Rajoy debería ir a la investidura asumiendo elriesgo de fracasar

EDITORIAL EL MUNDO – 29/07/16

· Tras ser recibido por el Rey, Mariano Rajoy asumió el mandato de intentar formar Gobierno, pero afirmó en su comparecencia ante los medios que todavía no ha decidido si irá a la investidura. «No cuento con los apoyos suficientes pero acepto el encargo», señaló.

Interrogado por los periodistas, Rajoy eludió concretar el plazo en el que piensa acometer la tarea y sugirió que solamente solicitará la confianza del Congreso si dispone una mayoría que le garantice ser investido. «Haré todo cuanto pueda pero no depende de mí», señaló.

Rajoy anunció que piensa iniciar de forma inmediata una ronda de contactos con los partidos y que está dispuesto a dialogar sin condiciones sobre la base del documento que envió a los líderes políticos hace algunas semanas.

El presidente en funciones subrayó que hay dos opciones: la primera es un pacto de gobernabilidad con el PSOE y el PP y la segunda pasa por un Gobierno en minoría presidido por él, pero sobre la base de acuerdos de Estado con ambas formaciones.

Rajoy explicó que urge la constitución de ese nuevo Gobierno sin esperar a finalizar el mes de agosto, ya que resulta necesario aprobar el techo de gasto, empezar a tramitar los Presupuestos para el año que viene antes de acabar septiembre y presentar un nuevo Plan de Estabilidad en Bruselas antes del 15 de octubre.

Rajoy insistió en que España «necesita un Gobierno ya» y dejo claro que él debe ser quien lo presida en función de la voluntad expresada por los ciudadanos en las urnas. «Los vetos son los que deciden los españoles», apostilló. El presidente tiene razón en que las urnas le han concedido de nuevo el derecho a presidir el Gobierno y también en que los grandes retos pendientes obligan a llegar a un acuerdo a los partidos para evitar las elecciones y asumir los compromisos que exige Bruselas.

Como hemos dicho una y otra vez, la mejor opción para los intereses generales sería un gran coalición entre el PP, el PSOE y Ciudadanos. Pero eso no parece ya posible porque Pedro Sánchez reiteró ayer que votará «no» a la investidura de Rajoy y Albert Rivera mantuvo su posición de abstenerse en una segunda votación.

Es evidente que si PSOE y Ciudadanos no se mueven, estamos abocados a unas nuevas elecciones antes de acabar este año. Ello sería un disparate, por lo que instamos desde estas páginas a las formaciones políticas a alcanzar un acuerdo para que haya Gobierno en septiembre.

Para materializarlo, Ciudadanos debería apoyar la investidura de Rajoy y el PSOE, abstenerse. A cambio Rajoy tendría que pactar con ambos partidos un ambicioso programa de reformas y de regeneración de la vida política.

Pero no se puede pasar por alto que anoche surgió un obstáculo legal inesperado cuando Rajoy afirmó que no puede garantizar presentarse en el Congreso para pedir ser investido si no logra los apoyos suficientes.

El PSOE fue el primero en recordarle que, según el artículo 99.2 de la Constitución, aceptar la investidura supone la obligación de acudir a solicitar la confianza de la Cámara de forma imperativa. «El candidato propuesto conforme a lo previsto expondrá ante el Congreso de los Diputados el programa político del Gobierno que pretenda formar y solicitará la confianza de la Cámara», dice textualmente ese artículo.

Es posible que hoy mismo surja una polémica sobre la interpretación de este punto, pero nos parece que Rajoy debería concluir su fase de consultas con una investidura en el Congreso, tal y como indica literalmente la Carta Magna.

Y ello no sólo para ser escrupuloso con el ordenamiento constitucional, sino también por razones de índole política, ya que el presidente debería asumir el riesgo de fracasar para dejar patente su voluntad de formar Gobierno.

Además, el hecho de acudir a la investidura pondría en marcha el reloj de los dos meses que deben trascurrir entre la votación y la disolución del Parlamento para convocar unas nuevas elecciones.

Podemos concluir, en resumen, que seguimos ante un escenario político de extraordinaria complejidad en el que la celebración de unas nuevas elecciones es una alternativa que no es posible descartar. Por el momento, nadie se mueve para facilitar que Rajoy gobierne, aunque todos aseguran que no habrá nuevos comicios. La pregunta es cómo vamos a salir de este impasse.

EDITORIAL EL MUNDO – 29/07/16