Romeva, «de acuerdo en todo» con la CUP

EL MUNDO – 10/10/15

· El ‘número uno’ de Junts pel Sí se descarta como ‘president’ y defiende la figura de Mas.

Junts pel Sí se está armando de paciencia para afrontar una negociación con la CUP que se intuye larga. A cada exigencia de los anticapitalistas, los miembros de la lista de Convergència y Esquerra responden por ahora con una sonrisa. Ayer fue el número uno simbólico de la candidatura, Raül Romeva, quien dijo que está «de acuerdo prácticamente en todo» con la hoja de ruta revolucionaria que la CUP planteó el jueves.

Siempre pensando en no herir susceptibilidades en un partido al que necesitan para gobernar Cataluña, Romeva dijo ayer en Rac1 que existe un «altísimo grado de coincidencia» entre Junts pel Sí y la CUP, que ha exigido gestos de «ruptura» inmediata con España antes de decidir si facilita la investidura de Artur Mas. Entre otras cosas, los anticapitalistas proponen desobedecer las decisiones del Tribunal Constitucional, revertir privatizaciones o dar pasos «irreversibles» hacia la nueva república catalana.

«El qué, el cómo y el cuándo están por encima del quién, que es secundario», concedió incluso Romeva, aplazando el asunto que más aleja a Junts pel Sí y la CUP: la figura de Artur Mas.

En su conferencia del martes, los anticapitalistas mantuvieron su negativa a reelegirlo, pero también dijeron que «no sobra nadie». Y a eso se agarró el número uno de Junts pel Sí que, pese a que fue recibido con algunos gritos de president en el acto de la CUP y pese a que su nombre sigue sonando para desbloquear la situación, ayer se apartó de las quinielas: «Lo descarto del todo».

Dicho esto, Romeva defendió la figura de Mas. Afirmó que «muchos elementos hacen incuestionable su papel» –Junts pel Sí sigue defendiendo su prestigio internacional, a pesar de que el presidente de la Generalitat no ha conseguido reunirse con ningún dirigente de primer nivel en la última legislatura– y que la magnitud de la empresa que los independentistas tienen por delante obliga a agrupar fuerzas: «Es tan importante lo que vamos a hacer que tenemos que hacerlo con todos los activos».

Pese a las buenas palabras, en Junts pel Sí dan por hecho que la negociación se alargará, probablemente hasta después de las elecciones generales del 20 de diciembre. El nuevo Parlament se constituirá como muy tarde el 26 de octubre, pero la investidura podría retrasarse hasta 2016 si, como parece, no hay acuerdo en las primeras votaciones, informa Efe.

Los dirigentes del resto de partidos se mueven entre el escepticismo y el temor por la situación política de Cataluña. El ministro de Justicia, Rafael Catalá, dijo que las condiciones que ha impuesto la CUP «no caben en el marco de convivencia».

La líder de Ciutadans en Cataluña, Inés Arrimadas, mostró su deseo de que Junts pel Sí no asuma las condiciones de la CUP para investir un futuro presidente de la Generalitat, ya que sus postulados son un «desafío al orden democrático».

La portavoz del PSC en el Parlament, Eva Granados, lamentó la «situación de parálisis» institucional, provocada en su opinión por la «debilidad» de Artur Mas: la lista conjunta de Convergència y ERC perdió nueve diputados en relación a sus resultados de 2012.

Por parte de Catalunya Sí que es Pot, Joan Coscubiela calificó de «absolutamente increíble» que la CUP crea que puede pactar una ruptura social y económica y un proceso constituyente de carácter anticapitalista con Junts pel Sí.

DURAN LLEIDA: «EL ESPECTÁCULO HA EMPEZADO»
El líder de Unió, Josep Antoni Duran Lleida, afirmó ayer que las condiciones de la CUP para negociar con Junts pel Sí evidencian que «la inestabilidad ha llegado y el espectáculo ya ha empezado». Después de que su partido no lograra representación el 27-S, Duran aseguró: «Estamos en el primer acto. La función puede ser larga y nos puede salir muy cara». Según él, era previsible que la CUP no se pronunciara este jueves sobre si investirán a Mas, porque «no pueden ser los responsables de hacer inviable el proceso, pero tampoco pueden renegar de lo que son». Tampoco le extraña que algunos asistentes al acto recibieran al grito de ‘president’ a Romeva, pero sí ver a «dirigentes [de CDC] aplaudiendo en primera fila».