DIARIO VASCO, 26/12/11
«Antes de hablar con Rajoy, el lehendakari debe consensuar con los partidos los pasos en el nuevo escenario»
Los últimos años han sido muy difíciles para Rafaela Romero (Quintana de la Serena, Badajoz, 1972). Vivió en primera persona el proceso de paz, ya que su marido, Jesús Eguiguren, fue protagonista principal, y ha visto a muchos amigos y compañeros caer en el camino. Ahora, la portavoz juntera del PSE-EE de Gipuzkoa afronta la nueva etapa sin violencia de ETA con la sonrisa en la boca y más relajada, pero sin olvidar todo lo que ha sufrido.
– El cambio de ciclo en España ya ha llegado. ¿El nuevo Gobierno del PP ayudará a consolidar este camino para el final de la violencia?
– El Gobierno Vasco y el de España tienen que afrontar de manera inmediata la política penitenciaria, la democratización de la sociedad y el reconocimiento a las víctimas para hacerlas partícipes de la construcción democrática de la sociedad vasca y la deslegitimación de la violencia. Estas cuestiones urgentes deben abordarlas el lehendakari y Rajoy, pero antes, el Gobierno Vasco tendrá que hablarlas y consensuarlas con todos los partidos vascos.
– ¿Incluida la izquierda abertzale?
– El lehendakari ha tenido siempre una relación institucional abierta con los representantes de Bildu que, por ejemplo, gobierna en Gipuzkoa y en muchos ayuntamientos.
– Me refiero a si el PSE debe abrir una interlocución oficial con la izquierda abertzale.
– Hay que hablar menos y hacer más. La oficialidad está en la normalización de las relaciones políticas e institucionales, como ha hecho el PSE-EE con la reforma fiscal en Gipuzkoa que ha acordado con la izquierda abertzale. En este país en el que convivimos con normalidad en el mismo portal el del PSE, el de la izquierda abertzale o el del PP, no hay que hacer de las palabras una anormalidad.
– ¿Cómo analiza el nuevo Gobierno del PP, con Fernández Díaz en Interior, de cara a la gestión del final de ETA?
– Rajoy ha decidido tomar personalmente, con gente de su confianza, las decisiones sobre Euskadi. Me encanta que sea una mujer, Soraya Sáenz de Santamaría, la que lo vaya a dirigir desde La Moncloa junto al PP vasco, porque las mujeres son discretas pero eficaces. Y miro con atención al ministro de Justicia (Gallardón) porque el futuro no estará sólo en Interior sino también en cómo el de Justicia mire y afronte el tema vasco.
– En este caso, ¿qué puede suponer un perfil moderado como el de Gallardón? Hay asuntos sensibles sobre la mesa de los tribunales como la legalización de Sortu o el futuro de Arnaldo Otegi.
– Es un perfil preparado, porque es hijo de jueces. Le pido altura de miras y menos política mediática, que ya no la necesita porque ya es ministro. Ya ha ganado a Esperanza Aguirre.
– ¿Qué le pareció el paso de la izquierda abertzale reconociendo el daño causado a las víctimas de ETA, a la vez que pedía que se reconozca el daño a las víctimas de la violencia del Estado?
– ¿Que si me parece suficiente? En voz de aquéllos a los que se dirigía ese documento, no. Pero quizás en este momento, nada puede ser suficiente ni sincero. Una cosa es la legalidad, pero el proceso de reconocimiento a las víctimas y de reconciliación solo se logra cuando ha habido un proceso de interiorización. No basta con decir ‘lo siento’, hay que sentir cuando dices ‘lo siento’, y eso se producirá más tarde. Pero le doy importancia en cuanto supone un paso más de la izquierda abertzale para que no tenga marcha atrás en su apuesta por la política y por la no violencia.
El debate de la sinceridad
– ¿Cree que no ha sido un gesto sincero?
– En algunos ha habido ese gesto sincero, pero en lo que es todo el movimiento de la izquierda aber-tzale, necesitan su tiempo. Acaban de romper traumáticamente con una organización terrorista que les había tutelado durante 50 años. No me puedo creer que en tan poco tiempo sea un ejercicio de sinceridad decir que ‘ETA lo hizo todo mal’. No es que no les considere sinceros, es que no les ha dado tiempo de ver la magnitud de lo que nos han hecho en todos estos años.
– Los malos resultados electorales de los socialistas vascos y la gestión del final de la violencia han estado a debate dentro del partido. El presidente del PSE-EE, Jesús Eguiguren, que cuenta con el respaldo de ustedes, los socialistas guipuzcoanos, ha empezado a recibir críticas internas. ¿Hay peligro de división?
– Ése es el socialismo vasco. Hay diferentes formas de entender el socialismo en Euskadi: el de la Margen Izquierda vizcaína, el guipuzcoano, el alavés… No es división sino enriquecimiento. Es diferente un eibarrés que uno de la llanada alavesa.
– Todo esto suena muy bien, pero Eguiguren ha llegado a poner su cargo a disposición del partido.
– Pero el lehendakari no lo aceptó. No demos más vueltas. Quizás no sea el lehendakari el que tenga problemas con el presidente, sino otras personas. Pero lo desconozco y, además, como estoy afectada personalmente no voy a hablar más de esto.
– También parecen algo revueltas las aguas del PSOE. ¿Rubalcaba o Chacón?
– Chacón me parece una persona de gran talla política, íntimamente ligada a Zapatero y miembro de su ejecutiva y su proceso de cambio del partido. Eso no le pone ni le quita méritos. Y sobre Rubalcaba, a nadie se le escapa mi enamoramiento político por él. Le agradezco infinitamente su implicación por la paz. Pero en Gipuzkoa no tenemos una posición cerrada. Además, puede haber más nombres. Sorpresas ha habido en el pasado y puede haberlas en el futuro.
– ¿Hay diferencias en el modelo de partido de ambos?
– Hasta ahora han compartido modelo de partido, gobierno y grupo parlamentario. A mí me gustaría que el PSOE cambiara un poco respecto al partido que, como secretario general, ha dirigido Zapatero. Me gustaría un partido más abierto y plural, como es el de mi federación, la vasca. Que se acuerden de abrir la democracia interna.
– ¿Ha detectado que en este tiempo no ha habido la suficiente democracia interna?
– No ha habido mucho debate interno, era un modelo más personalista y debe ser más de todas las personas del partido.
– ¿Qué papel puede jugar Patxi López en todo este proceso?
– El lehendakari tiene ahora la prioridad en su país y en la consolidación de la paz.
– ¿Por qué tras cinco meses criticando duramente la política de Bildu en la Diputación de Gipuzkoa, el PSE ha sido su tabla de salvación en la reforma fiscal?
– La reforma fiscal no es una cuestión puntual. Hace dos años que el lehendakari presentó una propuesta de reforma fiscal para sostener la calidad del Estado del bienestar vasco. El único que ha sido sensible a ello ha sido Bildu. Los demás se han negado a perseguir a los que más tienen y a los que defraudan.
– Ustedes ayudan a Bildu a recaudar más, para que ellos decidan con el PNV cómo gastarlo, en virtud de su pacto para los Presupuestos, que a ustedes no les gustan.
– La reforma fiscal va más allá de unos Presupuestos o un momento político concreto y afecta a más allá de Gipuzkoa.
– La jugada le ha salido perfecta a Bildu.
– Bueno, la política se mira a largo plazo. Garitano tiene problemas muy importantes. No sabe dónde llevar la basura de los guipuzcoanos y guipuzcoanas, si va a poder pagar las indemnizaciones si al final no construye la incineradora, y se le van a quebrar las finanzas de muchos ayuntamientos guipuzcoanos a los que no ha permitido devolver el dinero a la Diputación de manera programada y aplazada. Alguno va a entrar en quiebra.
– ¿Habrá incineradora?
– Bildu y PNV dan dos alternativas al ciudadano: o no tener donde tirar la basura, o multiplicarle por cuatro la tasa. Con su apoyo presupuestario el PNV ha dado un salto al vacío. Encima, el PNV no sabía lo que firmaba, ya que en el pleno del viernes, Garitano dejó claro que no va a haber incineradora, humillando a un PNV que, reconozco en cualquier caso, buscaba avanzar.
DIARIO VASCO, 26/12/11