Salvadores bajo sospecha

HERMANN TERTSCH, ABC – 05/12/14

· Ayer volvimos a ver las dimensiones de las trampas en las que está anegado nuestro sistema.

Está ya claro que al flamante partido Podemos se le ha acabado la bula de la que ha gozado desde su aparición. Como también se ve que flaquean algunos de los muchos e inmensos apoyos que ha tenido en los primeros seis meses de vida y que lo han convertido en un fenómeno sin precedentes en la democracia española. La forma de reaccionar de sus dirigentes a las primeras acusaciones muy bien razonadas de sus propias acciones y actitudes corruptas ha dejado claro que los martillos del pecado tienen aún mayor predisposición a pecar que aquellos que han sido objeto de sus violentas diatribas. Y no es que estos últimos no las merecieran, que sí. Ayer mismo volvimos a ver las dimensiones de las trampas en las que está anegado nuestro sistema. Que son la causa de la indignación y la rabia que a su vez alimentan a estos cachorros del proyecto totalitario para España, auspiciado por regímenes extranjeros.

El informe del Banco de España al juez Andreu sobre Bankia vuelve a generar una conmoción que atraviesa literalmente a la sociedad española. Cuando algunas cuestiones parecían ya solventadas, véanse la estabilización de Bankia y su viabilidad y credibilidad bajo Goirigolzarri, y formaban parte del incipiente escenario tranquilizador que el Gobierno se esfuerza por hacer ver a la sociedad, estalla otra vez, con toda la carga tóxica de engaño, cinismo, falsedad y ocultación. Y vuelven a incendiarse el ánimo de las víctimas y el instinto de quienes se alimentan y crecen en estos vapores de la putrefacción.

Pero la rabia rediviva por el testimonio de una nueva estafa no debe ocultar que el subproducto político de la corrupción que es Podemos ha demostrado ya ser corrupta en sus orígenes, sin haber tenido siquiera oportunidad de acceder aún a ningún cargo de responsabilidad con mando sobre cualquier partida presupuestaria. Y su figura principal para practicar el viejo recurso comunista del «entrismo», la infiltración en otra organización para ocuparla y tomarla desde dentro, la lleva a cabo Podemos con un miembro de Izquierda Unida, Tania Sánchez, sobre la que recaen ya cien mil sospechas de corrupción en el Ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid. Para cualquier observador avisado resulta del todo grotesco que se erijan en adalides de la lucha contra la corrupción en España unos comunistas subvencionados por el régimen más corrupto de Latinoamérica.

El país que ha pagado, patrocinado y promocionado a personajes como Juan Carlos Monedero o Pablo Iglesias es uno de los más corruptos de la Tierra. Estos chicos han ganado mucho dinero, y se sospecha que lo siguen ganando, en esas relaciones con un régimen que, aparte del saqueo a su población y la malversación sistemática de los ingresos por su petróleo, tiene estrechos vínculos con el narcoterrorismo. Que este grupito de profesores tóxicos del paleocomunismo, financiados con dinero de procedencia muy siniestra, llegara a capitalizar la ira de los españoles para lograr acabar con la democracia sería una catástrofe no solo terrible, trágica y sangrienta, sería sobre todo absurda. Como sería grotesco que lograran su primer éxito de fagocitar a IU y quedarse con las estructuras y el patrimonio del PCE, el único partido con continuidad histórica en España, gracias a las artimañas de una dirigente implicada en toda una sinfonía de cambalaches irregulares en el Ayuntamiento de Rivas.

Millones de españoles piden venganza por la corrupción. Quieren una satisfacción por tanto agravio. Pero la venganza no es recomendable para tomar decisiones sobre el futuro de sus hijos. Los españoles tienen seis meses para buscar formas de combatir la corrupción sin darle el poder a la corrupción misma con vocación liberticida. Así se pierde la libertad, se gana la miseria y además se hace el ridículo.

HERMANN TERTSCH, ABC – 05/12/14