Sondean a una docena de presos para incluirlos en el programa de reinserción de Rajoy

EL CORREO 06/07/14

· El sector más posibilista de los reclusos de ETA discrepa con el ritmo marcado por el EPPK y pide que se les permita dar «los mismos pasos que Sortu» para ser legal

El programa de reinserción de presos instaurado por el actual Ministerio del Interior para sustituir a la denominada ‘vía Nanclares’ parece estar calando poco a poco entre los presos. Así lo entienden al menos fuentes de la lucha antiterrorista, que aseguran que algo más de una docena de reclusos, la mayoría con antecedentes en ETA, han mostrado su interés en tomar parte en ese proyecto, y facilitar así su progresión de grado penitenciario y la salida de prisión. Los datos que se manejan en la actualidad apuntan a que «más de 20 reclusos» pertenecientes al GRAPO, Resistencia Galega y ETA –algunos de ellos proceden de la antigua ‘vía Nanclares’– han asumido el sistema de reinserción puesto en marcha por el Gobierno de Mariano Rajoy. Junto a ellos «otra docena está en buena disposición a dar pasos», según fuentes cercanas al Ejecutivo central. a estos últimos se les está haciendo un seguimiento para determinar si encajan en el perfil necesario para formar parte de este programa.

Los expertos de la lucha antiterrorista atribuyen este cambio de actitud en algunos reclusos a que se está abriendo una fisura en el EPPK, algo que la izquierda abertzale niega –en el movimiento independentista insisten en que estos casos son muy minoritarios y que la inmensa mayoría de internos están dentro de la disciplina del colectivo–. Los responsables de las fuerzas de seguridad ponen como ejemplo el caso de Asier Arronategi, etarra que ha obtenido la libertad condicional tras firmar un documento ante notario en el que mostraba su arrepentimiento, rompía con ETA y se comprometía a resarcir a las víctimas. Y están convencidos de que en un plazo no muy grande de tiempo podrán darse episodios hasta cierto punto similares.

Las mismas fuentes apuntan a que en los últimos meses ha aumentado el descontento en ciertos sectores de los presos y, sobre todo, de sus familiares. Aquellos «más posibilistas» y menos fieles a la ortodoxia del EPPK, que ven cómo pasa el tiempo y los presos permanecen lejos de Euskadi y con el mismo tratamiento penitenciario, lo que supone tener aún bastante lejos su puesta en libertad. Creen un sinsentido que Sortu diera todos los pasos para legalizarse –lo que supuso un rechazo expreso a la violencia– mientras que los reclusos no pueden seguir el mismo camino, al menos no con idéntica contundencia. «No vayas a ser tú el más tonto, Haz lo que tengas que hacer», es una de las frases que algunos familiares han reiterado a los internos, en comunicaciones en prisión interceptadas por los servicios de las cárceles en lo que va de año. Es decir, después de que el EPPK asumiera tímidamente las vías legales para favorecer la excarcelación progresiva del colectivo.

«¿Por qué no podemos los presos decir lo mismo que dijeron los de Sortu?», ha llegado a reprochar un recluso de ETA con un largo historial delictivo que le supuso más de treinta años de condena. «¿Cómo es posible que se admita eso para pisar moqueta y no para los que más hemos dado en esta lucha?», argumentaba otro interno veterano.

«Perdón y arrepentimiento»
Según las mismas fuentes, algunos reclusos han mostrado su discrepancia por la campaña iniciada para reclamar, primero, el acercamiento a prisiones del País Vasco y, después, la excarcelación progresiva. «No van a mover nada –en alusión a Instituciones Penitenciarias y al Gobierno–, que nos quede claro. No podemos engañar a nuestra gente. Esa solicitud –la del acercamiento– no cumple con las condiciones que exige la ley. Y estamos vendiendo ahora que al presentar las instancias les obligamos a cumplir su legislación y eso es mentira. La ley exige perdón y arrepentimiento, eso está claro. Cuando nos dicen que vamos a cumplir la legalidad es una mentira, y gorda», reflexiona un interno de la banda.

«Lo cierto es que en el futuro vamos a tener que tomar decisiones que no se han tomado todavía y que serán difíciles de asumir, si la comparamos con nuestra trayectoria», pronostica otro preso.