EL CORREO, 22/3/12
Un policía declara en un juicio que un presunto etarra puso una bomba lapa en su coche porque le conocía desde niño
«A él no le pasaron información de ningún tipo, él actuó por su cuenta. Cuando la organización le dijo ‘ejecuta a un policía’, se acordó de mí». Con estas palabras, un policía víctima en 2008 de un atentado frustrado de ETA en Bilbao, que puso una bomba lapa en su coche, se mostró ayer convencido de que la organización terrorista no le eligió como objetivo, sino que se limitó a ordenar al presunto jefe del comando Otazua, Daniel Pastor, ‘Txirula’, que atentara contra un agente, y que éste pensó en él porque le conocía desde niño.
El agente declaró en el juicio contra Pastor, Íñigo Zapirain, ‘Aritza’, y Beatriz Etxebarria, ‘Kot’, en la Audiencia Nacional, para quienes la Fiscalía solicitó 20 años de prisión para cada uno, y una indemnización de 4.000 euros para la víctima.
Según relató el policía, el 16 de septiembre de 2008 utilizó su coche dos veces antes de descubrir el artefacto, una por la mañana para ir a renovar el DNI a Bilbao y otra a mediodía para llevar a su hija al trabajo. Recordó que fue en el control de entrada de la antigua comisaría de Basauri cuando sus compañeros detectaron la bomba lapa adosada al vehículo debajo de su asiento y pudo ser neutralizado por los Tedax. Añadió que estuvo de baja y que incluso llegó a pensar en suicidarse.
Además de este atentado, el agente declaró que en 1999 ETA le «puso otra bomba» en su coche, lo que, a su juicio, se debe a que «este señor», en referencia a Pastor, le conocía desde niño porque su madre vivía en el mismo barrio que una prima de su mujer. Manifestó que «cuando me metí a policía, asumí el hecho de que podía morir en cualquier momento, y más estando en el País Vasco, pero lo que no puede ser es que me quieran matar a la familia» Agregó que «mina mucho» ver a tus seres queridos «llorar y sufrir día a día» por un terrorismo «tan bárbaro y tan cruel». El testigo reclamó al tribunal que imparta una «justicia exacta y buena».
«Asesinos con inmunidad»
Antes de escuchar el testimonio de la víctima, los tres acusados se negaron declarar. Sin embargo, en su último turno de palabra, Pastor acusó al tribunal de dar «inmunidad a sus asesinos: todos los miembros de las Fuerzas de Seguridad». «El pueblo vasco -prosiguió- ha sido reprimido durante 50 años y torturado sin que esta sala haya puesto aquí a todos sus culpables: policías, jueces, responsables de detenciones, torturas y asesinatos, incluyendo la guerra sucia», momento en el que la presidenta del tribunal, Manuela Fernández Prado, interrumpió su intervención.
Pastor también denunció que fue objeto de malos tratos tras su detención y le amenazaron con violar a su «chavala». Agregó que «si hablamos de indemnizar a personas por determinadas acciones armadas, no tendría el Gobierno español suficiente dinero para indemnizar todas las angustias que ha padecido el pueblo vasco durante decenas de años de conflicto».
Según la fiscal Blanca Rodríguez, antes del 16 de septiembre, los acusados colocaron la bomba en el coche de la víctima, pero ésta se desprendió y se la llevaron a su domicilio para ponerle más imanes.
EL CORREO, 22/3/12