Una puerta para Sánchez

IGNACIO CAMACHO – ABC – 24/01/16

· Al conspirar contra Sánchez, los barones le tapiaron todas las puertas excepto una. La del poder aunque sea prestado.

Es la hora de los barones, sobre todo de la baronesa. Y de los referentes senatoriales del «Viejo Testamento». Si de verdad hay dirigentes del Partido Socialista que no quieren pactar con Podemos, que desconfían de ese abrazo suicida para la organización y para España, le tienen que dar una salida a Pedro Sánchez. No basta con que digan en privado que se ha vuelto loco o que se ha echado al monte: es preciso que le ayuden a regresar a la sensatez.

Porque fueron ellos, y de manera señalada Susana Díaz, quienes al día siguiente de las elecciones colocaron al secretario general en una tesitura personal que lo empujaba a la huida hacia adelante. Al conspirar contra él y cuestionar su liderazgo le tapiaron todas las puertas excepto una, la única que no podían clausurar, que es por la que el candidato intenta colarse. Lo situaron ante una opción humana en la que nadie dudaría: volver como profesor asociado a una universidad o tratar de ser presidente del Gobierno.

Después de aquella fallida conjura de diciembre, en la que a Díaz le tembló el pulso al verse con menos apoyos de los que calculaba, Sánchez sabe que no le van a dejar continuar al frente del partido si no se atornilla al poder. No lo quieren como jefe de la oposición y están dispuestos, si hay nuevas elecciones, a promover una candidatura alternativa. No ve más que cuchillos a su alrededor y en esas circunstancias entiende que al menos Pablo Iglesias le ofrece una prórroga.

Una presidencia nominal, simbólica, prestada, sin poderes reales, humillante y condescendiente –«la sonrisa del destino»–, sometida a un aplastante dicterio político, es más de lo que puede encontrar entre la desconfianza de sus correligionarios dispuestos a amortizarlo. Si permite que gobierne Rajoy, lo liquidarán a corto plazo. Si provoca un bloqueo que desemboque en las urnas, tratarán de que no sea candidato y en todo caso lo machacarán si vuelve a perder. Si no llega como presidente de la nación al próximo congreso federal, lo perderá. No tiene oportunidades. La oferta de Podemos es un insulto y una trampa, pero los suyos no le proponen ninguna.

Con la fracasada ronda de consultas del Rey se ha acabado el tiempo del postureo. Hay que encontrar soluciones. Negociar con inteligencia, a varias bandas, con ajuste fino. Pero de todos los líderes envueltos en este monumental lío, Pedro Sánchez es el único que además tiene que negociar con su propio partido. La dirigencia del PSOE debe aclararse, emitir criterio. Sí o no a Podemos, sí o no al PP –esto parece claro que es no, aunque falta un matiz: ¿sí o no al PP sin Rajoy?–, sí o no a las elecciones. Y también sí o no a Sánchez. El partido que más tiempo ha gobernado España no puede someter el futuro de la nación al destino personal de un hombre. Y menos dándole a elegir entre subir al desván de los juguetes rotos y ser el próximo expresidente de su país.

IGNACIO CAMACHO – ABC – 24/01/16