Rompe tabúes el humor político español

En el caso de «Vaya semanita «, sus guionistas y actores fueron los primeros en atreverse a tratar el conflicto armado vasco desde el humor.

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«Vaya semanita «, sus guionistas y actores fueron los primeros en atreverse a tratar el conflicto armado vasco desde el humor.

Madrid, España.- Un encapuchado del grupo armado vasco ETA se sienta frente a un miembro del Partido Socialista. Comienzan a negociar una tregua y, de pronto, su conversación se transforma en un número de musical. La escena es un sketch del programa «Vaya semanita», que desde hace ocho años emite la televisión pública vasca ETB. Y un ejemplo de cómo el humor televisivo ha conseguido abordar en España incluso los tabúes y conflictos sociopolíticos más delicados.

Y no sólo dentro de las fronteras nacionales. El programa «Salvados «, de La Sexta, ha dado el salto hasta Suecia o Cercano Oriente. Su presentador, «el follonero » -un reportero irreverente al estilo «Caiga quien caiga «- se ha desplazado hasta Estocolmo para analizar el movimiento antiinmigración que está surgiendo en muchos países de Europa.

Allí, además de visitar escuelas y reunirse con expertos, entrevistó a Jimmie Akesson, líder del partido ultraderechista Demócratas de Suecia. El reto: maquillarle cada vez que él maquillara su discurso durante la entrevista. Y regalarle un «gato nazi «, lo que finalmente le valió la expulsión de la sede del partido.

En el caso de «Vaya semanita «, sus guionistas y actores fueron los primeros en atreverse a tratar el conflicto armado vasco desde el humor. Su actual director, Javier García de Vicuña, asegura que la decisión de incluir a los etarras en los sketches fue más bien parte de un proceso: «Hablábamos de las cosas que pasaban aquí, fue una evolución natural y lógica».

Aún así, en la calle sorprendió ese paso. «Se supone que eran temas vetados. No se podía hablar del terrorismo y con ese toque de humor «, explica Karmele, una joven de Vitoria (País Vasco). «No es que ciertas cosas tengan gracia pero hay que verlas desde el punto de vista del humor. Al fin y al cabo (el conflicto) también es algo nuestro «, agrega.

Más allá de ETA, «Vaya semanita» -que tras ocho años de emisión tiene cerca de un 10 por ciento de share- se fija cada semana en los problemas cotidianos de la sociedad vasca, como los precios desorbitados de la vivienda o la misión imposible que resulta echarse novio o novia en el País Vasco. Y además, se ríe de los rasgos idiosincrásicos y costumbres que los partidos nacionalistas agitan desde hace décadas como bandera independentista.

«Nos hemos ganado la credibilidad porque no hay intención política. Nunca lo hacemos desde una postura partidista», explica García de Vicuña. Y Susana, otra espectadora, le da la razón: «El programa apoya bastante al ciudadano de a pie que no es radical. Es un poco más neutral, ni de derechas ni de izquierdas «.

En Cataluña, otra región española con fuertes tendencias nacionalistas, «Pòlonia» se ríe desde 2006 de los políticos regionales y nacionales con cuotas de pantalla que rondan el 30 por ciento.

Más centrado en lo político que en lo social y sin una crítica tan abierta al nacionalismo, el programa del canal autonómico público TV3 -emitido en catalán- mezcla incluso a sus humoristas habituales con los políticos de carne y hueso, que se han prestado a interpretarse a sí mismos o a conversar con sus «dobles televisivos «.

Fue el caso del ex presidente regional José Montilla, que apareció en uno de los sketches intentado poner orden entre los humoristas que encarnaban a sus socios del tripartito que gobernó Cataluña la pasada legislatura. A sus sucesores en el Ejecutivo, Artur Mas y su equipo, les representaron como los protagonistas de «Reservoir Dogs «.

Mientras estos programas analizan semanalmente la actualidad política desde la irreverencia, los acontecimientos del día son diseccionados cada noche desde la ironía por dos clásicos.

El Gran Wyoming -durante años al frente del «Caiga Quién Caiga» español- dirige en La Sexta «El intermedio «. La emisión pretende ser una alternativa al noticiero de las 21:00 horas y aunque Wyoming no alcance la calidad de su anterior programa, continúa generando invenciones corrosivas: como la idea de denominar «TDT party «(en alusión al Tea Party estadounidense) a las cadenas ultraconservadoras de la nueva televisión digital.

Horas más tarde, y desde la misma cadena privada, Andreu Buenafuente y sus colaboradores despliegan su ironía ante sus invitados o con personajes como «Los Piqueras «. Con ellos parodian al presentador de uno de los informativos más sensacionalistas del panorama televisivo español y miembro de la competencia. Otros de reciente creación, «Los Bogbones», encarnan al rey y al príncipe de España, llegando incluso un poco más allá de la tradicional imitación entrañable que del monarca han hecho desde hace años los humoristas españoles.

Curiosamente, los canales públicos de alcance nacional de TVE no tienen en la actualidad ningún espacio de humor político. Su último referente, José Mota (integrante del antiguo dúo Cruz y Raya), cosechó recientemente un gran éxito de público en su especial de Nochevieja, pero su programa semanal, «La hora de José Mota «, no aparece este año en la parrilla de La 1.

Vanguardia (México), 1/2/2011