Jaime Mayor Oreja, LIBERTAD DIGITAL, 25/1/12
No hay, ni habrá, arrepentimiento. Hay solo una vía distinta, la de la política, para alcanzar la meta de siempre: la ruptura
Recuerdo a Gregorio Ordóñez, esencialmente, como un hombre abrazado a la fortaleza de la verdad. No era fácil hablar sin pelos en la lengua en el País Vasco, en una época dominada por el miedo; un miedo impuesto por los que acabarían matándole; miedo que él les hizo sentir diciendo la verdad, precisamente allí donde era más peligroso decirla. Para mí, Gregorio Ordóñez fue el hombre que se atrevió a contar la verdad con un lenguaje directo y sin miedo.
Diecisiete años después, su legado, el legado de la verdad y el valor de decirla, es más necesario que nunca.
ETA está a dos pasos de culminar la toma del poder en el País Vasco. Este ha sido el sentido de su negociación con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. El primer paso es la excarcelación de Arnaldo Otegi; el siguiente, su investidura como lehendakari. La banda terrorista decidió hace tiempo que debía legitimarse desde el poder para forzar al Estado a un proceso de autodeterminación.
No hay, ni habrá, un arrepentimiento. No hay, ni habrá, una condena de la violencia. Hay solo una vía distinta, la vía de la política, para alcanzar la meta de siempre: la ruptura. El proceso de negociación, irresponsablemente impulsado por Zapatero, ha permitido a ETA instalarse en ayuntamientos y asambleas. Su próximo objetivo es ver a Otegi investido como Lehendakari. La banda terrorista sabe que, en el País Vasco, ya solo tiene un rival, que es el PNV. A diferencia del PNV, ETA podrá presentar un candidato de los tres territorios del País Vasco. Una vez alcanzada la Lehendakaritza, la presión al Gobierno de España será permanente para que active un proceso de autodeterminación. ETA contará con aliados o “mediadores” en el escenario internacional, que intentarán convencer al Estado español de la conveniencia de ceder. No les faltarán los precedentes: Kosovo o, más recientemente, la desafortunada decisión del Gobierno de David Cameron de ir hacia un referéndum de autodeterminación en Escocia. Por muy distintos que sean los casos del País Vasco y los de Escocia e Irlanda, ETA habrá alcanzado el poder y podrá presionar al Gobierno invocando estos precedentes y contando con el respaldo de voces políticas internacionales.
La memoria de Gregorio Ordóñez nos obliga a explicar lo que significa este desafío. Del proceso iniciado por Zapatero, lo que le queda a ETA es la excarcelación de Otegi y que este sea el candidato que no tiene el PNV. El camino hacia la ruptura pasaba por la legitimación del terrorismo y por la posibilidad de alcanzar el poder. Esta es la herencia envenenada que Zapatero ha dejado a España.
Creo que recordar con fidelidad a Gregorio Ordóñez exige decir la verdad, como él lo habría dicho.
Jaime Mayor Oreja, LIBERTAD DIGITAL, 25/1/12