Recuerdos

Gran parte de las reivindicaciones actuales del nacionalismo moderado -autodeterminación, territorialidad, conflicto, negociación política del mismo…- proceden del ideario de ETA. Desgraciadamente, ese traslado de planteamientos políticos del nacionalismo radical y violento no se ha detenido en el PNV: se ha hecho carne del socialismo vasco.

En estos tiempos que corren uno no ha tenido más remedio que rememorar alguna lectura del pasado. Cuando a Stalin le iban sus espías y militares a advertirle que los nazis le iban a atacar, él, que había firmado con Hitler el “Pacto de No Agresión”, y que no cabía en sus planes tal comportamiento del nazi, iba y fusilaba por provocadores a los que le avisaban. Luego, no es de extrañar que sus generales le tuvieran más terror a él que al Ejército alemán y prefiriesen que les copasen y les hicieran prisioneros antes de mover la división sin permiso del camarada Stalin. Fue tal el culto a su personalidad que este tipo de errores no le pasaron ninguna cuenta en su prestigio, y tuvo que morir y que transcurrieran muchos años para que camaradas suyos acabasen condenándolo ante la historia. Pero eso sólo pasaba en URRS bajo la dictadura del partido. Ya no pasa.

La verdad es que aunque no pase, tenemos el país hecho unos zorros, convertido en toda una estrella mediática a un asesino público, enternecida gran parte de la clase política y fiscales -que yo creía por las películas americanas que eran unos tíos duros. Enternecidos por la suerte que pudiera depararle a De Juana por hacer una huelga de hambre para que le manden a casa, no al hospital donde ya está. Líderes del PNV, ERC y hasta del PSE no dudan en criticar a la justicia española con declaraciones que preocupan porque con el desprestigio de las instituciones fue como empezó a deslegitimarse la II República, y eso que todos los citados están apoyando al Gobierno. En cualquier otro país de habitantes apasionados es que fuera la oposición, en el caso de darse, la que manifestara críticas a los tribunales. Pero el desprestigio del sistema solo pasaba en el treinta y seis. Ya no pasa.

Pero es que, como comentaba hace quince días, si uno se pone a negociar con criminales puede acabar deteriorando todo el sistema. Que la justicia no parezca igual para todos, que parezca que los jueces están en contra de una determinada opción política. Y es que lo pueden estar, porque el que anda con criminales es muy probable que en un desliz, y creyendo que el poder político es impune, pregúntesele a Ibarretxe, conculque la legalidad, o esté tentado a hacerlo, y los jueces tengan que poner las cosas en su sitio. Pero nada pasará porque todo el mundo ha leído a Montesquieu.

Una de las cuestiones que caracteriza a la comunidad nacionalista, o al menos hasta hace poco tiempo así era, en palabras del director del Eusko Barómetro, Francisco Llera, era la poca condolencia que expresaba hacia las víctimas de las fuerzas de seguridad. Otra que es evidente, y con el tiempo ha ido a más, ha sido su empatía con ETA, no ajena a la aventura común de Lizarra, que se convirtió en un salvavidas para ETA, y, sobre todo, a que gran parte de las reivindicaciones actuales del nacionalismo moderado, autodeterminación, territorialidad, conflicto, negociación política del mismo, etc., procedan del ideario del grupo terrorista. Desgraciadamente ese traslado de planteamientos políticos del nacionalismo radical, y consecuentemente violento, ni siquiera se ha detenido en el PNV, se ha hecho carne del socialismo vasco.

Tras el descubrimiento por el PSE de la plurinacionalidad de España, cuando lo que este partido aprobara en la Constitución fuera un estado unitario descentralizado, asumiendo la visón culturalista, si no etnicista, de la política, se ha venido a sumar al sentimiento de preocupación abertzale hacia la situación de De Juana Chaos reprimido por una justicia de la que se llegado a decir que roza la injusticia. Se puede observar con preocupación que aquel nacionalismo obligatorio rechazado por Basta Ya! en una masiva manifestación en San Sebastián -la última, creo, antes de que se pusiera en marcha la nueva política gubernamental- forma parte ya, hasta en sus expresiones sentimentales, tan importantes en todo nacionalismo, del lenguaje socialista.

Han sido tan llamativas las voces del socialismo vasco criticando la decisión judicial sobre de Juana Chaos que el sentimiento de orfandad que Ruíz Soroa describiera cuando el PSE asumió hace un año oficialmente planteamientos nacionalistas hoy se hace especialmente doloroso con esta solidaridad abertzale con el huelguista. Mostrándonos un proceso de inversión en el PSE hacia lo que los socialistas vascos creen que fue Euskadiko Ezkerra, folklórica pertenencia al mundo nacionalista, cuando de hecho esa formación tuvo que ir a refugiarse al PSOE porque, sencillamente, el cerco nacionalista no le permitía su supervivencia.

Entiendo el dolor y desazón de las víctimas del terrorismo ante este tipo de deriva política, porque quizás a otro nivel, los que decidimos un día dejar no sólo ETA sino conducir el barco escorado de EE por el oleaje nacionalista hacia el socialismo vasco, nos sentimos timados.

Eduardo Uriarte, BASTAYA.ORG, 31/1/2007