Un policía saca su arma al ser acorralado por 50 radicales

EL MUNDO 27/03/14

Al grito de «vamos a matarlos, que son pocos», los manifestantes rodearon a dos agentes en la Complutense

La huelga educativa convocada por el Sindicato de Estudiantes fue aprovechada ayer por grupos radicales para protagonizar todo tipo de incidentes en los campus madrileños. Hubo contenedores quemados, agresiones a profesores y 54 detenidos. El hecho más grave se produjo a las 6.50 horas en la Complutense, cuando 50 personas que habían preparado una barricada se abalanzaron sobre dos policías al grito de «vamos a matarlos, que son pocos». Uno de los agentes se vio obligado a sacar su arma y a encañonarla al suelo como medida intimidatoria.

El incidente se produjo a primera hora, cuando un grupo de medio centenar de individuos, algunos de ellos con pasamontañas, montaron barricadas en la Avenida Complutense, la vía principal del campus, con la quema de varios contenedores. Cuando el primer vehículo policial llegó al lugar de los hechos, los manifestantes se abalanzaron sobre los dos agentes al grito de «¡vamos a matarlos, que son pocos!», según consta en el atestado policial.

Poco después de que el agente sacara su arma acudían en su auxilio dos radiopatrullas más y varias unidades de antidisturbios, lo que provocó la huida de los saboteadores. Uno de ellos sí que fue detenido. Su identidad corresponde a las iniciales C.C.P., de 20 años, y fue arrestado acusado de un delito de atentado a la autoridad, resistencia y desobediencia y desórdenes públicos. Según la Delegación del Gobierno, los dos agentes sufrieron heridas leves.

Horas más tarde, se produjeron otras 53 detenciones durante el desalojo del Vicerrectorado de Estudiantes, donde se estaba llevando a cabo un encierro desde hace una semana en contra de los recortes en las becas, que afectarán a unos 600.000 estudiantes.

El desalojo se produjo después de que el rector de la Universidad, José Carrillo, requiriera por escrito la intervención de la Policía Nacional «ante el deterioro de las condiciones de seguridad y salubridad», la «tensión» existente y «para intentar recuperar la actividad que se desarrolla a diario». Según el máximo responsable del campus, algunos trabajadores no pudieron entrar ayer a sus puestos de trabajo porque habían sido colocadas cadenas en las puertas.
Carrillo afirmó que habían tratado de «dialogar» con los encerrados, que pernoctaban en el edificio, pero no se pudieron realizar negociaciones porque éstos no se habían identificado como parte de ningún sindicato ni asamblea estudiantil. «No sabemos ni siquiera si eran estudiantes ni de qué facultad eran», denunció el rector, informa Janina Ruth. El desalojo se produjo de forma «pacífica», señaló el máximo dirigente de la universidad.

Sobre las 11.00 horas, varias unidades de antidisturbios desalojaron el edificio, donde se acumulaban cristales rotos y bombonas de gas, con las que cocinaban. Según los organizadores del encierro, la mitad de los detenidos eran manifestantes de las Marchas de la Dignidad que permanecían en Madrid para apoyar el paro estudiantil.
Sin embargo, fuentes policiales elevaban al 60% el número de personas detenidas que no estudian en la universidad y ni siquiera están matriculadas. Dieciocho de los arrestados tienen antecedentes policiales por desórdenes públicos y de ellos dos, que pertenecen a la Coordinadora Antifascista, sumaban además denuncias anteriores por un delito de agresión a la autoridad.

Según fuentes policiales, otro de estos 18 arrestados participó en el asalto de la Facultad de Derecho ocurrido al principio de curso, en el que tres estudiantes resultaron heridos. Las mismas fuentes precisan que los arrestados pertenecen a la Coordinadora 25-F, la citada Coordinadora Antifascista y a elementos dispersos de la izquierda radical. Estaba previsto, sin embargo, que todos los detenidos excepto el que participó en la emboscada a los policías fueran puestos en libertad anoche.
Están acusados de un delito de usurpación de bienes inmuebles –por okupar un edificio público– y por los daños ocurridos en el Vicerrectorado, que todavía están sin cuantificar. La Policía está a la espera de que las autoridades de la universidad presenten una denuncia por los destrozos ocurridos.

También se registraron incidentes en el campus de Vicálvaro de la Universidad Rey Juan Carlos. Además de quemar varios contenedores, un grupo de manifestantes zarandeó a una profesora, una acción que fue denunciada ante la Policía, según informa Europa Press.

Por otra parte, ayudados por muletas y con las lesiones tapadas con vendajes, algunos de los policías nacionales heridos el pasado sábado en las marchas del 22-M en Madrid se concentraron junto a otros 600 agentes antidisturbios para exigir que se asuman y se depuren responsabilidades por los incidentes de las Marchas de la Dignidad, que dejaron 67 policías heridos.

Los agentes se concentraron ante el complejo policial madrileño de Moratalaz, apoyados por los sindicatos policiales. En el comunicado que leyeron, hicieron un llamamiento a la Fiscalía y a los órganos judiciales para que su actuación «sea todo lo contundente que debe ser». Además, se escucharon gritos de «dimisión», dirigidos especialmente contra el comisario general de Seguridad Ciudadana, el comisario jefe de los antidisturbios y el responsable de estas unidades en Madrid.

El director general de la Policía, Ignacio Cosidó, se reunió con ellos y anunció su intención de explicar lo ocurrido, a petición propia, en el Congreso cuando finalice la investigación policial de lo sucedido.