Ignacio Marco-Gardoqui-El Correo

El presidente Sánchez ha conseguido solucionar un problema que angustiaba a la humanidad desde hace millones de años y, dicho sea en su honor, lo ha hecho con una enorme discreción y una humildad franciscana. Nada menos que ha logrado cuadrar el círculo, algo que haría rabiar a Euclides y enrojecer de envidia al mismísimo Arquímedes. Vea. En plena discusión sobre la financiación autonómica, o mejor dicho en plena discusión sobre la financiación catalana, ha asegurado que es perfectamente posible alcanzar un esquema singular para Cataluña dentro de un debate multilateral con todas las autonomías. No me diga que no es maravilloso.

Lo es, porque aquí y ahora no hay ningún debate sobre la financiación autonómica, lo hay sobre la exigencia catalana de salirse del sistema común y lograr uno propio y singular. La situación es curiosa. Además de un gran geómetra, Sánchez mide los tiempos mejor que los cronometradores olímpicos de la final de los 110 metros vallas. Cuando manoseaba su investidura, cortejó a Junts para lograr su apoyo, dando acertadamente por supuesto que ERC no le dejaría caer. Pero ese papel de Cireneo les costó caro a los republicanos, que pagaron un alto precio en las elecciones catalanas y otro altísimo en las europeas. Por eso, ahora que manosea la investidura de Illa, corteja a un ERC necesitado de cariño, al que le ofrece el señuelo de un remedo de concierto vasco para que pueda presentarse embellecido ante su grey.

Lo malo es que la oferta se asienta sobre unas bases que no aceptarán el resto de comunidades. Darle solo a Cataluña un sistema de Cupo, similar al vasco no tiene justificación. Los independentistas aseguran que Cataluña está infrafinanciada, lo cual parece que es cierto, por más que el socialista Borrell escribiera un libro entero dedicado a desmontar la tesis, pero es que todos los estudios realizados demuestran que esa misma situación se da, incluso en mayor grado, en otras comunidades como Valencia y Murcia. También dicen que Cataluña pierde la ordinalidad entre su aportación de ingresos y su recepción de gastos, pero eso le pasa, y en mayor cuantía, a Madrid.

¿Se puede cuadrar el círculo de compensar a Cataluña de manera bilateral y olvidar a los demás agraviados por el sistema actual? Sí, se puede. Hemos visto cosas más sorprendentes. ¿Se puede hacerlo en el marco multilateral de la Comisión de Política Fiscal y Financiera? También, siempre y cuando se suministre a los asistentes, los representantes autonómicos, la debida dosis de Escopolamina (nombre científico de la Burundanga) en el desayuno.