Una bomba de relojería

VICTORIA PREGO – EL MUNDO – 28/04/16

Victoria Prego
Victoria Prego

· Complejo asunto éste de la diputada de Podemos, la juez en excedencia para la que Pablo Iglesias tenía reservado el Ministerio de Justicia en ese futuro Gobierno que pretendió imponer a Pedro Sánchez el mismo día en que éste recibía del Rey la encomienda de buscar apoyos para una investidura. Y es complejo porque la diputada está ahora mismo aforada hasta el día 3 de mayo, en que las Cortes quedarán disueltas, con lo cual su caso es de momento competencia del Tribunal Supremo. Pero el día 3 el asunto pasará al Tribunal Superior de Justicia de Canarias. A menos que… a menos que Iglesias decida incluirla en sus listas electorales para las elecciones de junio y salga elegida, porque entonces volvería a ser competencia del Tribunal Supremo.

Pero, independientemente del tortuoso recorrido jurisdiccional al que apuntan los presuntos delitos de cohecho y prevaricación que penden sobre la actuación de la juez Victoria Rosell cuando ejercía en un juzgado de instrucción de Las Palmas, el problema lo tiene Pablo Iglesias porque en este momento cuenta entre sus diputados con una presunta incursa en varios delitos de corrupción, tanto más graves cuanto afectan a una juez cuando estaba en ejercicio.

El líder de Podemos se enfrenta ahora a un dilema muy serio porque si sigue apoyando a Rosell, sobre la que pesan estos indicios, se estará comportando exactamente igual que los políticos a los que ha estado acusando de podredumbre estructural. Es decir, aquellos que han defendido a los suyos, no importa de qué se les acusara, por el único motivo de que eran «suyos». Si sigue insistiendo en que respalda a su ministra de Justicia in pectore, como hizo ayer con rotundidad, se puede encontrar en una situación desastrosa para su crédito político y su reputación moral.

Porque ya no estamos ante acusaciones aparecidas en los medios de comunicación sobre los orígenes financieros de Podemos, sino ante un informe razonado que un juez de instrucción, sustituto de Rosell en el puesto, ha enviado al Supremo y en el que acusa a la juez de esos delitos. Es decir, estamos ante un asunto demostrable y sólidamente fundamentado. Pablo Iglesias tiene una bomba política en las manos, bomba que le puede estallar en el momento en que menos le convenga. Porque puede que el procedimiento se retrase en razón de ese recorrido por distintos tribunales que va a hacer, pero de lo que no cabe duda es de que el tribunal que sea decidirá: acusará, juzgará y eventualmente condenará a Rosell o declarará el sobreseimiento del caso.

Pero si se produce la primera de las hipótesis y Pablo Iglesias no se ha deshecho antes de su diputada, todo el oprobio caerá sobre él y su partido y, dado que los tiempos de la Justicia no son los tiempos de la política, es previsible que eso vaya a suceder en el peor momento para los intereses de Podemos. Así que ya puede ir pensando qué hacer con esa bomba de relojería porque ahora le está empezando a sonar a él su famoso tic, tac, tic, tac, tic, tac.

VICTORIA PREGO – EL MUNDO – 28/04/16