Romeva, primer ‘conseller’ de Exteriores de la historia

EL MUNDO – 15/01/16

· El ‘president’ Puigdemont asegura que la independencia unilateral «no está prevista».

· Raül Romeva se convirtió ayer en el primer conseller de Exteriores de Cataluña. Nunca hasta ahora la Generalitat había tenido una cartera específica para fomentar las relaciones internacionales; ahora, en pleno proceso independentista, el que fuera número uno de la lista de Junts pel Sí en las últimas elecciones asume la tarea de buscar complicidades con la causa en Europa y en el resto del mundo.

De momento, la Generalitat ha tenido poco éxito en el objetivo de «internacionalizar el conflicto» que anunció el ex president Artur Mas en 2012. Ningún dirigente europeo de primer orden le recibió pese a su insistencia y la Unión Europea siempre ha considerado el pleito catalán como un «asunto interno» español.

El presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, dejó ayer claro que ese criterio no ha cambiado. «La cuestión no se trata en la Eurocámara ni en Bruselas. La cuestión catalana debe debatirse en el marco de la Constitución española, puesto que uno de los elementos fundamentales de la UE, más allá de los tratados, es la existencia de los textos constitucionales de los Estados miembro», dijo.

Romeva, que fue eurodiputado de ICV, intentará cambiar la situación desde su Departamento de Asuntos Exteriores, Relaciones Institucionales y Transparencia. Ayer confirmó que entre sus retos está el de «explicar» el proceso independentista en el exterior y «crear complicidades».

Sin embargo, también aseveró que no quiere generar polémicas, y añadió que tiene intención de llamar al ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo.

Como hasta ahora no existía un Departamento de Exteriores, el traspaso de carteras fue sui generis. Romeva recibió los aperos de manos del hasta ahora secretario de Asuntos Exteriores, Roger Albinyana, cuyo trabajo se desarrollaba dentro del Departamento de Presidencia de Francesc Homs.

Albinyana le entregó un lápiz de memoria con los principales documentos para la gestión del área de Exteriores y, además, le obsequió con una pequeña placa de cerámica con un relieve de la Puerta de Brandenburgo de Berlín. Le explicó a Romeva que se la regaló hace años un ministro de Asuntos Europeos alemán y que simboliza la «libertad y la superación de épocas totalitarias», informa Efe.

El nuevo conseller de Exteriores desgranó que tiene un «trabajo muy importante para explicar fuera y explicar el qué, el por qué y el cómo» del proceso soberanista, además de «qué puede ofrecer Cataluña». Según el plan de gobierno, en 18 meses Cataluña tendrá constitución propia y sólo se regirá por sus propias leyes.

Romeva encara la proyección exterior, una de las principales asignaturas pendientes de los independentistas, buscando «complicidades» para afrontar «bien» la desconexión. Aunque la CUP, que facilitó la investidura de Carles Puigdemont, defiende la salida de la UE del eventual Estado catalán, tanto Convergència como Esquerra –los partidos que se reparten el Govern– quieren mantenerse dentro de la Unión.

La toma de posesión de Romeva se convirtió, por su novedad, en la más interesante del nuevo Govern. En el resto de casos no hubo sorpresas y los consellers prometieron su cargo con la misma fórmula que lo hicieron sus antecesores en 2012. «¿Prometéis cumplir fielmente y de acuerdo con la ley las obligaciones del cargo que asumís, al servicio de Cataluña y con lealtad al presidente de la Generalitat?», leyó en 13 ocasiones –una por cada miembro del Govern– el secretario del Ejecutivo catalán, Joan Vidal de Ciurana.

La primera reunión del nuevo Govern tuvo lugar justo después de las tomas de posesión. Y, por la noche, el president Puigdemont dio a TV3 su primera entrevista, en la que intentó tranquilizar a los ciudadanos. «La declaración unilateral de independencia no está prevista», aseguró. Sin embargo, el president dejó muchas lagunas. No explicó, por ejemplo, cómo se financiará la Generalitat si el Gobierno cierra el grifo del Fondo de Liquidez Autonómica –se limitó a augurar que no pasará– y dijo que confía en convencer a más catalanes de la necesidad de la independencia: «El 48% [de los votos en las elecciones] nos permite iniciar este proyecto. Iremos de la ley a la ley, y trataremos de incorporar a más gente, incluso a los del no, cuando celebremos el referéndum de la nueva constitución».

Tras lamentar que nadie del Gobierno le haya llamado, tachó de «inmorales» las primeras informaciones sobre la época en la que recibió subvenciones de la Generalitat. Tampoco dio detalles de cómo se sustituirá la hacienda española por la catalana. Y sobre Mas afirmó: «Debemos encontrar una fórmula útil para todos para que no sea un jubilado».

EL MUNDO – 15/01/16