Un líder en la retaguardia

ABC 20/11/15
JOSÉ M. DE AREILZA

· Con Francia pidiendo que Moscú y Washington trabajen juntos, Barack Obama ya no puede «liderar desde atrás»

Los terroristas suicidas de París han conmocionado profundamente a los Estados Unidos. Se han multiplicado las muestras de solidaridad hacia Francia y ha reverdecido la alarma ante el riesgo de nuevos atentados en suelo norteamericano. Veintisiete gobernadores reclaman a Washington que se frene la acogida de sirios en sus estados, hasta que se pueda filtrar mejor a los sospechosos de terrorismo. El nuevo portavoz del Congreso, Paul Ryan, ha propuesto una ley para crear un botón de «pausa» en la recepción de los peticionarios de asilo de la zona en conflicto. Los demócratas contraargumentan que desde los ataques del 11-S, 750.000 refugiados han llegado a EE.UU. y ni uno solo ha sido procesado por terrorismo. Empieza a quedar claro que la táctica del presidente Obama de contener y debilitar más que derrotar a ISIS no es suficiente. Con Francia en estado de emergencia, declarando la guerra, movilizando a la UE con la cláusula de asistencia mutua y pidiendo a Moscú y a Washington que trabajen juntos, Obama ya no puede «liderar desde atrás».

Sus compatriotas celebran la salida de Afganistán e Irak, dos conflictos muy costosos e impopulares, y las prioridades geopolíticas siguen estando en el Pacífico asiático, como demuestra la visita esta semana del presidente a Filipinas para dejar clara a China su postura sobre las disputas marítimas en la zona. Pero el acicate puede venir de Moscú, que ha reaccionado a la voladura por ISIS de su avión comercial en el Sinaí apuntando hacia estos yihadistas en vez de a los rebeldes anti-Assad. Es una oportunidad para que, en esta frágil coalición de países, los EE.UU. vayan más allá de los ataques aéreos y el apoyo a algunos grupos locales. En la lucha global contra el terrorismo islamista, la recuperación de la estabilidad y la integridad territorial de Siria e Irak es un paso ineludible. Dentro de un año Hillary Clinton o un recién elegido presidente republicano no tendrán más remedio que comprometerse más en Oriente Medio. No en vano París sigue siendo la capital europea más visitada por los norteamericanos.