Guillermo Garabito-El Español 

 
Las fiestas electorales ya no son lo que eran. El PP no bota de alegría en los balcones y el PSOE parece un velatorio repleto de plañideras. Y a nosotros, que nos hemos hecho mayores, lo de votar nos dura lo mismo que una resaca amable, dos días. Nos pasan por encima las urnas y nos dejan impedidos hasta el martes haciendo todas las cábalas posibles. Con suerte la vida después vuelve a la normalidad y uno deja de contar procuradores para contar cosas interesantes por escrito.

La resaca de Castilla y León ha sido gorda, como de tener que recomponer la noche por partes y todo porque votáis mal, que dijo Francisco Igea el lunes por la mañana. Los ciudadanos votan mal cuando no sale Ciudadanos, votamos mal cuando no sale Unidas Podemos, cuando José Félix Tezanos no acierta, cuando no le salen las cuentas… ¡Bendita democracia representativa! Votamos mal porque somos unos desconsiderados. Qué va a saber el votante lo que quiere, no me haga usted reír, les faltó decir.

Alfonso Fernández Mañueco convocó unas elecciones creyéndose Napoleón para gobernar con una mayoría holgada y ahora es rehén de los diez procuradores que le faltan. Lo mismo que hasta diciembre, pero peor.

Y, como votáis mal, el marrón ahora lo tienen todo el PP y Vox. Votáis mal los que pensáis que es la única opción para que gobierne la derecha en España. Votáis peor aún los que sopesáis que es la única forma de que no siga Pedro Sánchez en la Moncloa. ¡Sois unos bárbaros electorales, Mon Dieu! Votáis mal y ya no saben de qué otra forma decíroslo. Lo siguiente será pediros que no votéis.

«Y eso es lo que acongoja a los de Vox, que no tienen gente para rellenar consejerías en Castilla y León, que no tienen experiencia ninguna de Gobierno, que han visto cómo mojarse ha engullido a Ciudadanos»

Votáis mal por hacer que los números cuadren por primera vez para que PP y Vox tengan que entenderse en coalición. Los de Santiago Abascal no deberían escurrir el bulto, porque lo fácil es no desgastarse apoyando un ejecutivo como en Andalucía, sin consejerías, y a la vez siendo oposición. Tocar poder es como acariciar un caballo, queda muy bonito en las fotos siempre y cuando no salgas coceado.

Y eso es lo que acongoja a los de Vox, que no tienen gente para rellenar consejerías en Castilla y León, que no tienen experiencia ninguna de Gobierno, que han visto cómo mojarse ha engullido a Ciudadanos. Lo cómodo por mucho teatro que hagan (porque a negociar siempre se empieza por arriba) será lo que acabe pasando al final, facilitar una investidura sin entrar en el Gobierno.

Votáis mal si preferís que pacten PP y Vox que si preferís que lo hagan PP y PSOE como sugería el lunes Óscar Puente en Valladolid. Votáis mal cuando votáis a Vox y no al PP, que es lo que llevarán pensando en Génova desde el domingo.

A nadie se le ha ocurrido decir que quizá hayáis votado bien, que ya es hora de saber si PP y Vox son capaces de entenderse como única alternativa viable a Pedro Sánchez en la Moncloa. Pero decir esto sería un poco fascista, así que ya os digo. Votáis mal y el domingo votasteis aún peor.

*** Guillermo Garabito es periodista.