desde que Pascual Maragall acusó a Convergencia de «tener un problema del 3%», siendo acallado de inmediato por Artur Mas, por poner en peligro el proyecto nacionalista.

La pregunta hoy es: ¿por qué no actuó la Fiscalía entonces, habiendo tan clara denuncia en sede parlamentaria? Pues muy fácil: porque ni a PP ni a PSOE les interesaba poner en un brete a quien necesitaban para gobernar. Eran los tiempos de Pujol como king maker, hacedor de reyes, en España, es decir, el más poderoso, mientras construía su proyecto soberanista en Cataluña. ¿Quién ha roto ese pacto tácito? Fácil también: no, desde luego, PSOE y PP, tan panchos tras vender su primogenitura por el plato de lentejas de unos años en el poder, confiando que su virrey les garantizase la tranquilidad en Cataluña. Ha sido CDC que, al ver convertirse la corrupción en una de las principales preocupaciones y a los Pujol envueltos en ella, rompió el pacto y se ha puesto a pedir la independencia a voz en grito, mostrando tanto miedo como falta de realismo. Porque hasta ese punto no podía ceder el gobierno español, aunque no sabemos qué hubiera hecho Zapatero. Bueno, sí, lo sabemos, pero, por fortuna, ya no está en la Moncloa.

En efecto, la operación desencadenada por la Fiscalía Anticorrupción ha sido oportunista, como dicen, pero, sobre todo, oportuna por desenmascarar qué hay detrás del tinglado soberanista: comisiones ilegales a lo largo y ancho de Cataluña, que envuelven ayuntamientos, fundaciones, partidos y empresas allegadas. Con pruebas fehacientes. Y no debe de ser muy agradable saber que la Guardia Civil está recogiéndolas para llevarlas al juez. En cualquier caso, más vale tarde que nunca, como dice el refrán, a lo que podría añadirse: no importa cuál sea la causa.

La única incógnita que queda por dilucidar es cómo van a reaccionar los catalanes ante este saqueo sistemático por parte de su principal partido nacionalista. Porque la reacción de éste ya la conocemos: denunciar la intervención judicial como «una exhibición del poder central y una humillación de Cataluña», como dijo su candidato por Lleida en el citado acto. Envolverse en la bandera y apelar al victimismo, su táctica favorita, que hizo a Samuel Johnson llamar al nacionalismo «el refugio de los truhanes». Incluso esperan que ayude a su causa y produzca el efecto boomerang el 27-S, como dijo otro de los asistentes. Y lo más triste es que pueden tener razón, pues ya sabemos que el nacionalismo nubla las mentes tanto como alegra los corazones.

Pero al menos queda demostrado quién roba de verdad a los catalanes. Cómo responden, ya es cosa de ellos. Pero convendría que CDC cambiase de nombre: Comisionistas De Cataluña.