Suscribir para impugnar

TONIA ETXARRI, EL CORREO – 11/02/15

Tonia Etxarri
Tonia Etxarri

· Lo que París unió no deberíamos dividirlo aquí», sostenía el portavoz socialista en el Congreso de los Diputados durante las negociaciones mantenidas con el Gobierno del PP, que cristalizaron en el pacto de Estado contra el yihadismo. Se trata de las «nuevas amenazas terroristas», subrayaba el portavoz de CiU después dela masacre de París.

Pero algunos partidos de la oposición, como UPyD, que en el fondo estarían de acuerdo con el contenido de la proposición de ley, se descuelgan molestos porque no se les tuvo en cuenta para la foto solemne de la firma. Otros como IU y el PNV se parapetan tras la recurrente disyuntiva entre seguridad y libertad de los ciudadanos. Pero quien ha tenido que moverse sobre el alambre parlamentario ha sido el socialista Pedro Sánchez. Conoce perfectamente a sus votantes, aunque cada vez sean menos según los sondeos, y sabe que la mayoría de los dirigentes de la nueva guardia de su dirección no están dispuestos a traspasar la línea roja de la prisión permanente, aunque sea revisable. Y que al menos la mitad de sus electores piensa lo mismo. Un estado de opinión que, por cierto, contrasta con las últimas encuestas publicadas.

Nada menos que un 67% de los ciudadanos consultados se han mostrado partidarios de la prisión permanente revisable para los autores de los crímenes más execrables. Así es que Sánchez, dispuesto a guardar ‘el tarro de las esencias’ a la vez que recuperaba la imagen de líder de un partido de oposición con responsabilidad institucional, no pudo mantener otra actitud. Suscribe, pero impugna. Suscribe el pacto que se remite a la «máxima pena privativa» de libertad prevista en el nuevo Código Penal. Pero impugnará esa reforma del Código Penal si algún día el PSOE vuelve a gobernar.

Una apuesta responsable, pero arriesgada porque muchos de los suyos no entienden la foto compartida con un partido como el PP con quien ya dijeron que no pensaban ir ni a heredar. Y porque el rechazo a la prisión permanente forma parte de su ADN político. Aunque en 2003 hubieran apoyado el cumplimiento de 40 años de cárcel. En Francia, Italia, Reino Unido, Alemania o Bruselas aplican sin problemas la revisión de la prisión permanente. Aquí la oposición minoritaria sigue enzarzada. Entre la perspectiva de que ningún criminal recuperado para la sociedad permanezca en la cárcel y el modo de defender a la sociedad de los criminales no reinsertados.

Con el caso de Bretón, el padre que asesinó y quemó a sus hijos, se produjo una reacción social clamorosa exigiendo mayor dureza en las penas de cárcel. A ningún Estado le interesa que las cárceles se conviertan en almacenes de delincuentes. Por eso, la polémica prisión permanente deja de ser permanente en el momento en que es revisable. ¿Qué mecanismos tiene nuestra sociedad para defenderse de los delincuentes que están orgullosos de sus crímenes? Esa es la pregunta que tantos se hacen cuando imaginan que los yihadistas que rebanan los cuellos de sus rehenes pueden acabar cumpliendo condenas en las cárceles de nuestro país. Lo que parece claro, y tenemos experiencia en la lucha contra ETA, es que a las nuevas amenazas terroristas no se las disuade con vacilaciones y, mucho menos, divididos. Y que sin seguridad, no tendremos libertad.

TONIA ETXARRI, EL CORREO – 11/02/15