Antonio Basagoiti, LA RAZÓN, 20/10/11
Le escribo en mi calidad de presidente de una formación política democrática que representa a una parte de la sociedad vasca. (…) ETA es un grupo terrorista que ha asesinado a 857 personas y ha dejado miles de heridos y todo tipo de víctimas. Está incluida por ello en la relación de organizaciones terroristas señaladas por el Consejo Europeo y también por Estados Unidos.(…)De dicha banda terrorista también forman parte (…) las organizaciones que conforman un bloque común en ETA. (…) Tan es así, que en 2009 el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo avaló la ilegalización de Batasuna (…), el grupo que ha promovido, con unos u otros testaferros, la organización de la «conferencia». (…) La verdad es que ETA es una banda terrorista con pretensiones de imponer su proyecto totalitario a la ciudadanía (…). Comienzan su texto afirmando que han venido al País Vasco a finalizar «la última confrontación armada» en Europa. (…) Aquí no hay una confrontación armada (…), aquí hay una banda terrorista, la última de Europa, que amenaza y asesina a personas para someter a una democracia. Aquí los riesgos son para los que defendemos la paz con libertad: sólo mi formación política, como otras, ha enterrado a 23 responsables públicos asesinados por ETA. Aquí (…) habría que pedir a la parte atacante, ETA, que asuma su responsabilidad y reconozca el daño causado para poder convivir.
Lógicamente, la falta de conocimiento completo de la realidad da lugar al preámbulo de su declaración, y lo erróneo de éste se concreta en los puntos finales. En el primero solicitan a «ETA hacer una declaración pública del cese definitivo de la actividad armada». Van tarde; los vascos a estas alturas lo que queremos es la disolución inmediata e incondicional de ETA; llevamos sufriendo sus atentados 50 años, más de 35 tras la muerte de Franco.
En el punto segundo instan a los gobiernos español y francés a iniciar conversaciones para tratar de las «consecuencias del conflicto». Es decir, plantean exigencias por igual en una banda terrorista y en unos gobiernos democráticos (…). En el punto tercero solicitan que se reconozca a «todas las víctimas». Lo de «todas las víctimas» encierra la falsedad de que hay víctimas de dos bandos. (…) En el punto cuarto plantean que los representantes políticos junto a los llamados por ustedes «no violentos» discutamos las cuestiones políticas que dan motivo al «conflicto» para que la paz sea duradera. Dejan incluso caer una de las reclamaciones de ETA, la autodeterminación, en forma de «la consulta a la ciudadanía». (…) Lo que han hecho fundamentalmente es poner por escrito y con boato las tradicionales reclamaciones de Batasuna. (…). Sé que ustedes son conscientes de que la memoria, el relato y la justicia son esenciales para poder convivir en libertad, pero en este caso reman en dirección contraria, e incluso contravienen sus propios planteamientos. Tengan en cuenta que si esta memoria basada en la justicia y en la verdad no se realizara podría haber nuevos grupos que, basándose en la legitimación de la historia de ETA, quieran también emprender el camino de las armas para obtener estos u otros réditos políticos. (…) Les quito unos minutos porque probablemente ningún gobierno democrático les haya informado de estas cosas, y porque no hay nadie con más ganas que nosotros de acabar con la lacra del terrorismo para poder vivir en libertad, pasear con nuestras familias por las calles, plazas y parques de Euskadi, así como poder defender nuestras ideas políticas en igualdad para disponer de mayores opciones políticas en nuestra tierra vasca.
Antonio Basagoiti, LA RAZÓN, 20/10/11