Rechazan excarcelar a ‘Santi Potros’ por el riesgo de que pueda «darse a la fuga»

EL CORREO – 15/02/15

· La Audiencia Nacional deniega el recurso del exdirigente de ETA ante la posibilidad de que se produzca una «reiteración delictiva».

La Audiencia Nacional ha confirmado en dos autos el mantenimiento en prisión provisional del exdirigente de ETA Santiago Arrozpide Sarasola, alias ‘Santi Potros’, al considerar que «en cualquier momento puede darse a la fuga» para evitar ser juzgado y al entender que en la actualidad persiste el riesgo de «reiteración delictiva».

La sección cuarta de la Sala de lo Penal de la Audiencia rechaza el recurso del abogado de Arrozpide y diputado de Amaiur, Iker Urbina, contra la oden de prisión dictada el pasado enero por su supuesta implicación en dos atentados en 1986 y 1987.

El histórico dirigente de la banda fue detenido el 20 de enero, 45 días después de ser excarcelado en virtud de la normativa europea que redujo su pena por el tiempo de condena que ya había cumplido en Francia. El antiguo etarra abandonó la cárcel el pasado 4 de diciembre, aunque la Fiscalía de la Audiencia Nacional recurrió la decisión ante el Tribunal Supremo, que aún no se ha pronunciado sobre este asunto. No obstante, el alto tribunal determinó, en el caso del exterrorista Kepa Pikabea, que los periodos de condena cumplidos en otros países de la Unión Europea no deben descontarse de las condenas dictadas en España.

La defensa de ‘Santi Potros’ alegaba que no existe en absoluto riesgo de que su cliente se fugue porque no huyó del país cuando se le excarceló, a pesar de que se difundió en algunos medios de comunicación que iba a ser detenido de nuevo. Añade que aunque se le condenara por las dos causas, las nuevas condenas no supondrían más tiempo de estancia en prisión porque ya ha cumplido con el máximo de 30 años que marca la ley. Sin embargo, los magistrados Ángela Murillo (presidenta), Carmen Paloma González y Juan Francisco Martel destacan en sus resoluciones que ‘Santi Potros’ «no ha renegado de sus actos ni ha mostrado ningún tipo de arrepentimiento», lo que «permite racionalmente deducir al tribunal», a la vista de su historial delictivo, la «capacidad de delinquir del recurrente». Entiende que ‘Santi Potros’ «en cualquier momento puede darse a la fuga» aprovechando «la infraestructura personal y material que aún conserva la organización terrorista ETA».

Además, la sala incide en el «claro peligro de comisión de nuevos actos terroristas» por parte de ETA, «de la que no consta que el recurrente haya renegado ni se haya distanciado». En este sentido, «subsiste también el riesgo de reiteración delictiva» del exdirigente de la banda.

Las causas que le imputan a Arrozpide, que ha pasado un total de 28 años en prisión, son el intento de asesinato del que fuera fiscal general del Estado Luis Antonio Burón Barba en 1986 en Madrid y la muerte de Juan Fructuoso Gómez un año después por la explosión de un coche bomba en Barcelona.

Atentados en 1986 y 1987

El juez Andreu acusa a Arrozpide de ordenar al ‘comando Madrid’ asesinar a Burón Barba, ataque que no se produjo porque los terroristas se quedaron dormidos el día en que debían activar la bomba. Según el magistrado, ‘Santi Potros’ era en ese momento responsable del talde y habría encargado «personalmente» la comisión del asesinato, tal y como se desprende de la declaración que prestó ante el juez uno de los miembros del comando y de la documentación que se le incautó a Arrozpide tras su detención en Francia en 1987.

La segunda causa investigada es el atentado cometido en 1987 por el comando Barcelona con un coche bomba al paso de un vehículo de la Guardia Civil. Como consecuencia de la explosión, murió un hombre que se encontraba en las cercanías, Juan Fructuoso, y resultaron heridos dos guardias civiles y otras cuatro personas. Entre sus condenas figura ordenar la masacre en el Hipercor de Barcelona en 1987, en la que murieron 21 personas, y su implicación en el atentado en la plaza de la Republicana Dominicana de Madrid, que costó la vida a 12 guardias civiles un año antes.

EL CORREO – 15/02/15