Transformers

Santiago González, EL MUNDO, 16/6/12

Segi anunciaba ayer su próxima disolución por declaraciones de dos portavoces a la prensa que les viene siendo más afín. Acaban así por el momento 33 años de organizaciones que se sucedieron en la función de bastión de la kale borroka y vivero de activistas de ETA. Empezaron en 1979 como Jarrai, que no era sino una refundación de las juventudes de KAS. Bajo su nueva marca extendieron la kale borroka. El éxito llevó a la muchachada a la cooperación internacional y en 2000 se fusionaron con la organización abertzale vascofrancesa Gazteriak en lo que a partir de entonces se llamó Haika.

La desgracia de Haika fue encontrarse con el juez Garzón antes de tiempo. El tropezón acaeció el 10 de mayo de 2001. El entonces magistrado de la Audiencia Nacional la declaró ilegal a la par que la acusaba en el mismo auto de «formar parte de la estrategia de violencia y terror de ETA, y de animar a sus militantes a integrarse en los comandos armados de la organización terrorista».

Si el encuentro hubiera sucedido seis años más tarde, el juez la habría calificado de parte de la izquierda abertzale y el resultado habría sido muy distinto, ya que para entonces «criminalizar las acciones de la izquierda abertzale por el solo hecho de afirmar que son Batasuna y ETA es una reducción simplista, no ajustada a la realidad» (auto de B.G. del 26 de enero de 2007).

Apenas un mes después de la ilegalización de Haika, con los mismos mimbres hicieron un cesto muy parejo al que llamaron Segi. El juez Garzón tardó ocho meses en declarar ilegal a la nueva organización juvenil abertzale, por ser continuación de la ilegalizada Haika. El Tribunal Supremo la declaró organización terrorista en 2007. La última noticia recibida sobre el particular es la condena a seis años de cárcel dictada el pasado jueves por la Audiencia Nacional contra cinco miembros de la organización por el delito de integración en banda armada.

La desgracia de Haika fue encontrarse con el juez Baltasar Garzón antes de tiempo

Se trata, sin duda, de una buena noticia que proporciona la aplicación de un viejo principio que viene dando buenos resultados: no hay como la marcha para que el personal module. Y lo ha hecho. Los dos portavoces de Segi que ayer comparecieron para dar la buena nueva destacaron que la decisión de disolverse la adoptaron tras un año de profundas reflexiones, profundas y autocríticas, naturalmente, en las que admiten la comisión de errores, pero al servicio de una fructífera trayectoria. De sus errores tiene la culpa «la violenta represión de los estados: Nos ha desviado de la perspectiva estratégica y nos ha llevado a la dinámica cortoplacista. No podemos eludir esa autocrítica». No se puede uno fiar del enemigo, por lo visto, pero todo error táctico es la base de un acierto estratégico y «en la medida en la que hemos sido una amenaza para los estados, eso supone que Segi ha hecho bien su cometido, de una u otra manera».

No piensan dejar desprotegida a la juventud vasca, claro. La próxima mutación de Segi se llamará Marasma (Telaraña) y ya no será el vivero de ETA sino la organización juvenil de Batasuna, una cosa a medio camino entre el Komsomol y la OJE. Ya había enunciado Lavoisier que la energía no se crea ni se destruye; únicamente se transforma.

Santiago González, EL MUNDO, 16/6/12