Miquel Giménez-Vozpópuli

Anda el tío Pedro bastante ocupado convenciendo al personal de que Cataluña tiene una singularidad que la hace merecedora de una financiación autonómica distinta, lo que es lo mismo que decir que le va a regalar al separatismo un pastizal de no te menees. Digamos que, por no convencer, no lo ha logrado ni con sus barones territoriales que, como no podía ser de otra forma, dicen que ellos también quieren billetitos. Como en la canción, sin dinero ya no hay rock and roll. Pedrete argumenta que todo sea por la estabilidad – traducido: seguir él y su banda en el gobierno – y la convivencia en Cataluña – traducido: que los animales vandálicos y totalitarios no vuelvan a salir de estampida a quemar Barcelona –, empecinándose en que hay que pactar porque a Illa lo han de investir presidente de la generalidad y Esquerra se ha puesto muy burra con el concierto económico. Y eso que el monclovita de los 123.000 millones destinados a autonomías ya repartió a cuenta 23.255 al gobierno de pin y pon de Pedrito el Maño. Eso es un 19% y sitúa a esa siempre maltratada Cataluña según los separatas como la principal beneficiada a la hora de coger los cuartos de todos.

Ahora hay paz en Cataluña, dicen los socialistas sacando pecho pollo. A lo mejor algunos se lo creen, porque de lo que pasa en mi tierra se sabe poco y ese poco está mal explicado, cuando no tergiversado. Les voy a poner un ejemplo de la paz social reinante en este rincón de España. El ayuntamiento de VIC, gobernado por Junts, ha creado un buzón digital para que cualquier ciudadano pueda denunciar el uso del castellano en todos los comercios. Evidentemente, la colaboración de los chivatos lazis ha sido un éxito. Un comercio recién inaugurado era vilipendiado y denunciado por estar rotulado en castellano, práctica vieja pero tristemente usual en estos pagos. La concejal de lengua del ayuntamiento – consejería imprescindible en cualquier municipio, vive Dios -, Bet Piella, es una vieja conocida de la afición. “Están avisados de que debe cumplirse la ley de política lingüística y el código de consumo y, tras el aviso, como prevé el plan de acción por la lengua de Vic aplicaremos la sanción pertinente”, ha dicho la señora. Tracatrá. Eso sí que es convivencia y buen rollo y lo demás son majaderías, esa es la Cataluña que busca a la desesperada Sánchez para que le apoyen a él y a Illa, esos son los demócratas a quienes hay que indultar, amnistiar y regar con millones que son de todos los españoles.

Ahora hay paz en Cataluña, dicen los socialistas sacando pecho pollo. A lo mejor algunos se lo creen, porque de lo que pasa en mi tierra se sabe poco y ese poco está mal explicado

Españoles que, si quieren instalarse aquí en Vic, por poner un caso, tendrán que pasar a la clandestinidad y omitir su lengua materna – lengua oficial del estado, aunque aquí se lo pasen por el forro – y ponerlo todo en catalán. Oh, Vic, capital de las esencias separatas, la Ciutat de els Sants con más de setenta hornacinas de santos en su casco antiguo, corazón de mamarrachadas procesistas como poner una jaula en medio de su plaza mayor para que la gente se metiese dentro y experimentase el “sufrimiento” de los “presos políticos”, debemos agradecerte que recuerdes qué es lo que representa la estelada. O tragas, o te denuncio. O pasas por el aro, o te multo. O hablas solo en catalán, o ya no podrás decir nada porque te ignoraremos, te boicotearemos, te haremos la vida imposible. Y que nos den muchos millones porque esto no lo haremos gratis, que defender el frasco de las esencias supremacistas cansa muchísimo. Efectivamente, unos chivatos supremacistas muy singulares.

Joder con la convivencia, Sánchez.