«Cuando Bildu exija el final de ETA, estaremos en una nueva etapa»

Asegura que hace diez años las palabras de Otegi hubieran sido «increíbles» pero en 2011 son «insuficientes»

Exigir la desaparición de ETA y decir que ningún asesinato ha tenido sentido. Esa declaración es la única que «abriría una nueva etapa política en Euskadi», asegura Borja Sémper, quien desconfía de que Bildu tenga el «convencimiento ético» de que la violencia no es defendible. «Tengo la sensación de que en la izquierda abertzale imperan la táctica y la estrategia», añade el líder del PP de Gipuzkoa.

«Hay interés en convertir a Otegi en el Mandela blanco y no podemos permitir ese relato»
«Es paradójico que un preso que ha asesinado diga cosas que no dice el diputado general»
«No tendremos empacho en discrepar con compañeros del resto de España si se equivocan»

– Una multitud se manifestó ayer en Donostia contra el juicio por Bateragune. ¿Le sorprendió la declaración de Otegi en el juicio?

– No. Si esa declaración se hubiera producido hace diez años habría sido increíble, pero hoy es manifiestamente insuficiente. Otegi ha dicho que hace dos años decidieron cambiar lo que llaman estrategia político-militar, lo que confirma las tesis que manejábamos algunos de la connivencia entre ETA y Batasuna. Por eso, me pregunto, después de decir lo que dijo, ¿qué problema hay en exigir que ETA desaparezca definitivamente? Si dicen que han cambiado de estrategia, ¿por qué quieren que ETA siga tutelando entre bambalinas la política vasca?

– ¿Qué debe decir Bildu para que el PP crea que su apuesta por vías pacíficas es sincera?

– El día que Bildu o que Otegi exijan a ETA que desaparezca y que no tutele la política, yo aplaudiré con las orejas. Tenemos que construir una sociedad en la que amenazar no sea habitual, que se respete al diferente, que cada uno pueda defender una postura sin jugarse el tipo… Y eso no se puede hacer si se deja que ETA diga que si las cosas van por donde ella quiere se queda donde está, pero que si no, puede volver. Eso es una inmoralidad.

– ¿Y por qué cree que Bildu no hace esa declaración?

– Porque sus pasos están sustentados en una estrategia y no en un convencimiento ético de que la violencia no es defendible. Tengo la sensación de que en la izquierda abertzale imperan mucho más la estrategia y la táctica en beneficio propio que el cuestionamiento ético de la violencia. La retórica de la condena de la violencia en el mundo ya no vale. Lo que necesitamos es que se sumen a la exigencia de que esta sociedad construya su futuro sin que ETA la tutele. Ésa es la clave de este momento. Cualquier ciudadano que acepta la democracia rechaza que una banda terrorista quiera manejar los hilos de la política de su tierra. Basta con decir que ningún asesinado por ETA ha tenido sentido y que el futuro de esta sociedad no lo podemos construir con ETA vigilante.

– ¿Cree que Otegi sigue liderando el mensaje de la izquierda abertzale?

– Creo que sí, e intuyo que hay un interés para construir un relato en virtud del cual Otegi sea presentado dentro de unos años como el Mandela blanco vasco. Y ese relato llevaría a la paradoja de parecer que la pelota está en el tejado de los demócratas y no de la izquierda aber-tzale, cuando los únicos que no exigen la desaparición de ETA son ellos. Por eso, no podemos permitir que se consolide ese relato.

– Ustedes no querían que Bildu estuviera en las instituciones, pero no solo está sino que las gobierna. ¿Qué espera de esta legislatura en Gipuzkoa?

– A los dirigentes de la izquierda abertzale tenemos que dejar de interpretarles, y ceñirnos a leer lo que dicen. Y lo que han dicho es que el objetivo del poder institucional no es la gestión sino la construcción nacional y la independencia de Euskadi. Me preocupa que quienes gobiernan Gipuzkoa y muchos ayuntamientos no asuman la inmensa pluralidad de esta sociedad, y persistan en utilizar las instituciones para construir un proyecto sectario como es la construcción de un Estado socialista a imagen y semejanza de Venezuela, por ejemplo. Eso me preocupa casi más que la independencia.

– ¿Primera impresión del nuevo equipo de Gobierno foral?

– No conozco a las personas. Me preocupa el peso de Batasuna y de excargos de HB o de ANV.

– ¿Qué oposición van a hacer? ¿Ve posible acordar algo con Bildu?

– Vamos a discutir, a hablar con quienes están en las instituciones. Buscaremos acuerdos con quienes creemos que es más fácil llegar al entendimiento, porque hay una coincidencia programática. Pero lógicamente discutiremos con Martin Garitano o con Izagirre, por ejemplo. Vamos a hacer una oposición lógica y sensata, para intentar corregir los desmanes que pueda tener Bildu en el poder. Intentaremos que este banco de pruebas en que se ha convertido Gipuzkoa no provoque tensiones.

– ¿Y ve algún punto de encuentro, a priori, con Bildu?

– Por ejemplo, en el tema de la implantación de peajes parece que tenemos el mismo punto de vista.

– ¿Tiene en mente alguna reunión fuera de las paredes de los ayuntamientos o del Palacio foral?

– Fuera de las instituciones es muy difícil, por no decir imposible, que a día de hoy nos sentemos, porque para nosotros es irrenunciable la exigencia de la desaparición de ETA. El día que Bildu exija la desaparición y diga que ninguno de sus asesinatos ha tenido justificación, estaremos en un escenario nuevo y se abrirá una nueva etapa política en Euskadi.

Proyectos estratégicos

– ¿Ha visto algo positivo, o no negativo, en los primeros pasos institucionales de la coalición?

– Hay decisiones que no han contribuido precisamente a eliminar recelos. La polémica de los escoltas, la retirada unilateral de símbolos o cuestionar proyectos importantísimos como el tratamiento de residuos, Tabakalera o el TAV no aportan confianza. ¿Algo positivo? Bueno, acaban de empezar. Vamos a ver cómo se concreta la gestión en los próximos meses. A día de hoy, creo que podían haber tenido más tacto, y haber desterrado muchos miedos, si hubieran exigido desde el minuto uno la desaparición de ETA.

– ¿Cree que harán un pronunciamiento al final en ese sentido?

– Avanzarán en la medida en que los demás, la sociedad, sigamos exigiéndoles que den esos pasos. Ese mundo solo funciona, solo se ha movido, desde la incomodidad. No han atendido a razones, al clamor mayoritario de la sociedad, solo ante la presión democrática. En 2011 ya no estamos para pasitos, estamos para saltos. Para el salto definitivo.

– ¿Hay directrices desde el PP nacional en el mensaje hacia Bildu?

– Hay una sintonía absoluta entre el PP vasco y el nacional, que se concreta en que la política en Euskadi la marca el PP vasco, más allá de voces que puedan existir.

– Pero puede resultar chocante que los tonos sean diferentes…

– Es como la vida misma. El PNV en Vizcaya nunca hubiera permitido un diputado general de Bildu, y aquí sí lo ha hecho. Ha demostrado que le importa más Vizcaya que Gipuzkoa. También tiene voces diferentes el PSE… No vamos a tener ningún empacho en discrepar con compañeros del resto de España si creemos que se equivocan en diagnósticos para Euskadi.

– Van a proponer a PNV y PSE «proteger» los proyectos estratégicos. ¿Por cuáles teme?

– Por casi todos. Hay un cuestionamiento generalizado a las grandes infraestructuras que iban a generar modernidad y desarrollo. Moratoria para la planta de residuos, cuestionamiento de Tabakalera, obstaculizar el TAV… Y no podemos permitirnos más retrasos. Se trata de que quienes tenemos una visión compartida en modelo de desarrollo nos pongamos de acuerdo en garantizar que esas infraestructuras salgan adelante.

– ¿Y piensa que tras el desencuentro con el PNV después del 22-M, ahora van a llegar a un acuerdo?

– Yo me he sentido profundamente defraudado por el PNV porque ha hecho un flaco favor a Gipuzkoa. Espero que ahora aquellos críticos que sé que existen en el partido consigan corregir esta deriva. Aún y todo, creo que esas actitudes le pasarán factura.

– ¿Se ha enrarecido su relación con los jeltzales en Gipuzkoa?

– No, hay que separar la discrepancia de las relaciones personales o de la lógica convivencia política. Siempre me he empeñado en entenderme con el discrepante.

– ¿Y esa distancia hacia el PNV les ha acercado más al PSE?

– El acuerdo con el PSE ha sido objetivamente bueno para Euskadi y creemos que debe llegar hasta el final de la legislatura.

– ¿Va a ser la legislatura de la paz?

– Se supone que en paz estamos… (con ironía). Debería ser la legislatura del fin de ETA y de empezar a convivir con libertad.

– ¿Cómo valora cartas como la última de los presos disidentes de ETA?

– Sorpresas te da la vida y a veces no son desagradables. Voy a decir una cosa que quizás chirríe a muchos, pero lo que han dicho se asemeja a lo que defiende el PP, en el sentido de que es preciso una revisión crítica de la historia de ETA. Esos son los pasos que debería copiar Bildu. Es paradójico que un preso que ha asesinado diga cosas que no se atreve a decir el diputado general.

DIARIO VASCO, 3/7/11