Un talibán mata a dos oficiales y a un intérprete en una base de Afganistán

El terrorista era un policía. Entró en la antigua base de las tropas españolas en Qala-i-Naw acompañado de su jefe, el capitán policial de la ciudad, para quien trabajaba de conductor. Llevaba un fusil de asalto en el vehículo y nadie lo vio porque nadie registra el coche de un mando policial afgano.

Tenía «unos 26 años», según fuentes de la oficina del gobernador de la provincia, Bagdhis, y su familia estaba vinculada a grupos talibanes. A las 6.20 de ayer (hora española), abrió fuego en el patio de la base, donde nueve guardias civiles instruían a 47 aspirantes a policías afganos, y mató a dos guardias civiles españoles: el capitán José María Galera Córdoba y el alférez Abraham Leoncio Bravo Picallo, ambos de 33 años, y a su traductor, Ataollah Taefik Alili, de 54.

«Ha sido un atentado premeditado y terrorista. Quien disparó sabía bien lo que hacía», afirmó ayer el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba. Fue, además, un ataque suicida, porque el agresor sabía también que las fuerzas españolas le abatirían a tiros, como así hicieron.

Casi inmediatamente después, una turba de gente intentó asaltar la base. Unas 200 personas se congregaron en sus inmediaciones al grito: «¡Los españoles están matando afganos!», según fuentes de Bagdhis. Reclamaban el cuerpo del terrorista fallecido y fueron dispersados por miembros de la policía y el ejército afganos. Los españoles no salieron de la base, pero policías afganos y agentes de la Guardia Civil les explicaron por megafonía que el conductor había sido abatido a tiros porque había matado a dos militares y un civil dentro de las instalaciones militares.

El gobernador de Bagdhis comunicó por teléfono a la ministra de Defensa, Carme Chacón, que tanto el atentado como el intento de asalto a la base habían sido premeditados y organizados por la insurgencia «con la intención de que se generara un enfrentamiento entre militares y manifestantes y que militares españoles causaran bajas civiles», indicaron fuentes conocedoras de la conversación. El gobernador calificó de «vendedores de la patria» a los autores del ataque y pidió ayuda por televisión a la población local para identificarlos. Añadió que había varios detenidos por los incidentes y preguntó: «¿Cómo es posible que uno actúe de suicida y contra las fuerzas españolas, que trabajan día y noche para mejorar nuestras condiciones de vida?».

Algunas fuentes indicaron que las fuerzas afganas habían causado alrededor de una veintena de heridos al repeler a tiros a la multitud que intentó asaltar la base, lanzó piedras e incendió vehículos en sus inmediaciones. Fuentes militares aseguraron, por el contrario, que «no se produjo ni un solo tiro ni herido alrededor de la base».

El gobernador de Bagdhis no tiene duda de que el hombre que mató ayer a tres españoles tenía detrás a la insurgencia. Se desconoce aún si el terrorista se había infiltrado en la policía afgana para cometer el ataque o si por el contrario fue captado por los talibanes una vez dentro del cuerpo. En Bagdhis hay cerca de 1.500 talibanes, según la estimación del gobernador, liderados por seis mulás (Quodus, Yamaludin, Abdul Rahman, Manan, Sia Jan y Abdul Hai). Ahora se investiga si la reivindicación del atentado realizada por un grupo talibán a través de un portal web es cierta.

El capitán Galera y el alférez Bravo formaban parte del primer grupo de guardias civiles (18 en total) enviados a Qala-i-Naw para formar a los aspirantes a policías afganos. Llevaban cinco meses en Afganistán y estaban a punto de volver a casa, el 22 de septiembre era su fecha de regreso.

«Me despedí de ellos ayer [por el martes] por la noche porque yo me iba a Honduras. Nos deseamos suerte y quedamos en que volveríamos a vernos en otro país. Estaban muy contentos de haber participado en la misión, pero tenían ganas de volver a casa», comentó Ignacio Álvaro Benito, adjunto al director de la Agencia Española de Cooperación y Desarrollo española en Qala-i-Naw.

Los cuerpos de las tres víctimas del atentado fueron trasladados ayer a la base de Herat y después, en Hércules, hasta Dushambe (Tayikistán), donde iba a recogerlos un avión desplazado desde España en el que viajan el director de la Policía y la Guardia Civil, Francisco Javier Velázquez, y el jefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), el general José Julio Rodríguez. Fuentes del Gobierno indicaron que se decidió que no acudieran ni Chacón ni Rubalcaba para «agilizar los trámites y traerlos cuanto antes». Está previsto que los féretros lleguen hoy a la base de Torrejón (Madrid) a partir de las 11, según informa Efe. Allí los recibirá el presidente Zapatero. Los Príncipes de Asturias presidirán después un funeral por los dos guardias civiles en el acuartelamiento de la Unidad de Acción Rural de Logroño, en el que estaban destinados. La familia del traductor ha preferido que su funeral sea en Zaragoza, en la intimidad. Los Reyes enviaron ayer telegramas de pésame a las familias de los tres fallecidos.

Rubalcaba aseguró que la misión de adiestramiento de la policía afgana es «imprescindible» y que el Gobierno va a seguir enviando instructores al país. Defensa también la considera «prioritaria». El pasado julio, la OTAN se fijó como objetivo formar un ejército afgano de 171.999 miembros y una policía de 134.000. Queda mucho para llegar a esa cifra; y mientras, la violencia talibán crece en el avispero afgano.

Ocho años de misión militar española en Afganistán
– La misión en Afganistán es la que más bajas ha costado al Ejército español desde que comenzó, hace ya más de dos décadas, a participar en las operaciones de las Naciones Unidas, la Alianza Atlántica o la Unión Europea.

– El Ejército español realizó una colaboración bilateral con Guinea Ecuatorial entre 1979 y 1989, en la que fallecieron tres militares. Sin embargo, la primera misión internacional tuvo lugar en 1990, con la Guerra del Golfo (en la que murió un militar) y el despliegue durante la transición democrática en Namibia (sin bajas españolas).

– El Gobierno (del PP) autorizó en diciembre de 2001 la participación en la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF, en sus siglas en inglés) en Afganistán. Los primeros efectivos llegaron al país a finales de enero de 2002.

– El contingente rondaba entonces los 350 militares. El Congreso sancionó en 2004 la decisión del Gobierno (del PSOE) de subir esa cifra a 540.

– Hoy, tras varios aumentos escalonados, la cifra total de militares destinados a la misión en Afganistán es de unos 1.500.

– La mayoría se encuentran destinados en Qala-i-Naw, donde hay 875, a los que hay que sumar 130 ingenieros que trabajan en la construcción de la nueva base. En Herat hay 475; y en la capital, Kabul, 38.

– En Afganistán han muerto 92 militares españoles de los 158 que han perdido la vida en misiones en el exterior. Además, en ataques contra las tropas españolas en el país asiático han perdido la vida dos intérpretes.

– Dos accidentes suman la mayor parte de las víctimas: 62 militares perdieron la vida al estrellarse en las cercanías del aeropuerto turco de Trebisonda el avión Yak-42 en el que regresaban a España el 26 de mayo de 2003. 17 fallecieron el 16 de agosto de 2005 al caer el helicóptero Cougar en el que viajaban cerca de Herat. 11 han muerto en tiroteos y atentados; uno más, por infarto; y otro, en un accidente de tráfico.

– El despliegue en Afganistán es también el más costoso. Desde que en 2002 llegaron los primeros soldados a Kabul hasta 2009, el coste total ha superado los 1.550 millones de euros. El año pasado se gastó alrededor de un millón al día.

– La nueva base de Apoyo Provincial construida junto al aeropuerto de Qala-i-Naw ha costado 44 millones de euros. Los militares ya están instalados allí, pero la formación a agentes afganos se lleva a cabo todavía en la base antigua, situada a un kilómetro y medio de distancia.

– El proceso de instrucción y financiación de militares y policías afganos en Qala-i-Naw tiene un coste asignado de 14,5 millones. El atentado de hoy se ha producido durante una sesión de entrenamiento a agentes de policía.

– Los fondos destinados a la reconstrucción del país asiático alcanzan cifras más modestas. España comprometió 150 millones para el desarrollo en la Conferencia de Londres de 2006, a los que se suman otros 60 anunciados en La Haya en marzo de 2009. De esos 210 millones (hasta el año 2012) se han ejecutado ya unos 130.

– Con este dinero, gestionado por el Ministerio de Asuntos Exteriores, se han construido 160 kilómetros de carreteras y más de 150 escuelas. Además, la mortandad infantil en la provincia de Badghis, donde se encuentra Qala-i-Naw (700.000 habitantes en un área similar a Galicia), se ha rebajado un 70%.

– Estados Unidos lleva nueve años combatiendo en Afganistán. Su presidente, Barack Obama, prevé que la retirada comience el año próximo. Tras el último aumento de tropas, en otoño habrá 94.000 efectivos estadounidenses desplegados en el país. La cúpula militar norteamericana presiona a Obama para alargar los tiempos de la transferencia de competencias de seguridad a las autoridades afganas y la retirada de las tropas internacionales.

– España no estará entre los primeros países en retirar sus tropas de Afganistán, en 2011, entre otros motivos por su compromiso en la formación de los agentes de policía y militares locales que deberán controlar el país tras su marcha.

EL PAÍS, 26/8/2010